Nació como una de las primeras iniciativas de su gobierno incluso unos días antes de que asuma en su cargo. Alberto Fernández ideó en ese momento el Consejo Federal Argentina contra el Hambre para impulsar políticas de seguridad y de soberanía alimentaria para garantizarle el acceso a los alimentos a los sectores más castigados de la sociedad. Y al poco tiempo de su llegada a la Casa Rosada el primer mandatario hizo la primera reunión con una amplia convocatoria. Luego la pandemia ralentizó su accionar y su evolución. Ahora el oficialismo intentará una suerte de relanzamiento.
El Presidente encabezará hoy desde las 11.30 la primera reunión de 2021 del Consejo Federal junto al ministro de Desarrollo Social, Daniel Arroyo, y la titular del Consejo Nacional de Coordinación de Políticas Sociales, Victoria Tolosa Paz, que se realizará en forma virtual desde la residencia de Olivos. También participarán del encuentro representantes de organizaciones sociales, religiosas, empresariales y sindicatos, entre otras.
Habrá un informe de las tres comisiones que se crearon en agosto de 2020 con el objetivo de descentralizar el trabajo: Acceso a los alimentos, Calidad y educación nutricional y Producción y comercialización de alimentos para la soberanía alimentaria. Todas están integradas por funcionarios del Ministerio de Desarrollo Social y representantes de sectores académicos y referentes de distintas organizaciones sociales, sindicales, de la Iglesia y de las cámaras empresariales.
Las tres comisiones se mantuvieron activas durante estos meses pero por primera vez harán una exposición y un balance de su labor frente al presidente y a los principales encargados del Consejo.
También el ministro Arroyo detallará todo lo que se hizo hasta el momento a través de su cartera, especialmente con la tarjeta Alimentar y con los demás programas sociales. Fuentes oficiales informaron que se convocará a una intervención más activa de los personajes famosos que se involucraron en esta iniciativa presidencial -Marcelo Tinelli y Narda Lepes, por ejemplo- con el objetivo de difundir los beneficios de una mejor alimentación entre la población argentina.
El Consejo Federal tuvo su última reunión el 18 de agosto y allí se detalló que durante el primer año de gestión, el gobierno nacional destinó -a través de Desarrollo Social- más de $121.600 millones para sostener y ampliar la tarjeta Alimentar y los programas de módulos alimentarios, asistencia a comedores, merenderos y comedores escolares y Pro Huerta, entre otros.
La Tarjeta Alimentar funciona como cualquier tarjeta de débito y permite a sus titulares la compra de alimentos -excepto bebidas alcohólicas. Sus beneficiarios, en su gran mayoría, son madres o padres con hijos y/o hijas de hasta 6 años que reciben la Asignación Universal por Hijo (AUH), embarazadas a partir de los tres meses de gestación que cobran la Asignación por Embarazo para Protección Social y personas con discapacidad que reciben una asignación.
A partir de este mes -el pago se efectuará el miércoles 19 de febrero- habrá un aumento considerable del monto a percibir. Mensualmente, se acredita en cada Tarjeta Alimentar $4.000 para titulares que tienen un hijo o una hija y $6.000 para titulares con dos o más hijos. En mayo y diciembre se duplicó el monto acreditado en cada tarjeta para mejorar la capacidad de compra. Ahora, teniendo en cuenta el fuerte aumento en los precios de la canasta de alimentos se cobrarán $6000 y $9000, respectivamente.
La inversión total será de $93.355 millones para los 1.567.751 titulares de la tarjeta, destinadas a 1.945.047 niños y niñas, 45.710 embarazadas y 49.520 personas con discapacidad.
Con respecto a los comedores escolares, con una inversión del Gobierno de $8.261 millones que alcanzan a más de 19.000 escuelas en todo el país, se suplementa el sistema alimentario escolar con la adquisición de raciones alimenticias -desayunos, almuerzos o meriendas- que, durante el aislamiento, se adaptaron a sistemas de viandas, a través de la transferencia de fondos a los gobiernos provinciales.
La ayuda, además, se extendió a merenderos y comedores comunitarios -mediante el Programa Abordaje Comunitario-, la distribución de alimentos a granel entre familias en situación de extrema vulnerabilidad social y el Programa Prohuerta, que distribuyó insumos -semillas, frutales, animales de granja y herramientas- y ofrece capacitación y apoyo técnico a unas 610 mil huertas familiares, escolares y comunitarias.
Durante el último encuentro de 2020, además del balance trazado por los funcionarios que integran el Consejo, se escucharon algunas voces críticas sobre la puesta en marcha de algunos de los programas que incluía. La ex senadora y ex ministra de Desarrollo Social, Hilda “Chiche” Duhalde, había pedido la unificación de los planes sociales y unos días después decidió abandonar esta denominada “Mesa contra el Hambre”.
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