(Enviado especial a México) Alberto Fernández y Jair Bolsonaro tienen profundas diferencias políticas e ideológicas que la diplomacia silenciosa y persistente en Buenos Aires y Brasil logró encapsular para evitar que el Mercosur colapse y la agenda geopolítica de América Latina derive en un caos institucional sin precedentes.
En este contexto, el presidente argentino y su colega brasileño tienen previsto un cónclave a solas en medio de los festejos de la creación formal del Mercosur, ocurrida el 26 de marzo de 1991. Aún resta definir si la ceremonia –y el eventual pull aside– se realiza en Buenos Aires, Puerto Iguazú o Foz de Iguazú. Pero es un avance que hace unos meses nadie esperaba en la Cancillería y el Palacio de Itamaraty.
La principal diferencia política e ideológica entre Alberto Fernández y Bolsonaro tiene nombre y apellido: Lula da Silva, ex presidente del Brasil. Bolsonaro cree que Lula es corrupto, mientras que Alberto Fernández considera que es un perseguido político a través del lawfare que se aplicaría por igual al líder histórico del PT en Brasil y a CFK en la Argentina.
Esta aguda confrontación entre ambos mandatarios tiene picos de altísima intensidad política y a continuación desemboca en una pax armada que la diplomacia del Palacio Itamaraty y la Cancillería tratan de mantener como se pueda. Y así ocurrió en las últimas cuatro semanas, hasta que Bolsonaro ayer hizo retuit a una nota que cuestionaba la gestión de Alberto Fernández durante la pandemia del COVID-19.
Con fondo rojo, y sin hacer comentarios personales, Bolsonaro citó un artículo publicado por el diario O Globo, titulado “Epidemia de desilusión, la clase media alta de Argentina busca el exterior como una salida a la crisis”, en donde se asegura que tras “el fracaso de (Mauricio) Macri y la profundización de la recesión con una crisis de salud, el país vive una pandemia de desilusión”.
Alberto Fernández leyó la nota sobre Bolsonaro en el avión que lo trajo de Buenos Aires a Ciudad de México. Y comentó en la intimidad del vuelo que era una réplica de Bolsonaro a su decisión de participar en una mesa de debate sobre el lawfare y su implicancia en la situación procesal de Lula da Silva.
En efecto, tras reunirse con importantes empresarios locales, el Presidente será panelista hoy en un debate titulado “Lawfare: el caso Lula y la recuperación de sus derechos políticos”.
Se trata de un Zoom organizado para recordar los 41 años de la creación del Partido de los Trabajadores (PT). Junto a Alberto Fernández estarán Fernando Haddad –ex candidato a presidente por el PT– y Jean Luc Melenchon, un dirigente francés de izquierda que perdió los comicios frente a Emmanuel Macron.
Alberto Fernández explicó a su círculo de confianza que no pondrá en juego la relación bilateral con Brasil por un retuit de Bolsonaro. Esto implica que aún está firme la posibilidad de un encuentro a solas entre ambos mandatarios para definir la futura agenda del Mercosur ante la situación económica global, el acuerdo con la Unión Europea (UE) y el Cambio Climático.
“Brasil votó a Bolsonaro, y ese es su derecho. Como es el mío de defender a Lula. Mientras tanto, Brasil y Argentina son socios estratégicos y eso no debe cambiar”, aseguró el Presidente antes de reunirse con empresarios en el hotel Intercontinental de Ciudad de México.
Cuando termine su participación en el Zoom del PT, Alberto Fernández visitará el laboratorio Liomont, donde se termina de fabricar la vacuna Oxford-AstraZeneca. Será acompañado por el canciller Marcelo Ebrard, en reemplazo de Andrés Manuel López Obrador, que cambió su agenda a último momento.
En la delegación oficial juran que el presidente de México no canceló su visita al laboratorio Liomont por el escándalo causado por el ministro Ginés González García y su vacunatorio VIP abierto para amigos personales, familiares, legisladores y altos funcionarios kirchneristas.
“Nada que ver”, dijo a Infobae un miembro de la comitiva que viajó de Buenos Aires a México.