La Cámara Federal de Rosario confirmó el procesamiento de Marcos Di Palma por el delito de interrupción del transporte de energía eléctrica que afectó a la ciudad de Capitán Sarmiento en el mes de diciembre de 2017. Además, los jueces de la Sala A confirmaron un embargo por 400 mil pesos ordenado por el juez de instrucción. De esta manera, el tribunal ratificó la resolución que en junio de 2019 dictó el juez federal de San Nicolás, Carlos Villafuerte Ruzo en la causa en la que interviene como fiscal Matías Di Lello. El fallo, que lleva la firma de los camaristas José Guillermo Toledo y Aníbal Pineda, se dictó en noviembre y notificado recién esta semana a la fiscalía federal de San Nicolás.
La Sala A de la Cámara de Rosario rechazó los argumento de la defensa del ex piloto de TC al señalar “se puede inferir que Di Palma no podía desconocer dos hechos fundamentales, los cuales son que la avioneta que piloteaba no poseía la rehabilitación siendo su directa consecuencia que ésta no era apta para volar, a lo que se suma su falta de habilitación como piloto.” Los camaristas sostuvieron además que “era su deber saber que no podía pilotear ni usar una la aeronave en cuestión por no encontrarse ésta, así como el nombrado en calidad de piloto, en las debidas condiciones conforme a la normativa vigente en materia de aviación”.
En ese mismo sentido se había pronunciado oportunamente el fiscal federal Matías Di Lello quien había remarcado que al momento de los hechos, el diputado provincial del Frente de Todos carecía de licencia actualizada y de apto psicofísico para manejar el avión. En esa ocasión, el representante del Ministerio Público había señalado que la avioneta -un Cessna matrícula LV-IPT- no contaba con el mantenimiento establecido por la ley, por lo que no se encontraba apta para volar. De acuerdo con lo que consta en la causa, la última rehabilitación de la aeronave es del 22 de julio de 2010 y venció en el año 2011.
En el llamado a indagatoria, el fiscal Di Lello indicó que se encontraba “comprobada la interrupción del transporte de energía eléctrica, que ello fue causa del corte de un cable de alta tensión colisionado por el avión que conducía Di Palma”, y agregó que eso ocurrió “por volar por debajo de la altura de vuelo reglamentaria”. Esto fue corroborado por la declaración del mecánico de aeronaves y empleado de la Junta de Investigaciones de Accidentes de Aviación Civil que intervino.
Al declarar, dijo “el piloto no sólo sobrevolaba a una altura reglamentaria no permitida, sino que además no poseía su licencia de piloto actualizada, la aeronave piloteada no se encontraba en condiciones para volar y la misma era piloteada sin la debida autorización de su verdadero propietario”. También declararon varios trabajadores que realizaban tareas en una obra ubicada a pocos metros del lugar del hecho.
Según la documentación enviada por la Administración Nacional de Aviación Civil (ANAC) a pedido del fiscal Di Lello, no es la primera vez que Di Palma realiza maniobras imprudentes a bordo de la avioneta en cuestión o que efectúa viajes sin tener autorización para pilotearla.
Los jueces Toledo y Pineda consideraron estos argumentos y concluyeron que correspondía confirmar el procesamiento de Di Palma dictado en primera instancia. Pero aclararon “que con el devenir del proceso pueda modificarse la situación procesal del encartado ya que sabido es que el auto de procesamiento constituye una resolución provisoria, que se dicta en momentos iniciales de la investigación”.
La causa se inició por la denuncia que un empleado de la empresa de Transporte de Energías de Buenos Aires hizo en la comisaría de la ciudad de Arrecifes. En esa oportunidad, relató que el 7 de diciembre de 2017 recibió un llamado telefónico del Centro Operativo de Ezeiza en el que le informaron que toda la ciudad de Capitán Sarmiento se había quedado sin energía eléctrica. Personal policial especializado se acercó hasta el km 178,5 de la ruta 8 -donde se había localizado la falla- y verificó que una avioneta que volaba hacia Capitán Sarmiento a baja altura pasó por arriba del puente del río Arrecifes había cortado uno de los tres cables de alta tensión.
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