Un sector de la UCR pidió que los partidos políticos se alejen de “las dos minorías intensas y movilizadas”

El texto es firmado por Luis Naidenoff, Mario Negri y Ernesto Sanz, entre otros referentes del radicalismo. Convocan a erradicar “hábitos que degradan la política” y repensar la agenda política para la pospandemia. Además, realizaron un pedido para mantener las PASO

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Ernesto Sánz, Luis Naidenoff, Mario Negri y Karina Banfi
Ernesto Sánz, Luis Naidenoff, Mario Negri y Karina Banfi

Corren tiempos de definiciones para el calendario electoral. Mientras el Gobierno define si avanzará en la suspensión de las primarias, la oposición se reagrupa y mueve fichas en el tablero. En un manifiesto crítico hacia el Gobierno y las “minorías intensas” en el país, un sector de la UCR expresó su preocupación ante “la situación de mayor gravedad institucional y fragilidad nacional que hayamos vivido desde la restauración democrática”. Las líneas, sin embargo, tienen un objetivo más inmediato: “Respetar la legislación electoral vigente sin alteraciones bruscas”.

El documento, titulado “Manifiesto por la esperanza democrática”, cuenta con las firmas de varios dirigentes de las líneas internas de la UCR, entre las que figura la reaparición de Ernesto Sanz, uno de los fundadores de Juntos por el Cambio. El escrito fue pensado por el ex senador de Mendoza y Jesús Rodríguez, del Grupo Olimpia, junto con los jefes de la bancada radical en la Cámara baja y alta, Mario Negri y Luis Naidenoff. Hacia la tarde, la iniciativa contaba con la adhesión de la mayoría de los diputados y senadores nacionales que integran el partido.

La proclama, que consta de 13 páginas, tiene un pedido concreto hacia la Casa Rosada, que evalúa por estas horas los pasos a seguir en relación a las Primarias Abiertas Simultáneas y Obligatorias (PASO). Desde diciembre, la mayoría de los gobernadores del Frente de Todos están de acuerdo con la suspensión, pero el presidente Alberto Fernández se manejó hasta ahora de manera cautelosa: quiere que haya consenso en el Congreso. Entre los mandatarios provinciales a favor del proyecto también hay tropa propia: los radicales Gerardo Morales (Jujuy) y Gustavo Valdéz (Corrientes) militan para que se levanten por única vez. Y Rodolfo Suárez (Mendoza) quiere que se sostengan solo donde haya competencia.

Gerardo Morales y Alberto Fernández en la Casa Rosada
Gerardo Morales y Alberto Fernández en la Casa Rosada

En ese escenario, los principales referentes del radicalismo en el Congreso difundieron un mensaje que no deja lugar a dudas sobre la decisión que tomarán a nivel legislativo, que es donde el Gobierno debe conseguir los votos para aprobar la supresión de las PASO. “Deseamos consolidar la unidad de Juntos por el Cambio, como herramienta imprescindible para una alternativa de poder y aspiramos a encabezar con pensamiento y acción renovados los desafíos electorales que se avecinan. Para eso, respetar la legislación electoral vigente sin alteraciones bruscas es una garantía para la legitimación del proceso democrático”, sostiene el grupo firmante.

En Juntos por el Cambio hay sectores del PRO y de la propia UCR que son refractarios a la propia idea de elecciones primarias obligatorias, y que desde hace años buscan su derogación. Pero el sector encabezado por Sanz, Negri y Naidenoff quiere impedirlo y que se continúe con el calendario electoral previsto. Quieren que haya una competencia abierta en todas las provincias y en todas las categorías.

El texto tiene un contenido programático a la vieja usanza de los partidos. Apunta hacia la interna de Juntos por el Cambio con definiciones sobre cuatro ejes: respeto al Estado de derecho, defensa de los derechos humanos, integración al mundo y progreso social. Parte de un duro diagnóstico sobre el estado que atraviesa el país y fuertes críticas hacia el peronismo, al que le adjudican “ciertos hábitos que debilitan las instituciones republicanas y degradan la política” y que constituye un “polo retrógrado” que “ha maquillado sus viejos modos excluyentes y sectarios bajo un nuevo ropaje”.

Enfrentamos la situación de mayor gravedad institucional y fragilidad nacional que hayamos vivido desde la restauración democrática. A un modelo económico y productivo agotado en su capacidad de crecimiento y desarrollo, se agregan amenazas al orden constitucional y peligros sobre la salud de las personas”, señala el escrito. Sobre las razones del tipo institucional, compara “la toma facciosa del Capitolio” en Estados Unidos con el “asalto doméstico como el que se intentó en 2017 sobre nuestro Congreso, o la contumaz negativa a reconocer (...) por parte de presidentes salientes la investidura de quienes los reemplazan bajo el imperio de la Constitución y la soberanía del pueblo”, en clara alusión al irregular traspaso de mandato entre Mauricio Macri y Cristina Kirchner.

