El secretario adjunto de Camioneros, Pablo Moyano, no descarta realizar “movilizaciones, un paro general (del gremio) y todo lo que sea necesario” si el gobierno porteño avanza en el proyecto de “sacarle a los trabajadores” de la recolección de residuos un “porcentaje importante de los salarios”, en el marco de la renegociación de los contratos del servicio de higiene urbana.
Desde hace meses, la gestión del jefe de Gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta, estudia la posibilidad de reducir un día a la semana la recolección de residuos, junto a la eliminación del pago por feriados trabajados.
Según las cuentas del sindicato, la quita de esa jornada extra equivaldría a una reducción de “15000 o 23000 pesos” en los ingresos por empleado.
La intención oficial de ajustar los gastos en el servicio de recolección de basura empezó a analizarse cuando el Gobierno nacional avanzó sobre la quita de recursos coparticipables a la Ciudad de Buenos Aires, que aprobó por ley el Congreso de la Nación. Ante la caída de esos ingresos, la gestión de Rodríguez Larreta achicó distintos rubros en las erogaciones de partidas.
“La recolección de los residuos se hace de lunes a lunes, que es lo que pagan los vecinos a través del ABL (Alumbrado, Barrido y Limpieza)”, advirtió Moyano en diálogo con El Destape Radio.
El sindicato de Camioneros convocó a asambleas de delegados desde hace días. La Ciudad mantiene un contrato vigente con las seis empresas concesionarias, a las que se les paga por el servicio una suma de $30.000 millones por año. El recorte previsto por el gobierno porteño es la reducción de alrededor de $3.000 millones.
En la actualidad, las firmas operadoras trabajan todos los días, mientras que los sábados se lleva adelante un servicio reducido del 50% en la Ciudad. En las zonas donde hay mayor turismo o cuentan con una complejidad específica, como los barrios populares, se refuerza el trabajo.
Las cifras oficiales señalan que cada día se generan 8.000 toneladas de basura. El caso atípico fue el comienzo de cuarentena durante el año pasado, en pleno aislamiento obligatorio, cuando ese monto bajó a 6000.
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