La visita de Estado que realizará el presidente Alberto Fernández a Chile entre el martes y el miércoles de la semana próxima será la segunda que el mandatario argentino haga durante su mandato que lleva poco más de 13 meses tras su visita a Lacalle Pou en Uruguay en noviembre pasado. Y además de estrechar las relaciones con el presidente chileno, Sebastián Piñera, le servirá en su intento de fortalecer su liderazgo entre los países latinoamericanos.
Fernández entiende que con la derrota en Estados Unidos de Donald Trump el escenario geopolítico en la región cambiará. Y que puede encolumnarse junto a los presidentes de Bolivia, Luis Arce, de Uruguay, Luis Lacalle Pou, de México, Andrés Manuel López Obrador, y de Paraguay, Mario Benítez Abdo, e incluso con el apoyo de Venezuela y Cuba para diagramar un bloque regional potente.
Más allá de las diferencias ideológicas que lo separan de Piñera, no parece casual que el primer país a visitar sea Chile, con el que se vislumbran acuerdos comerciales relevantes. Los denominados corredores bioceánicos con los que se puede interconectar a las naciones sudamericanas son una atracción para los intereses argentinos, especialmente para que crezcan las exportaciones hacia los mercados asiáticos.
En la comitiva presidencial estarán el canciller Felipe Solá, el ministro de Salud, Ginés González García, la asesora presidencial Cecilia Nicolini, el secretario general de la Presidencia, Julio Vitobello, el secretario de Prensa y Comunicación, Juan Pablo Biondi, y podría sumarse el ministro de Defensa, Agustín Rossi. También están invitados a participar tres gobernadores de provincias limítrofes con Chile: Sergio Uñac, de San Juan, Raúl Jalil, de Catamarca, y Ricardo Quintela, de La Rioja.
La presencia de Ginés está relacionada con el grato recuerdo que dejó el funcionario cuando se desempeñó como embajador en Santiago y con que también muchos aspectos sobre la pandemia y la vacunación contra el coronavirus se abordarán en el encuentro bilateral. La de Nicolini tiene que ver con el buen vínculo que sostiene con varios políticos importantes de la vida chilena, como Marco Enríquez Ominami, ex candidato presidencial por el Partido Socialista. Además, Nicolini podrá exponer sobre su experiencia en la negociación que se hizo para comprar las vacunas de origen ruso, Sputnik V.
El martes 26 Fernández se verá con Piñera y también con los dos representantes más emblemáticos del Poder Legislativo, el presidente de la Cámara de Diputados, Diego Paulsen (que pertenece al partido Renovación Nacional, RN) y con la titular del Senado, Adriana Muñoz (del Partido por la Democracia, PPD). Luego están previstos encuentros con representantes del Poder Judicial.
Para el miércoles quedarán las actividades con empresarios locales y con representantes de otras fuerzas políticas. Enríquez Ominami, con quien Fernández comparte la creación del Grupo de Puebla (el espacio de centroizquierda que agrupa a varios líderes del continente), ya lo invitó a un almuerzo. El jefe de Estado argentino tiene programado un homenaje al ex presidente socialista Salvador Allende, que se hará en el Salón Blanco del Palacio de La Moneda, donde existe una reproducción del despacho que tenía Allende. Una ceremonia similar a las que ya se produjeron durante las visitas del presidente colombiano, Iván Duque, y en la del español Pedro Sánchez. Igualmente habrá un gesto adicional como guiño a Fernández: estará presente la senadora Isabel Allende, una de las hijas del político que dirigió los destinos de Chile entre 1970 y 1973.
Fernández quería colocar una ofrenda floral en la tumba de Allende en el Cementerio General, como en 2017 lo había hecho el entonces presidente francés Francois Hollande, o en la estatua del ex mandatario en la Plaza de la Constitución. Pero las autoridades chilenas lo convencieron de que por razones sanitarias no eran convenientes esos movimientos al aire libre.
La visita a Chile se había pospuesto una semana porque el 12 de enero Piñera y su esposa Cecilia Morel debieron comenzar una cuarentena preventiva que se extendió por dos semanas al haber estado en contacto con un empleado que trabajaba en la casa del presidente y que dio positivo por coronavirus. El embajador argentino en Santiago, Rafael Bielsa, y el embajador chileno en Buenos Aires, Nicolás Monckeberg, colaboraron para el armado de la agenda que tratarán los dos presidentes.
Entre Fernández y Piñera se produjeron varios cortocircuitos durante 2020 sobre todo cuando el presidente argentino criticó la forma en que su colega del otro lado de la cordillera manejaba la pandemia. Pero a partir de agosto las rispideces se empezaron a limar ya que se llegó a un acuerdo para eliminar el roaming entre los dos países y, además, que Argentina incrementará en 10 mil unidades la exportación de automóviles.
En julio de este año cuando en Buenos Aires está previsto que se reúna la Cumbre de Presidentes de los Estados Partes del Mercosur y Estados Asociados, seguramente Piñera visitará nuestro país.
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