Los adherentes establecen una agenda para discutir una vez superada la pandemia. Alertan de que habrá un “momento excepcional” en el mundo, que dejará a Estados “sobre-endeudados” por el peso de la asistencia social ante la crisis del coronavirus, y que se deberá tomar nota de “los nuevos hábitos de alta incidencia económica” que deja la emergencia sanitaria, como la “digitalización absoluta de la vida cotidiana”.

“No es una vacuna lo que nos sacará adelante, tampoco es la prórroga del pago de la deuda externa; éstas son condiciones necesarias, pero absolutamente insuficientes”, advirtieron los firmantes del manifiesto.

Si bien no buscan excluir a ningún sector de la coalición, el escrito toma distancia de “las dos minorías intensas y movilizadas” del sistema político, que “esperan que el fracaso del otro les allane el camino al poder, sin reparar en el enorme costo en sufrimiento y empobrecimiento que eso implica para la mayoría de nuestras y nuestros compatriotas”. “No hay modo de construir el poder necesario para sacar el país adelante sin un profundo cambio de paradigma en la relación entre las fuerzas políticas que tienen la posibilidad de alternarse en el gobierno”, sostienen los dirigentes que lanzaron la proclama, que incluyen a Lilia Puig; Maxi Abad; Pablo Blanco; Facundo Suarez Lastra; Karina Banfi; Fabio Quetglas; Adolfo Stubrin, Walter Ceballos y Agustín Campero.

“Los y las radicales no debemos dejarnos ganar por un ánimo vengativo ni obrar en el mismo sentido. No corresponde nunca, menos en una crisis como la que vivimos”, aseguraron, y marcaron su respeto hacia la contienda política: “En lo que no podemos dejar de ser absolutamente intransigentes es frente a la mentira, frente a la corrupción y frente a los avances contra la Constitución y la ley. Para eso ni paciencia ni tolerancia”.

Por lo tanto, la apuesta es a una convergencia de fuerzas políticas donde se deberán respetar “reglas claras de competencia y colaboración”, en la que se tenga que asumir “el compromiso formal de un acuerdo programático”. También traza una futura convocatoria a un posible pacto social, con un guiño crítico incluido a la experiencia de gestión de Mauricio Macri. Sobre ese punto, afirman que obtener “el respaldo únicamente de los sectores productivos y sociales más dinámicos” sería “cometer nuevamente un error”, en referencia al respaldo que tuvo el empresariado hacia Juntos por el Cambio.

“El camino requiere propuestas claras de integración y cohesión social hacia quienes se van convirtiendo en la mayoría en este país, los desplazados y desplazadas, los excluidos y excluidas a tal punto que al perder la esperanza perdieron hasta la expectativa de encontrar nuevamente un rol productivo que sostenga su autoestima”, definieron. Sin embargo, se mostraron en contra de cooperar con organizaciones sociales que tienen “como rehenes” a personas para proveerles paliativos y “entes intermediarios que retroalimentan la situación de pobreza”. “En su lugar, las políticas universales de igualdad deben garantizar las libertades personales y recostarse firmemente en la educación y la salud pública como vectores imprescindibles de la emancipación”, indicaron.

Nuestra misión es, en síntesis, liderar y engrandecer un polo socio-político y cultural pluripartidario que exprese a la Argentina laboriosa e innovadora, que integre a los grupos desfavorecidos, que respete las normas, que estimule la responsabilidad, que valore la educación y los bienes públicos, que renuncie al engaño como modo de hacer política, que crea en el progreso y en el diálogo social, que esté dispuesta a transformarse y trabajar por su mejor inserción global”, concluyeron en el extenso escrito.

Ausencias

Llamativamente, entre los que no adhirieron de manera explícita al texto hay nombres relevantes en la estructura paritaria: el presidente de la UCR, Alfredo Cornejo, y los gobernadores Morales y Valdés. “No les queríamos hacer firmar por las responsabilidades que tienen”, sostuvo a Infobae uno de los impulsores de la iniciativa.

Desde el sector de Cornejo aclararon que el ex gobernador de Mendoza coincide con las definiciones del tono de la proclama, pero que al contar con un rol institucional partidario, optó por no expresarse. Otras ausencia que sorprende es la del senador nacional Martín Lousteau, junto a los referentes del radicalismo de la UCR porteña y del bloque Evolución. El agrupamiento capitalino del partido centenario suele tener autonomía y diferenciarse de la conducción nacional. Los impulsores del “Manifiesto” aseguran que invitaron a todos los sectores.

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