Se supone que Martín Lousteau tiene intenciones de ir por la candidatura a jefe de Gobierno porteño en el 2023, aunque aparente moverse como candidato nacional. El único intendente radical fue Fernando de la Rúa, además el primero electo por voto directo de los ciudadanos porteños. Después gobernó Aníbal Ibarra y el PRO ya lleva cuatro periodos consecutivos, dos con Mauricio Macri y dos con la fórmula que integran Horacio Rodríguez Larreta y Diego Santilli, que tenía intenciones de sucederlo pero en principio está impedido por la Constitución de la Ciudad.
Aunque en las últimas semanas al senador se le puede seguir el recorrido por la provincia de Buenos Aires junto a Gustavo Posse, a quien apoya como candidato a presidir el comité provincial, sus intenciones trascienden el principal distrito electoral.
El economista se involucró de lleno en la interna de la UCR de Buenos Aires pero también en las otras provincias con la mira en el Comité Nacional de la calle Alsina y además con una estrategia para la Convención Nacional. En Córdoba apadrina a Rodrigo de Loredo que enfrenta desde la minoría la alianza que después de muchos desencuentros -incluso con presentaciones judiciales en 2019- alcanzaron Ramón Mestre y Mario Negri. El miércoles cerraron las listas y se anticipa una ardua confrontación.
El radicalismo es de los partidos más respetuosos de sus procesos internos. Presidir el Comité Nacional garantiza visibilidad y peso en las decisiones, por ejemplo en el rol del partido dentro de la alianza Juntos por el Cambio. Raúl Alfonsín volvió a ese cargo en 1993 para liderar la reforma constitucional que pactó con Carlos Menem en nombre del radicalismo. Los convencionales en cambio fijan posturas, planes y alianzas del partido como la sellada con el PRO y la Coalición Cívica.
El 14 de marzo habrá elecciones de autoridades y delegados al Comité Nacional y a la Convención en Córdoba. El 21 de marzo en Buenos Aires. Y a fin de año en la Capital. Entre los tres distritos concentran el 70% de los representantes de ambos órganos partidarios. Y Lousteau tiene en cada lugar sus candidatos para intentar construir un espacio nacional y dar una discusión fuerte de cara al 2023 e incidir en candidaturas, plataformas y alianzas electorales del partido al que se afilió recién cuatro años atrás. Lousteau es de los que creen que hay que recuperar un perfil que pueda incluir a dirigentes como Margarita Stolbizer, del GEN, o a Pablo Javkin, intendente de Rosario que mudó su juventud radical al espacio progresista santafesino.
En la Ciudad de Buenos Aires el ex ministro de Economía juega de local pero como visitante en Provincia comparte con Posse un alto nivel de conocimiento. Junto a ellos opera Federico Storani, ex ministro del Interior, ex diputado nacional, y más que un histórico conocedor de estas batallas y estrategias. En tiempos de virtualidad y redes sociales, los tres apelaron a los viejos métodos y recorren las distintas ciudades con charlas y encuentros con militantes y organizaciones locales. Esta semana estuvieron en Pergamino y Junín con referentes de la Segunda y Cuarta sección electoral, en Pinamar -donde Lousteau tuvo un almuerzo a solas con el intendente del PRO Martín Yeza- y en Mar del Plata, Quinta sección electoral. En los próximos días desembarcarán en La Plata.
“Martín tiene proyección de futuro”, arengó a sus escuchas Storani esta semana en un acto de la Lista 14. “Lo vimos en esta agenda nueva que es la agenda de género cuando intervino en la interrupción voluntaria del embarazo y a todos nos llenó de orgullo, por lo menos a los que somos radicales de pura cepa”, subrayó. Y agregó que “esa es la buena oposición, marcar las diferencias, proponer caminos alternativos e ir construyendo. El primer paso se trata de recuperar este instrumento, no es menor la elección del 21 de marzo, es una bisagra, otra bisagra más que nos enfrenta. El futuro es nuestro por prepotencia de trabajo, vamos a ir a patear, en el buen sentido de la palabra, todos los lugares de confort que sean necesarios para lograr que este partido que nació para ser radical, transformador, cumpla con su destino”. Lousteau asentía detrás suyo.
La batalla bonaerense es tan trascendente que las máximas figuras partidarias pusieron un pie en el distrito. Gerardo Morales, Ernesto Sanz, Alfredo Cornejo, Mario Negri y el gobernado Gustavo Valdés abrazaron a Maximiliano Abad, presidente del bloque de diputados provinciales de Juntos por el Cambio. De hecho Sanz dejó el bajo perfil después de mucho tiempo. También María Eugenia Vidal se apuntó de este lado, aunque no sea radical.
En el entorno de Lousteau hay confianza. Aunque la fórmula de Posse y Danya Tavela, rectora de la Universidad del Nordeste, enfrenta al candidato con más respaldos, están convencidos de que pueden dar una gran sorpresa. El intendente de San Isidro se siente fuerte en el Conurbano. Y en su entorno apuntan dos datos: el respaldo de los jóvenes en los que se apoya el senador porteño y la presencia en el espacio de Pablo Domenichini, rector de la Universidad de Almirante Brown, único claustro del Conurbano dirigido por un radical. Domenichini es delegado al Comité Nacional.
En el entorno de Posse y Lousteau agradecen además la prescindencia de Horacio Rodríguez Larreta que en su paso por Mar del Plata no se tomó foto con Abad.
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