Este lunes se cumplen seis años de la muerte del fiscal Alberto Nisman, un hecho que generó conmoción en el sistema político y judicial argentino. Su muerte sigue envuelta bajo un halo de misterio, con distintas hipótesis sobre quién disparó la bala que acabó con su vida.
En un nuevo aniversario, AMIA recordó que la muerte de Nisman fue calificada y es investigada como homicidio y que, según lo determinó la Corte Suprema de Justicia de la Nación, estuvo directamente relacionada con la tarea que llevó adelante desde la Unidad Fiscal para la investigación del atentando en la sede israelita, ocurrido en 1994.
También reclamó a la Justicia que actúe con “celeridad y de manera imparcial” para esclarecer las circunstancias que llevaron a la muerte del fiscal. “Es inaceptable para el devenir institucional de cualquier país democrático que el paso del tiempo consolide la impunidad de las causas judiciales y que las sospechas, las dudas y las especulaciones se instalen y entorpezcan el camino hacia la Verdad”, señalaron las autoridades de AMIA en un comunicado.
El cuerpo sin vida de Nisman fue hallado por su madre, Sara Garfunkel, en la noche del 18 de enero de 2015 en el baño del departamento de Puerto Madero donde vivía el fiscal.
La muerte se produjo el día anterior a la presentación que tenía prevista ante el Congreso nacional para fundamentar su denuncia contra la ex presidenta Cristina Kirchner, contra su canciller Héctor Timerman y otros funcionarios del kirchnerismo por haber promovido una trama de supuesto encubrimiento a los acusados iraníes de perpetrar el atentando a la sede de la AMIA en 1994, mediante la firma de un tratado de Entendimiento con la República Islámica de Irán.
La denuncia se basaba en un supuesto pacto secreto con Irán que habría incluido, además de un intercambio comercial de granos argentinos por petróleo, el pedido del Gobierno argentino a Interpol para que cesara las alertas rojas contra los acusados iraníes, y así garantizar su impunidad.
El sábado 17 de enero, el día anterior a su muerte, Nisman recibió 40 llamadas telefónicas de las entonces diputadas nacionales del PRO Patricia Bullrich y Laura Alonso, que son lasque habían cursado la invitación al fiscal al Congreso para que profundizara el contenido de su denuncia.
Esa misma tarde, según constató la investigación, Nisman recibió de manos de su colaborador informático, Diego Lagomarsino, con quien compartía una cuenta bancaria en Estados Unidos, la pistola con la que se efectuó el disparo mortal en la cabeza. El técnico explicaría luego que Nisman no confiaba en su custodia de seguridad, y que por eso le había pedido el arma.
“Como víctima directa de la masacre perpetrada el 18 de julio de 1994 por el terrorismo internacional, y reafirmando su irrenunciable exigencia de Justicia, AMIA reitera -en este aniversario- la imperiosa necesidad de que el Poder Judicial actúe con pericia, eficiencia y probidad, y brinde respuesta certera a la sociedad argentina en su conjunto”, plantearon desde AMIA.
Como para la Justicia se trató de un crimen, la investigación está hoy centrada en una tarea que a seis años todavía no arrojó resultados: dar con los autores materiales e intelectuales. Para eso el fiscal federal Eduardo Taiano, a cargo de la causa, realiza desde hace tres años un entrecruzamiento de llamados de personas de la inteligencia, la política y las fuerzas de seguridad. Ya tiene un primer informe que concluyó que el fin de semana de la muerte de Nisman hubo una explosión de llamados inusual entre el mundo de la inteligencia y la política. El objetivo es avanzar con citaciones a actuales y ex espías.
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