Las elecciones de este año definen mucho más que las mayorías y el reparto de poder en el Congreso. Para el radicalismo, determinarán cuán amarilla es la coalición de Juntos por el Cambio; el PRO se debatirá entre el perfil moderado o una oposición extrema y la Coalición Cívica peleará su espacio y crecimiento como socia minoritaria. Por su parte el Frente de Todos, una coalición de más de una quincena de fuerzas políticas, pone en juego el equilibrio de poder, la unidad y el peso de los tres aliados mayoritarios: el kirchnerismo expresado principalmente en La Cámpora, el massismo y el peronismo más tradicional de los gobernadores, intendentes bonaerenses y hasta del propio Alberto Fernández.
El Presidente, como Horacio Rodríguez Larreta, se juega mucho más que su presente electoral y la gobernabilidad: en su caso puede ganar o perder la chance a candidatearse a la reelección al mismo tiempo que se mide el peso de Cristina Fernández y Máximo Kirchner mientras que el jefe de Gobierno porteño arriesga la posibilidad de ser o no el indiscutido candidato opositor para el 2023.
Sin definición sobre las PASO, los distintos referentes del oficialismo insisten en que su prioridad es la gestión y que se concentran en la reactivación económica y en la sucesión de medidas y anuncios, las mesas de diálogo para acordar precios y salarios y el plan de vacunación contra el COVID-19. La principal oposición, liberada de esas ataduras, ya está en la calle en campaña.
María Eugenia Vidal no definió su futuro electoral. Lo que haga determinará la posición del resto de las piezas de Juntos por el Cambio. Es la figura a la que podría apelar Horacio Rodríguez Larreta: podría ser candidata en la Ciudad o en Buenos Aires. De serlo se convertiría en una prenda de unidad sin disputa interna y una solución para un jefe de Gobierno que empezó a recorrer el país pero que evita algunos roces puertas adentro. Por ejemplo Larreta no se metió en la elección de autoridades de la UCR de Buenos Aires donde detrás de Maximiliano Abad se encolumna el ala dura radical con Mario Negri, Gerardo Morales, Ernesto Sanz y hasta con bajo perfil la propia Vidal. Con Gustavo Posse juega Martín Lousteau que quiere potenciar a la UCR y desteñir de amarillo a una UCR que en parte quedó atada al destino y las decisiones de Mauricio Macri durante sus cuatro años de gobierno.
Vidal, por ahora, se preserva. Entonces sale a la cancha la otra dama en Buenos Aires, Elisa Carrió, que este mismo fin de semana volvió a hablar de su disposición a ser tanto candidata a diputada nacional como a gobernadora. Nació en Chaco, se mudó a Capital y quiere hacer valer su refugio en Exaltación de la Cruz como domicilio electoral. Precisamente en esa chacra recibe a los principales dirigentes de Juntos por el Cambio y mantiene charlas informales sobre una posible candidatura. La más llamativa visita fue visita de Jorge Macri, intendente de Vicente López, junto a Néstor Grindetti, de Lanús.
El Grupo Dorrego, que entre otros integran los dos intendentes, apuesta a posicionar un buen candidato en esta elección. Macri busca posicionarse para el 2023. En principio no dejaría el municipio para postularse como diputado nacional pero ya visitó 14 de los 135 distritos bonaerenses este verano y en su agenda anotó otros diez para los próximos días.
A Vidal le cuida las espaldas Cristian Ritondo que le organiza zooms y reuniones con multiplicidad de dirigentes de todo el país. Pero también él mismo construye su precandidatura a gobernador. No oculta sus intenciones sino todo lo contrario. En el momento más duro de la pandemia organizó encuentros virtuales con todas las secciones electorales y tras la flexibilización de las medidas sanitarias empezaron sus giras. Ya estuvo en Guernica, José C. Paz, Malvinas Argentinas, Morón, San Isidro, Arrecifes, La Matanza, Chacabuco, Mercedes, Pinamar, Lobos, Ramallo, San Pedro, Necochea, Villa Gesell, Bahía Blanca y Mar del Plata. En 68 municipios tiene tropa propia. Sólo hizo una pausa a mitad de semana por la sesión en Diputados. Y el viernes retomó su anticipada campaña con una visita a Vicente López, territorio de Jorge Macri.
