María Estela Martínez de Perón -Isabelita- cumplió ayer 90 años en Madrid, donde reside, acompañada por su sobrina, Norma Estela Ferreiro. Allegados a la ex presidenta argentina informaron que tuvo una sorpresa muy especial durante la tarde cuando el propio papa Francisco la llamó por teléfono para saludarla y dialogar durante algunos minutos.
La comunicación empezó a gestarse la semana pasada a través del obispo de Río Gallegos, monseñor Jorge García Cuerva a quien le agradecen especialmente en el entorno de la ex esposa de Juan Domingo Perón “su anónimo y desinteresado gesto, trato casi familiar, humildad y dedicación personal” para concretar el contacto. También fue un eslabón importante el presidente del Episcopado argentino, Oscar Vicente Ojea.
No es el primer reconocimiento de Francisco con la ex Primera Dama que asumió el poder en 1974 tras el fallecimiento de Perón. Infobae reveló a mediados de 2020 que el Pontífice le había obsequiado un rosario a través de Carlos Luna, un exiliado argentino que está radicado en Suecia y es amigo de ambos.
De hecho, Luna fue otras de las personas que ayer se acordó del aniversario de Isabelita. La llamó dos veces y mantuvieron “un diálogo emotivo, muy amical”, relatan.
Isabel Perón es una mujer de sólida formación católica y muy religiosa. Ya no asiste a misa como solía hacer, pero recibe la comunión en su casa.
Durante el día de su cumpleaños, Isabel recibió obsequios, flores, y un video con un compilado de saludos de varias personas que se acordaron de ella en la Argentina. No hubo ningún contacto oficial del gobierno.
María Estela Martínez Cartas nació en La Rioja el 4 de febrero de 1931, hace 90 años. Hija de un empleado bancario y de una ama de casa. Su padre murió siete años después y fue enviada a Buenos Aires, para ser criada por el matrimonio de José e Isabel Cresto. Se dice que en esa casa tuvo su primer contacto con el espiritismo. Como tantas mujeres de ese tiempo no terminó la secundaria pero estudió baile, danza y piano. A los veinte años se incorporó a una compañía de danzas españolas y tradicionales. Ese parecía que iba a ser el modo de ganarse la vida. Ingresó a una compañía de baile y salió de gira por Latinoamérica. Utilizaba el nombre artístico de Isabel, como la mujer que la crió.
Las versiones sobre como conoció a Juan Domingo Perón son varias. Ese es territorio más de la leyenda que de la historia. Son varios los que se atribuyen haberlos presentado. Otros sostienen que ella, que había llegado a Panamá como integrante del Joe Herald’s Ballet se acercó a la mesa del ex presidente en el cabaret Happyland. Primero fue secretaria personal pero muy rápidamente se convirtieron en pareja. Ella tenía 24 años y Perón 60. Se llevaban 36 años.
Perón murió el 1 de julio de 1974. La vicepresidenta asumió la primera magistratura tal como indica la Constitución Nacional. Fue una presidente débil. Las luchas (simbólicas y reales) eran intensas y despiadadas, la economía crujía, la violencia se instalaba definitivamente, los militares presionaban. En un país presidencialista, que venía de esperar que un solo hombre le solucionara todos los problemas, la falta de experiencia y el absoluto desconocimiento político de Isabel complicaron más las cosas todavía.
Finalmente, en 1976 fue derrocada por la dictadura militar. Estuvo detenida. El 9 de julio de 1981 fue liberada y ella partió hacia España. Se instaló, siempre con discreción, en la famosa casa de Puerta de Hierro, el lugar al que todos peregrinaban a fines de los sesenta y al inicio de la década del setenta para ver a Perón.