Alberto Fernández exhibe una sintonía diplomática con Andrés Manuel López Obrador (AMLO) que fortalece una agenda común frente a tres problemas claves de América Latina: el COVID-19, la situación política en Venezuela y la integración económica del continente. Ambos presidentes consideran que el mundo post pandemia ofrece una oportunidad a los países de la periferia y que la acción coordinada en la región puede achicar las asimetrías entre las naciones ricas y pobres.
En este contexto geopolítico, no es un hecho casual que el Presidente vuele a México el domingo para cumplir con una invitación oficial de tres días y que anoche haya avalado la decisión de AMLO de exigir en el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas que se establezca un método mundial de distribución equitativa de la vacuna contra el COVID-19.
López Obrador explicitó su protesta contra los países centrales a través de una presentación virtual que hizo su canciller Marcelo Ebrard ante el Consejo de Seguridad de la ONU. “Nunca habíamos visto una división tan profunda que afectase a tantos en tan poco tiempo”, señaló Ebrard. Y remató: “Urge actuar y de ahí lo oportuno de esta sesión para revertir la injusticia que se está cometiendo porque de ello depende la seguridad de toda la humanidad”.
México y Argentina sufren la imposibilidad de acceder a los mercados de vacunas que se producen en Occidente. Alberto Fernández cerró un acuerdo con Vladimir Putin para comprar millones de dosis de Sputnik V, y AMLO accedió a ese mercado farmacéutico a través de las gestiones personalísimas que hizo el Presidente argentino en el Kremlin.
Las empresas farmacéuticas más poderosas privilegian la venta de las vacunas a Estados Unidos y los países centrales de la Unión Europea (UE), y dejan atrás a los estados periféricos de América Latina y África. El planteo de AMLO en la ONU, que anoche apoyó Alberto Fernández, apuntó a bloquear esta lógica de poder inducida -fundamentalmente- desde la Casa Blanca
La posición de Alberto Fernández respecto a la distribución equitativa de las vacunas no es una circunstancia novedosa. El Presidente ya desplegó este planteo durante las conversaciones que mantuvo con Xi Jinping, Vladimir Putin, Angela Merkel y Emmanuel Macron. Su objetivo es lograr que el G20 -se reunirá en Roma- emita una recomendación oficial instando a los países a buscar un equilibrio en la compraventa de dosis contra el COVID-19.
Desde esta perspectiva, durante la última reunión virtual que unió Olivos con París, Macron ratificó su apoyo a la propuesta global de Alberto Fernández. “Intercambiamos opiniones sobre la situación del COVID-19 en el mundo y coincidimos en que es imperioso aumentar la producción de vacunas, como un bien universal sin propiedad intelectual, para garantizar su acceso equitativo a los países en desarrollo”, precisó el presidente en su cuenta de Twitter respecto a lo conversado con su colega francés.
La clave en la propuesta de AMLO que apoya Alberto Fernández se encuentra en la Casa Blanca. Durante la gestión de Donald Trump, Estados Unidos se abstuvo de firmar una resolución de la Asamblea General de la ONU exigiendo “garantizar que todos los necesitados, particularmente en el mundo en desarrollo, tengan acceso libre, justo y rápido a las vacunas y otros medicamentos para combatir el virus COVID-19″.
Esa resolución fue votada a mediados de abril del 2020 y recibió el apoyo de 164 países incluidos Argentina y México. Con el cambio de administración en Washington, Alberto Fernández y AMLO aspiran a que a través de la ONU y el G20 se ponga en marcha un nuevo procedimiento que evite que los países en desarrollo sufran por mas tiempo las consecuencias sanitarias y económicas causadas por la pandemia del COVID-19.
“Estoy de acuerdo con lo que planteó AMLO, sí me puse de acuerdo con Macron para pedir que la vacuna sea un bien global”, comentó anoche Alberto Fernández en la quinta de Olivos.