Otro que camina la provincia es Emilio Monzó. Prolijo, el ex presidente de la Cámara de Diputados le avisó a los principales referentes de Juntos por el Cambio que está decidido a dar la pelea en las PASO, entre ellos a Horacio Rodríguez Larreta. En su caso arrancó por Bahía Blanca, Pergamino y Trenque Lauquen. Tuvo que aislarse por ser contacto estrecho de un caso de COVID pero retomó el trajín este sábado. No fue muy lejos de Carlos Tejedor. La salida a Tres Algarrobos fue simbólica: recorrió la granja Avícola Cuenca con un discurso que apunta a mostrar su cercanía con el campo y los sectores productivos.
Si Vidal juga ordena la provincia, repiten distintos referentes bonaerenses que se mantienen expectantes de la interna por cargos partidarios que de la UCR. El triunfo de Abad o de Posse el 21 de marzo tendrá un efecto dominó sobre las listas y determinará qué puede pasar por ejemplo con Diego Santilli, con Emilio Monzó o con Gastón Manes. El hermano de Facundo Manes acompaña al jefe del bloque de diputados provinciales en su pelea contra el intendente de San Isidro. “Manaos” lo llaman despectivamente en la lista adversaria porque no es el neurólogo (que desistió de una candidatura cuando le ofrecieron el segundo lugar). La intención de Posse y quienes lo apoyan a nivel nacional es abrir la alianza opositora y salir “del sometimiento y sumisión a un esquema conservador”, reiteran en los actos de campaña donde critican el peso del PRO.
En el otro escenario, sin Vidal candidata en la Provincia, Rodríguez Larreta podría evaluar con Diego Santilli, que también aspira a la gobernación, si conviene que anticipe su salida como vicejefe. Según las encuestas que manejan mide muy bien en todo el país y si bien en la Ciudad lo necesitan para la gestión, sostienen, en Buenos Aires es difícil alcanzar los 42 puntos de la elección bonaerense del 2017, que son las listas de diputados que van al recambio. Es imprescindible un candidato o candidata fuerte para encabezar y que confronte tanto con el gobierno nacional como con el gobernador Axel Kicillof que venció a ‘Heidi’.
El plan de Larreta requiere de candidatos moderados que lo legitimen, algo similar a lo que le sucede al grupo de Martín Lousteau. Por eso para la Capital miden regularmente a Fernán Quirós. El ministro de Salud tiene una imagen asociada a la del jefe de Gobierno y no está “agrietado”. Sin embargo no se encuentra mejor posicionado que Patricia Bullrich que se expande más allá de la General Paz y que retiene los votos que podrían quitarle los liberales a Juntos por el Cambio.
La ex ministra de Seguridad de la Nación copió el método de Cristina Fernández y empezó a recorrer el país con su libro Guerra sin cuartel. Arrancó en la costa bonaerense y luego viajó a Córdoba y Mendoza, dos de los principales distritos del país donde Juntos por el Cambio tiene un gran caudal electoral. A pesar de que sería candidata por la Capital, como presidenta del PRO nacionaliza su figura. Bullirch carga dos mudas de ropa en su valija low cost y como si fuera por la presidencial sube a un avión adónde sea. Ya es un clásico que pida frenar el auto para delinearse los ojos sin que se mueva su mano después de haberse maquillado en el camino. No son pocos los dirigentes de Juntos por el Cambio que le temen a su capacidad de poner el cuerpo como hizo en los banderazos aún a riesgo de contagiarse coronavirus.
Mauricio Macri quiere que Bullrich lidere la lista de diputados nacionales de la Ciudad. Tiene pocos posibles contrincantes internos y sólo una que podría desplazarla pero que no necesariamente neutraliza el voto liberal: Vidal. La pregunta que genera escalofríos a los moderados es cómo queda posicionada si gana. ¿Y si supera el 50%? Muchos consideran que el jefe de Gobierno porteño se vería ‘lastimado’ mientras que mantendría sus pergaminos el ex presidente. También quedaría lastimada el ala modera si crece Carrió, que quiere ser un tapón para el acercamiento de peronistas o para figuras más dialoguistas como es Monzó.
En el Frente de Todos también los distintos referentes recorren los municipios y alternan la gestión con una militancia activa.
