Alberto Fernández mantuvo este lunes al mediodía desde la Residencia Presidencial de Olivos una videoconferencia con la canciller de Alemania, Angela Merkel, con quien analizó el estado de las negociaciones que mantiene la Argentina para reestructurar la deuda con el Fondo Monetario Internacional (FMI) y el vínculo con el Club de París.
El Presidente le agradeció a Merkel el apoyo que Alemania viene dando en el Fondo Monetario, así como lo hizo en su momento en el cierre de un acuerdo con los bonistas privados, lo que alivió al país de las obligaciones externas y dio tiempo para ordenar fiscalmente las cuentas. “Necesitamos que nos sigan acompañando en el acuerdo que eventualmente logremos”, le transmitió el jefe de Estado.
Por su parte, la canciller alemana sostuvo que su equipo de asesores económicos viene siguiendo de cerca no solo estas cuestiones vinculadas al FMI, sino también las negociaciones con el Club de París, donde espera que se alcance el acuerdo que la Argentina necesita. “Siempre los hemos apoyado y así seguiremos haciéndolo”, expresó.
Cabe recordar que, mientras retoma las conversaciones con el FMI para llegar a un nuevo programa financiero, la fecha de obligación de pago más pesada del año para el Ministerio de Economía son los USD 2.300 millones que la Argentina le debe al Club de París, y que quedaron pendientes de pago tras el fin del plazo original de devolución que había firmado el Estado durante el mandato de Cristina Kirchner.
El Poder Ejecutivo dejó de pagarle a ese consorcio de naciones en 2019 y desde ese momento los pasivos pendientes comenzaron a acumularse con una tasa de interés en aumento. Pero la clave que destacan funcionarios y analistas privados es que las sillas del directorio del FMI están ocupadas por los mismos países acreedores del club parisino, por lo que de cierta forma se están discutiendo los dos acuerdos casi en simultáneo.
En otro tramo de la conversación con Merkel, Fernández llamó a profundizar el vínculo con Alemania y Europa y avanzar con los acuerdos necesarios desde su rol de Presidente pro témpore del Mercosur. “Tenemos vínculos muy profundos que tenemos que seguir desarrollando”, señaló.
Durante el encuentro, Fernández le informó a su par alemana que sigue de cerca lo que sucede con la pandemia por el COVID-19 en Europa. En ese sentido, le transmitió las novedades sobre el avance del plan de vacunación en nuestro país y los acuerdos logrados con los distintos laboratorios en pos de la adquisición de las distintas vacunas contra el virus.
También hablaron de las cuestiones ambientales y del cambio climático, así como del avance de los acuerdos en el sector automotor: la empresa alemana Volkswagen es líder en la Argentina.
Asimismo, abordaron temas de interés común tras el cambio de gobierno en los Estados Unidos. Merkel se mostró particularmente interesada en la situación de América Latina y el diálogo entre la Argentina y los distintos países de la región.
Fernández tiene respeto político e intelectual por Merkel, canciller alemana y protagonista clave de la Unión Europea (UE) junto a Emmanuel Macron, líder de Francia. A principios de febrero de 2020, el Presidente cenó en Berlín con Merkel y desde ese momento establecieron una relación diplomática que sirvió para trazar una hoja de ruta bilateral vinculada a la pandemia del COVID-19 y sus consecuencias económicas, el acuerdo Mercosur-UE y el apoyo institucional de este bloque geopolítico a la negociación con el Fondo Monetario Internacional.
El contacto virtual entre Fernández y Merkel había sido cerrado por Gustavo Béliz, secretario de Asuntos Estratégicos, tras un encuentro que mantuvo con Ulrich Sante, embajador alemán en Argentina. Y el sábado pasado, en un desayuno de trabajo en Olivos, el Presidente y su canciller Felipe Solá analizaron los temas a conversar con la canciller germana.
La prioridad para Fernández es la negociación de la deuda externa. Asume que será una pulseada larga y compleja, y apuesta a la Unión Europea para lograr que el board del FMI avale un programa de facilidades extendidas que postergue los pagos de capital al menos tres años, una hipótesis de trabajo que es resistida por el staff del organismo multilateral.
La intención del Presidente es atar el flujo de pagos al FMI con el crecimiento del Producto Bruto Interno (PBI) y evitar la caída de reservas para satisfacer los reclamos por una deuda externa que negoció Mauricio Macri durante los últimos dos años de su mandato.
“Vamos a pagar cuando tengamos la plata y no signifique un ajuste. Nos tienen que dejar crecer y cuando crecemos pagamos”, explica Fernández cuando se le pregunta cómo se imagina el acuerdo con el FMI.
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