La ensayista Beatriz Sarlo participó, ayer, de un debate entre dirigentes del oficialismo y la oposición con la gestión sanitaria del Gobierno y la situación judicial del ex vicepresidente Amado Boudou como ejes centrales. En ese marco, pronunció una llamativa frase: “Me ofrecieron la vacuna bajo la mesa y dije: ‘Jamás, prefiero morirme ahogada de COVID’”.
La reconocida pensadora, además, aseguró que no distingue en la sociedad argentina “una reacción antivacunas”, y cuestionó el enfrentamiento político entre el Frente de Todos y Juntos por el Cambio. Lo hizo frente a la presencia del senador Mariano Recalde, Victoria Tolosa Paz, el diputado Pablo Yedlin, y los ex funcionarios de Cambiemos Adolfo Rubinstein, Hernán Lombardi y Alejandro Finocchiaro, en el programa “A dos voces”, de TN.
Al hacer un repaso del panorama político judicial, Sarlo indicó que “tiene que haber un acuerdo político-intelectual donde aquellos que han delinquido vayan presos, se llamen Boudou, Cristina Kirchner, Mauricio Macri o el Espíritu Santo”.
“No me importa su naturaleza transhumana. No puede ser que se ponga en discusión si alguien va a ser condenado: la condena o la posible condena y si tiene derecho a un curso de filosofía. Habría que hacer una escena cómica sobre el asunto”, amplió.
En ese punto, Recalde la interrumpió: “Otro acuerdo que deberíamos tener es no condenar a través de los medios de comunicación. Y que los delitos que cometan Beatriz Sarlo o quien fuera, se juzguen”. Y Sarlo replicó: “Por el momento ninguno. Me ofrecieron incluso la vacuna, bajo la mesa, y dije ‘¡Jamás! Prefiero morirme ahogada de COVID’. O sea que, por el momento, ninguno, eh”.
Para la ensayista, la reducción de la pena con la que fue beneficiado Boudou significa que “se busca un indulto, o una amnistía de todos los encausados o posibles encausados de la administración anterior”. “Hay un plan que tiende a la desresponsabilización”, agregó.
Con relación a la vacunación de personalidades del país como parte de un plan de difusión y estímulo, Moria Casán anunció esta semana que la convocaron desde el gobierno de la provincia de Buenos Aires y que se inoculará mañana, viernes, con la primera dosis de Sputnik V.
“Soy provacuna, me voy a vacunar con la Sputnik. Me llamaron para saber si quería por mi edad, porque soy de riesgo, y les dije que sí, que absolutamente. Para eso están los científicos que trabajan: para que tengamos una vida mejor. Sería ignorante, si me di todas las vacunas toda mi vida, ¿por qué no me voy a dar esta?”, señaló.
Consultado por este plan, el gobernador Axel Kicillof afirmó ayer que el objetivo es invitar a referentes de la cultura y el deporte a que se apliquen el inoculante de manera pública.
“Estamos invitando a referentes de otros campos a que se vacunen. Utilizaríamos pocas vacunas, unas 100, para que con su ejemplo puedan convencer a otros”, dijo, y agregó: “Al ver que ellos también ponen el hombro, algunos pueden convencerse de que esta vacuna, como todo lo que aprueba nuestro ANMAT, sirve, previene y cuida”.
Versiones periodísticas, por otro lado, aseguran que la vacuna de Rusia fue ofrecida al candidato presidencial ecuatoriano Andrés Arauz, el mismo que afirmó días atrás que Alberto Fernández le prometió más de 4 millones de vacunas contra el coronavirus para Ecuador.
Sus dichos, expresados en el debate presidencial que tuvo lugar el pasado 17 de enero, tuvieron gran repercusión. Tal es así que el propio Alberto Fernández debió salir a aclarar que la promesa solo era de “interceder” en favor del abastecimiento de dosis para ese país. Igualmente renovó su compromiso para negociar con el laboratorio a los fines de que se contemplen las necesidades de Ecuador.
Seguir leyendo: