Luego de la polémica desatada en San Andrés de Giles por la vacunación de unas 20 personas que no integran el personal de salud, dos concejalas que también se habían aplicado las Sputnik V presentaron su renuncia.
Se trata de la presidenta del Concejo Deliberante, Laura Branchini, y de la concejala Mariana Cané, quienes integran el Frente de Todos y fueron acusadas por la oposición de obtener “un beneficio que no les correspondía en detrimento de la sociedad”.
Esta mañana, a través de la oficina de prensa del Honorable Concejo Deliberante, se difundieron dos comunicados en los que explican los motivos de su salida y volvieron a pedirle disculpas a la comunidad.
“Como ya expresé a mis compañeros de bloque, fui llamada porque una persona no respondía el llamado del vacunatorio. Me encontraba trabajando en la calle, como lo hago a diario, haciendo lo que sé hacer, y lo que seguiré haciendo, porque siempre entendí que mi función era mucho más que estar presente en el Honorable Concejo Deliberante”, expresó públicamente Laura Branchini al dar su versión de los hechos.
Además, Branchini refirió al uso político que hicieron los concejales de Juntos por el Cambio: “Lamento que algunas mujeres y hombres de la política local hayan aprovechado esta situación sin medir consecuencias personales ni humanas, difundiendo en medios nacionales una historia que no fue tal. Antes de escuchar mi versión en el ámbito que compartimos ya existían comunicados repudiando una acción que desconocían”.
“Aquellos que aún no me conocen, quizás duden de la transparencia y legalidad de mi vacunación; a todos ellos quiero pedirles disculpas, no pensé el daño que podía ocasionar, y ese fue mi error. Confié en el criterio de las y los profesionales, y lo seguiré haciendo, pues son ellos los que a diario ponen el cuerpo”, señaló en su comunicado.
Además de pedir disculpas por lo sucedido, la concejala Mariana Cané dijo que “dar un paso al costado es la mejor manera de despejar toda duda respecto a la campaña de vacunación que se aproxima”. Y agregó: “En ningún modo se trató de un acto de abuso de poder y no obré, bajo ninguna circunstancia, de mala fe”.
Desde la oposición, también habían hecho pública su postura con un duro comunicado donde emitieron un “energético repudio” por “la violación a los protocolos existentes”.
Incluso, le habían pedido al intentende Carlos Puglelli que actuara “acorde a lo que el pueblo espera de él por la investidura que ejerce” por la “gravedad de los hechos consumados”. El texto llevó la firma de los cinco concejales opositores, Noely Meretta, Mercedes Condesse, Adrián Calabró, Eugenio Lacanette y Diego Jauregui.
Consultada por Infobae, Mercedes Condesse, presidenta del bloque de concejales de Juntos por el Cambio, señaló que “el director del hospital reconoció públicamente que fueron vacunadas las dos concejalas, que son dos chicas jóvenes y que gozan de muy buena salud”.
“No dio ningún justificativo. Además, sabemos que los sumarios administrativos nunca se resuelven, es una forma de zafar en el momento, y tampoco es necesario porque ya hay un reconocimiento explícito de parte del funcionario que el intendente puso para manejar la situación. Son funcionarias públicas que ejercieron su poder y obtuvieron un beneficio que no les correspondía en detrimento de la sociedad de San Andrés de Giles, que por ahora recibió 400 dosis para 24.000 habitantes”, remarcó.
“Además no se cumplió con el protocolo correctamente, porque reconocen que se abrían los frascos sin tener a las cinco personas presentes”, denunció la legisladora opositora. Las vacunas llegaron en frascos que contienen cinco dosis cada uno y que, una vez descongeladas, se deben aplicar en un lapso menor de media hora.
Desde la Municipalidad, en tanto, reconocieron el hecho y anunciaron que abrieron un “sumario administrativo”, sin dar demasiados detalles al respecto. Desde la comuna que encabeza Carlos Puglelli se limitaron a informar que se inocularon “personas no incluidas en esta etapa de la campaña de inmunización”.
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