Con la vuelta a los encuentros personales el ‘albertismo’ (Claudio Ferreño, Gabriel Fuks, Fernando ‘Chino’ Navarro, entre otros) retomó su plan porteño de buscar candidatos que puedan representar al Presidente de la Nación y que defiendan a todas las figuras y a toda la gestión sin especulaciones. No hay nombres pero nunca falta quien mencione a Matías Lammens que sacó un 35% en la última elección, aunque no es el único que suena. Lo que se renueva son los 21 puntos del 2017, una mala elección. Para ganar un diputado más y un par de legisladores el Frente de Todos necesita un candidato o una candidata fuerte que al menos suba al 28 o 30%. Más allá de los nombres, y sin llegar al resultado del 2019, el Presidente podría celebrar una derrota si le arrebata alguna banca a Juntos por el Cambio en este turno electoral.
En la alianza gobernante insisten en que con el peronismo unido ganarán las elecciones. Y para que haya unidad tiene que haber un reparto proporcional en las listas de candidatos. La Cámpora se niega a suspender las PASO justamente para que las estructuras partidarias y el peso de los intendentes no se imponga por sobre sus intenciones. Arriesgan menos numéricamente en el Congreso porque las bancas que se renuevan son las del 2017 que fue la elección que perdió Cristina Fernández de Kirchner como candidata a senadora. La proporcionalidad del reparto dependerá del peso electoral de cada facción de la coalición y en Provincia son la Vicepresidenta y Máximo Kirchner quienes tendría una lapicera que no debe olvidar la lealtad de Sergio Massa ni obviar al sindicalismo siempre demandante pero imprescindible en un contexto en el que la puja salarial puede ser tanto una solución como un problema.
La foto de la semana muestra a un Frente de Todos yendo hacia el centro, con propuestas pensadas para el alivio fiscal de la clase media y una apertura al diálogo incluso con la Mesa de Enlace que hace una década enfrentó a la entonces Presidenta con el campo por la suba de las retenciones. Aquella crisis generada por la Resolución 125 fue la génesis del triunfo de Cambiemos.
Sobre esa agenda de centro habla Alberto Fernández con Sergio Massa, moderación que exige contener al kirchnerismo más duro. En ese sentido van también las recorridas del ministro de Economía, Martín Guzmán, por las provincias junto al ministro del Interior Eduardo ‘Wado’ de Pedro, la voz moderada del kirchnerismo. Guzmán logró esta semana algo inédito como el aplauso de los empresarios que lo escucharon en Casa Rosada el jueves en la convocatoria por el acuerdo de salarios y precios. Otro gesto: el involucramiento personal del Presidente en la vuelta a clases presenciales y el anuncio de la habilitación en Extraordinarias del proyecto para establecer la suba del mínimo no imponible de Ganancias que tiene apoyo de todas las fuerzas políticas. Más de 1.200.000 asalariados dejarán de pagar el impuesto.
Cerca de Máximo Kirchner responden que “a esta altura no estamos pensando en la elección ni en jugadas electorales. Estamos enfocados en la vacunación y en el mejor inicio de clases posible”. Agregan además la pelea y las variables para contener la inflación y la suba de precios y lo mismo dicen diferentes referentes del kirchnerismo. Aún no se armó una mesa electoral. “Larreta está de gira electoral por el país y Bullrich lo mismo. El macrismo está en campaña y nosotros intentando salir de esta tragedia. Tenemos prioridades diferentes”, agregan.
En distintos sectores internos del oficialismo aseguran que buscarán consolidar su electorado y superar ampliamente el 2017. La condición es la unidad, coinciden, unidad a la que le teme la oposición según admiten todas las fuentes consultadas.
En el oficialismo sacan cuentas: en Capital hay entre 4 y 8 puntos “anti” oficialismos que en algunos turnos electorales representó la izquierda y que hoy puede recoger la extrema derecha de José Luis Espert o Javier Milei. Otros cinco puntos los disputan Juntos por el Cambio y el Frente de Todos y dependen tanto de la inflación como de la llegada de las vacunas. Y de lo que suceda con las PASO.
El mensaje electoral además, creen muchos, será para la Justicia que tras el fin de la feria avanza sobre figuras del kirchnerismo, incluso sobre la Vicepresidenta de la Nación. Y así lo dicen: “Sigue intentando salvarle el cuero a Macri y se llevan la causa en la que persiguió y hostigó de manera ilegal a opositores en ese momento y se la llevan a Comodoro Py, su mejor estudio jurídico”.
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