El gobernador de Córdoba, Juan Schiaretti, decidió aplicarse la vacuna Sputnik V contra el coronavirus. La decisión estuvo basada en una recomendación del comité de expertos que lo asesora, según informó este viernes su gobierno.
La administración de Schiaretti puntualizó: “Lo hace luego de que comenzamos a aplicar la vacuna a las personas mayores de 60 años de los equipos de salud, de los geriátricos con más de 50 residentes y docentes en actividad”.
Según agregaron a Infobae, los expertos tuvieron en cuenta que Schiaretti tiene 71 años, es hipertenso, diabético y fue operado por problemas cardíacos.
El cordobés era uno de los gobernadores que hasta el momento había evitado inocularse porque prefería priorizar al personal médico.
Horacio Rodríguez Larreta, jefe de Gobierno de la Ciudad, es uno de los mandatarios que hasta el momento no se vacunó. “La estrategia indicada por el Ministerio de Salud indica que en esta primera etapa se debe priorizar a los trabajadores de la salud expuestos a la atención del COVID, independientemente de que Horacio no integra ninguno de los grupos de riesgo“, precisaron en su entorno cuando comenzó la campaña.
A principios de año, Rodríguez Larreta contrajo la enfermedad y originó un abanico de reacciones en el kirchnerismo. El senador Mariano Recalde dijo que debería haberse inoculado para “cuidarse y no contagiar a los demás”. La diputada Cecila Moreau planteó que “se debe haber aplicado la vacuna y no lo admite” para no ser criticado por referentes de su espacio político. Y esta semana el gobernador Axel Kicillof le pidió públicamente que se aplique la Sputnik.
Su entorno mantiene el mismo criterio que en el principio de la campaña: “Horacio no pertenece a los grupos de riesgo y por ahora no va a vacunarse hasta que lo indiquen los protocolos”.
Mientras tanto, el gobierno nacional continúa negociando para acelerar el arribo de más dosis elaboradas en Rusia y mantiene conversaciones con un laboratorio de China. Esta semana, el ministro de Salud, Ginés González García, aseguró que el gobierno se impuso un objetivo muy exigente: lograr la inmunidad de rebaño a mediados de año.
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