Entre los funcionarios, empresarios y familiares de figuras del poder que accedieron a la vacuna contra el coronavirus de forma irregular hay varias personas que se encuentran lejos de la edad a partir de la cual se considera que una persona es parte de la población “de riesgo” -60 años-, de acuerdo a los parámetros que dispuso la administración nacional el año pasado. Esto se desprende de un análisis por edad la lista oficial de “vacunados vip” del Hospital Posadas que difundió ayer el Gobierno.
El dato de los jóvenes que se vacunaron es uno de los más llamativos de la lista de inoculados si se lo analiza en el contexto epidemiológico. Desde que llegó el coronavirus a la Argentina, según figura en la página “Sala de Situación” del Ministerio de Salud, en el rango etario de entre 20 y 39 años fallecieron 640 varones y 418 mujeres, mientras que 25 aparecen bajo la categoría “otros”. En total son 1083 personas. Si se tiene en cuenta que, en total, en la Argentina murieron 51.359 personas por coronavirus, se desprende que sólo el 2,11% de los fallecidos eran menores de 40 años.
Muchos de los vacunados en el Hospital Posadas alegaron que accedieron a recibir la vacuna de manera irregular por su edad, su salud, y su función, como en el caso del diputado nacional Eduardo Valdés, quien remarcó que accedió a la vacuna porque tiene 65 años, sufre enfermedades preexistentes, y se encontraba próximo a participar del viaje oficial a México junto a Alberto Fernández. Otros adjudicaron la inoculación a su rol, como es el caso del ministro de Economía, Martín Guzmán, quien tiene 38 años. Su acceso a la vacuna, aseguró, fue avalado por la Unidad Médica Presidencial en el marco de los viajes oficiales, en especial, para establecer las negociaciones con el FMI.
El ministro es el funcionario de cargo más alto y menor edad que recibió la vacuna. Pero la lista continúa. Así, otros jóvenes de la cartera económica también se inocularon. Entre ellos, el secretario privado de Guzmán, Pablo Salinas, su secretaria, Maia Colodenco, y la jefa de Gabinete, Melina Mallamace.
En tanto, en la Casa Rosada hicieron lo propio el fotógrafo presidencial, Esteban Collazo, el secretario privado del Presidente, Nicolás Ritacco, y el subsecretario de Comunicación y Prensa, Marcelo Martín. Ante los cuestionamientos, desde Casa Rosada se informó que el 18 de enero, el jefe de la Unidad Médica Presidencial, Federico Saavedra había recomendado la vacunación contra el Covid-19, tanto para el Presidente como para sus colaboradores más estrechos, con el fin de preservar la salud del jefe del Estado.
En el propio Ministerio de Salud hay varios casos de funcionarios que no tienen 60 años, pero fueron vacunados. Entre ellos, el subsecretario de Gestión Administrativa, Mauricio Monsalvo, la asistente administrativa Yael Morichetti, el secretario Horacio Insúa, todos vacunados en el Hospital Posadas. También entran en esta categoría la directora nacional de Epidemiología, Analía Rearte, y el coordinador de Logística de la Secretaría de Acceso a la Salud, Juan Pablo Saulle.
En el ámbito empresarial y sindical, entre las personas más jóvenes que fueron vacunadas de forma irregular se encuentran las hijas del empresario Florencio Aldrey -quien también se vacunó, junto a su esposa-; y el hijo menor de Hugo Moyano.
Las personas antes mencionadas se definieron públicamente, ante las acusaciones, como personal estratégico del Estado. Pero las estadísticas sanitarias demuestran que no integran la población prioritaria para recibir la vacuna. Sí forman parte de los grupos prioritarios el personal de salud -aún no se llegó a vacunar a un tercio de la población total de médicos, camilleros, enfermeros, etc-, los adultos mayores, y las personas con enfermedades preexistentes, como lo indica el Plan de Vacunación que ideó el Ministerio de Salud de la Nación.
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