No debe haber registros en el mundo de dos ex presidentes juzgados simultáneamente y que se encuentren en los tribunales. Eso les ocurrió a Carlos Menem y Fernando De la Rúa el 20 de septiembre de 2013 en el edificio de Comodoro Py. Se cruzaron en un pasillo, se saludaron y hablaron afectuosamente durante unos minutos.
Menem, que falleció ayer a los 90 años, estaba siendo juzgado por ocultar en su declaración jurada una cuenta bancaria en Suiza y De la Rúa, quién murió el 9 de julio del 2019 a los 81 años, por haber ordenado el pago de sobornos a senadores peronistas y radicales para que aprueben la ley de reforma laboral.
Los dos juicios se hacían en salas A y B de Comodoro Py, que se encuentran en la planta baja del edificio que fue cedido a la justicia durante el gobierno de Menem. El ex presidente peronista esperaba el veredicto del tribunal oral cuando le informaron que en la sala de al lado estaba De la Rúa. Se acercó hasta allí y se saludaron. Menem estaba acompañado de su hija Zulemita.
Dos dirigentes de peso en los años 70, 80 y 90 en sus partidos, De la Rúa sucedió en 1999 en la Presidencia de la Nación a Menem después de 10 años de gobierno. Una de las consignas de campaña de la Alianza que encabezaba De la Rúa fue la lucha contra la corrupción de la administración menemista.
Menem y De la Rúa se saludaron afectuosamente, se tutearon y charlaron unos minutos. Se preguntaron por sus respectivos estados de salud y de cómo los causas penales que debían enfrentar los afectaba. En la charla Menem le comentó por lo que debían atravesar por ser ex presidentes y de cómo eso se repetía en otros países de la región. “Es nuestra obligación venir a rendir cuentas”, le dijo De la Rúa, según una de las personas que presenció ese encuentro y se la contó a Infobae con el pedido de mantener su nombre en reserva.
La charla de unos pocos minutos concluyó con el saludo que De la Rúa le pidió a Menem que le mande a su hermano Eduardo Menem, con quién había compartido el Senado de la Nación, y que hacía poco tiempo le había enviado uno de sus libros. Se volvieron a saludar y cada uno esperó el inicio de su audiencia. Poco después Menem era absuelto en el juicio por la cuenta en Suiza y De la Rúa escuchó cómo los abogados de la Oficina Anticorrupción pedían que sea condenado a seis años de prisión por los sobornos.
Antes y después de ese encuentro, De la Rúa iba a ser protagonista en otros dos juicios contra Menem. En mayo de 2010 declaró como testigo en el caso del contrabando de armas a Croacia y Ecuador y en agosto de 2015 hizo lo mismo en el proceso por el pago de sobresueldos a funcionarios durante los dos gobiernos menemista.
Los dos ex presidentes tuvieron finales distintos con la justicia. De la Rúa fue absuelto en diciembre de 2013 en el juicio oral por el pago de las coimas. El tribunal oral dijo que el hecho no existió. Esa decisión fue ratificada por la Cámara Federal de Casación Penal en 2015 y el caso quedó cerrado porque no llegó a la Corte Suprema de Justicia de la Nación. De la Rúa tuvo otras causas que no llegaron a juicio porque las acusaciones fueron desestimadas antes de esa etapa y esas decisiones quedaron confirmadas. Fueron los casos por los crímenes de la Policía Federal el 19 y 20 de diciembre de 2001 cuando dejó la Presidencia, el megacanje de la deuda pública durante su gobierno y el uso de fondos públicos del Consejo Deliberante para pagarle en los años 90 a un jardinero que trabajaba en su casa de Pilar.
En cambio Menem murió impune, con sus abiertas abiertas a pesar que llevaban algunas más de 20 años de trámite y sin conocerse si era culpable o inocente, después de haber sido un protagonista central con sus decisiones política de la justicia de aquella década. El ex presidente había sido absuelto por la cuenta en Suiza -ese expediente estaba cerrado-, por el desvío de la investigación del atentado a la AMIA y por la venta a un precio vil del predio de la Rural. Esas absoluciones estaban bajo revisión de la Cámara de Casación.
Tenía una condena a cuatro años y medio de prisión por el pago de los sobresueldos que había sido recibido en 2015, que había sido ratificada en 2018 por la Cámara de Casación y que estaba apelada en la Corte. También en el máximo tribunal se encontraba el expediente por el contrabando de armas a Croacia y Ecuador. En el juicio oral en 2011 Menem fue absuelto pero en 2013 Casación lo condenó y recibió una pena de siete de prisión. En 2018, cinco años después, Casación volvió a intervenir y lo absolvió y la Corte tenía desde entonces el expediente para resolverlo.
El 24 de febrero próximo iba a comenzar el último juicio que tenía pendiente. Era por la voladura intencional en 1995 de la fábrica militar de Río Tercero, en Córdoba, para ocular el faltante de armamento que se vendió de manera ilegal a Croacia y Ecuador. Con su muerte ahora sí las causas quedaron cerradas.
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