Tras el escándalo que se desató al revelarse la existencia de un “vacunatorio VIP” montado en el Ministerio de Salud de la Nación, en el que se inmunizaron funcionarios y personas allegadas al ex titular de la cartera sanitaria, Ginés González García, el presidente de la Unión Argentina de Entidades de Salud, Claudio Belocopitt, expresó su indignación por lo ocurrido, calificó la situación como una “barbaridad” y pidió que se vacune al personal sanitario como prioridad urgente.
“Vacunarse en este momento por afuera del personal de sanidad es un acto de una extrema inmoralidad porque es el personal de sanidad el que se arriesga la vida todos los días para atender a la gente”, criticó Belocopitt en el programa Intratables.
Y profundizó: “Todos tenemos que tener claro que hay un altísimo porcentaje de profesionales de la sanidad que se está rompiendo el culo para atender este despelote que tenemos y no está vacunado”.
En esa línea, remarcó que es “imprescindible” respetar el cronograma de vacunación y asegurar que las personas que trabajan en el área sanitaria sean inoculadas. “No podemos mirar a la cara a una enfermera, a un médico o a un auxiliar si estas situaciones están sucediendo y no los terminamos de vacunar. No le demos más vueltas ni metamos más a la política. Vacunemos al personal de salud. Es algo que nos debemos como sociedad. Se nos tiene que caer la cara de vergüenza de no poder estar haciéndolo”, continuó.
“Es una cuestión de respeto. Recuerden que hace diez meses salían a aplaudirlos todas las noches. Tenemos que vacunar a este segmento de la población. Y después atacar todos los otros frente que tenemos, igual de importantísimos”, insistió el también titular de Swiss Medical.
Belocopitt aclaró que están disponibles las dosis para inmunizar a todos los trabajadores del sistema de salud. El problema surge, apuntó, por no respetar el esquema de aplicación. “Pongamos las cosas sobre la mesa. No defendamos lo indefendible. Hoy las vacunas están en la Argentina, pero las tenemos que distribuir correctamente. No puede haber un médico o una enfermera sin vacuna; hasta que eso no ocurra, no se puede vacunar nadie”, sostuvo.
“Mi vieja tiene 90 años. Y no va a estar vacunada hasta que no le llegue el turno. Yo, como actor del sistema, no voy a vacunar a nadie hasta que no esté hasta el último personal del sistema de salud, tanto pública como privada”, agregó Belocopitt y finalizó con contundencia: “Nosotros estamos hablando y en estos momentos hay médicos y enfermeras atendiendo a la gente en terapia y sin vacunas, mientras unos caraduras se están vacunando”.
El escándalo se originó luego de que el periodista oficialista y titular del CELS, Horacio Verbitsky, revelara haber recibido la Sputnik-V en el Ministerio de Salud por fuera del sistema de turnos establecido. “Decidí vacunarme. Me puse a averiguar dónde hacerlo, llamé a mi viejo amigo Ginés González García –a quien conozco de mucho antes que fuera ministro– y me dijo que tenía que ir al Hospital Posadas”, contó.
“El Hospital Posadas está en Palomar, creo que es partido de Morón, pero el barrio es Palomar y está ahí nomás de la villa Carlos Gardel. Y cuando estaba por ir recibí un mensaje del secretario de Ginés, que me dijo que iba a venir un equipo de vacunadores del Posadas al Ministerio y que fuera a darme la vacuna”, reveló Verbistky.
Tras conocer los dichos del periodista, el presidente Alberto Fernández le pidió a González García que dejara su cargo. Horas más tarde, se confirmó a Carla Vizzotti como su reemplazo.
En medio de la polémica, desde el PRO, el radicalismo y la Coalición Cívica repudiaron los manejos del Ministerio de Salud y exigieron explicaciones al jefe de Estado.
El CELS también se manifestó en contra de lo sucedido y cuestionó a su presidente. “El equipo de trabajadores del CELS rechaza esta o cualquier otra acción o privilegio. Nada de lo ocurrido representa el trabajo y el pensamiento de quienes integramos y hacemos a la organización en su día a día”, expresaron desde la institución.
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