Esta semana Axel Kicillof dejó Chapadmalal y volvió a instalarse en la gobernación de La Plata. Retornó después de la reunión con intendentes bonaerenses en Villa Gesell y ya prepara la próxima reunión de control epidemiológico, que será de alto voltaje político: tendrá lugar el próximo martes en Necochea, un municipio que ganó la oposición en 2019, pero cuyo intendente rompió con la coalición que conformó con el PRO, la UCR y la Coalición Cívica. La presencia del mandatario provincial en la localidad balnearia será un guiño a Arturo Rojas del partido FE, que después de la muerte de Gerónimo ‘Momo’ Venegas y de su ‘heredero’ político en la UATRE, Ramón Ayala, se acercó al Frente de Todos como también lo hizo su par de San Pedro, Cecilio Salazar.
La cumbre de intendentes que se realiza cada martes en distintos municipios de la costa bonaerense se lleva a cabo en forma presencial y de manera remota: los jefes comunales de los distritos más alejados se conectan habitualmente vía web. En el próximo encuentro Kicillof anunciaría la ampliación de la actividad comercial hasta las dos de la madrugada, siempre con los protocolos y restricciones vigentes.
El dato político es que el gobernador eligió el municipio que hasta 2019 gobernó un hombre del massismo, Facundo López. Primero Rojas le ganó la PASO a un radical y frenó la reelección de López al frente del municipio. A mediados del año pasado, en medio de la pandemia, se definió como un dirigente independiente. Sus redes sociales no dejan dudas: tuitea foto tras foto junto a funcionarios del gabinete de Alberto Fernández y del gobernador bonaerense y retuitea gran parte de los anuncios de Kicillof. El 30 de diciembre se vacunó con la primera dosis de la Sputnik V después de acceder al pedido que el gobernador les hiciera a los intendentes. No fue el único opositor en aplicarse la vacuna rusa, también lo hicieron Ezequiel Galli, de Olavarría, y Javier Iguacel, de Capitán Sarmiento, como un gesto para generar confianza entre la población. Pero Galli e Iguacel lo hicieron después de la primera semana de enero, mientras que Rojas lo hizo el 30 de diciembre del año pasado, apenas un día después que el gobernador.
El intendente no tiene intermediarios en su vínculo con Kicillof. De a poco Rojas se acercó y logró el acompañamiento a su municipio con obras y recursos financieros. Ahora sumará un respaldo político.
En la reunión del próximo martes la provincia de Buenos Aires podría tomar una importante decisión si la curva de descenso de casos se confirma. Ayer fue otro día de optimismo en La Plata: nuevamente bajaron en 400 casos los contagios por COVID-19 respecto a la semana anterior. Si se logra consolidar la baja el gobernador, junto al ministerio de Salud y a los intendentes, anunciaría la extensión de la noche hasta las 2 de la madrugada como un “incentivo” al sector comercial, en palabras de los propios funcionarios.
De todos modos la flexibilización no iría más allá de ese horario. Todavía miran con atención en la gobernación los números de Mar del Plata y Pinamar, donde las cifras de contagio siguen siendo altas. Aunque los dos intendentes, Guillermo Montenegro y Martín Yeza, acatan las medidas acordadas y los protocolos, el vínculo con Kicillof es distante. Ambos estuvieron en desacuerdo con las restricciones nocturnas.
Según dijeron a Infobae en Buenos Aires no reabrirían más de lo prometido porque el objetivo, coincidieron las fuentes consultadas, es mantener la curva descendente hasta marzo de manera de poder abrir las escuelas y tener la mayor presencialidad posible en el regreso a clases.
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