Hubo cambios en la política que pasaron casi desapercibidos, pero que aceleraron los tiempos de dirigentes con intenciones de territorio, puntualmente en el conurbano. Allí hasta los espacios opositores están a la búsqueda de armadores y militantes de cualquier afiliación partidaria que tengan intenciones de formar parte de “un espacio más amplio”, frase muy repetida por casi todos los armados, se trate de los comandados por dirigentes de Juntos por el Cambio -puntualmente, aquellos más cercanos al peronismo- o del sector de Roberto Lavagna, quienes se encuentran en un lento proceso de ruptura en el apoyo a Alberto Fernández.
Luego de que el Presidente dejara de lado la posibilidad de que se suspendan las Primarias Abiertas Simultáneas y Obligatorias supeditado a la situación epidemiológica, algunos dirigentes comenzaron a ver a las PASO como una oportunidad de construir poder propio. Y si bien era un pedido de un grupo de gobernadores, también se trasladó a las provincias: en Buenos Aires no sólo hay primarias sino que, además, no tienen intenciones -ni la oposición ni el oficialismo- de echarlas para atrás.
En la última semana de 2020, el secretario de Seguridad de Lanús, Diego Kravetz, lanzó su propio espacio en la tercera sección, pero con intenciones de ampliarlo a toda la provincia. Podría haber pasado como un acto más del conurbano si no fuera por un hecho sugestivo: contó con la presencia tanto del Jefe como del Vicejefe porteño en el lanzamiento de un espacio que va por fuera de Juntos por el Cambio.
La idea puede resultar llamativa, salvo que recordemos una vez más el origen peronista de cada uno de los protagonistas de un espacio en el que Mauricio Macri no gravita. De esta manera, buscan captar a otros peronistas que no están de acuerdo con la llegada de Máximo Kirchner la PJ provincial. Pero no son los únicos que buscan pasar la ambulancia para recoger a los heridos
¿Cuáles serían los motivos para que alguien pegue el salto? Institucionalmente, el listado es breve: hay autoridades electas con mandato vigente. Luego están los motivos de la política: históricamente los presidentes del partido han sido intendentes o sindicalistas de peso y las imposiciones no caen bien a los más veteranos del conurbano.
La resistencia del intendente de Esteban Echeverría, Fernando Gray, quedó casi en solitario luego de que el intendente de Merlo, Gustavo Menéndez, decidiera no confrontar con el kirchnerismo.
Peronistas por fuera
En la memoria colectiva ocurrió algo extraño en los últimos años y es la falta de identificación de nombres con pertenencias ideológicas o partidarias. Propio de la crisis de los partidos políticos existente desde hace décadas, hay quienes creen que Diego Santilli no es peronista y Axel Kicillof sí lo es.
Diego Santilli ha aprovechado la inexperiencia o falta de ganas en la comunicación de los municipios con la gobernación. Durante los primeros meses de la cuarentena de 2020 era el propio Santilli quien oficiaba de intermediario entre intendentes del PJ con Presidencia de la Nación, donde tiene como contacto a un ex compañero de militancia y de lista, un tal Alberto Fernández. Horacio Rodríguez Larreta, funcionario del peronismo bonaerense de los noventa, cumplió con el mismo rol de mensajero hasta que su comunicación con el Presidente entró en cortocircuito.
Extraños socios
Al proyecto de apertura de Lanús por fuera de Juntos por el Cambio se suman los dirigentes que en su momento integraban el espacio de Sergio Massa y que decidieron permanecer junto a Roberto Lavagna en Consenso Federal luego de que el actual presidente de la Cámara de Diputados sellara la alianza con Cristina y Alberto Fernández, mientras que Miguel Ángel Pichetto hacía lo mismo con Mauricio Macri.
Hoy Lavagna no pasa por el mejor momento en su relación con el Presidente e hizo públicas -a través de comunicados- sus diferencias de conceptos institucionales. De hecho, desde Casa Rosada esperan convencer a los tres diputados de Lavagna para que den el visto bueno a los proyectos para reformar la justicia y la ley orgánica del Ministerio Público -ambos con media sanción del Senado-, pero lo ven “difícil” de mínima. Son solo tres, pero todo suma.
Un pequeño puñado de intendentes que aún mantiene diálogo con Sergio Massa evalúan la posibilidad de impulsar a Emilio Monzó como cabeza de una lista por fuera de Juntos por el Cambio en las legislativas de este año. Entre quienes apoyan esta movida se encuentran casi todos los que integraban el Frente Renovador y no aceptaron sumarse al Frente de Todos y tuvieron excelente relación con Monzó durante su paso por la presidencia de la Cámara de Diputados de la Nación. Si bien es cierto que Monzó no mide lo suficiente, también es cierto que es el dirigente peronista fuera del PJ que mantiene relación con la mayoría de los que están dentro del PJ.
Las PASO
La sola existencia de las primarias lejos de fragmentar aún más los votos, pueden jugar a favor de los nuevos espacios, que en cada sección electoral buscarán juntar los suficientes dirigentes como para presentar lista.
En dirección a agosto, pandemia mediante, se definirán cada uno de los espacios para presentarse pero los nombres deben estar cocinados para junio. Allí se sabrá, finalmente, cuales son las estrategias que den resultado y si cambia todo o se mantiene el statu quo y el histórico verticalismo del PJ.
El sello provincial
El diputado nacional Máximo Kirchner avanza a paso firme en su intención de presidir el PJ bonaerense. Ya lleva un tiempo “bajando” a las distintas secciones electorales todas las semanas para construir su propio espacio en distritos que, sumados, concentran el 37% del padrón electoral.
La Cámpora no solo controla algunos de los principales presupuestos del gobierno nacional -Anses, PAMI- sino que a nivel provincial a desembarcado con todo. Algunas de las fuentes del peronismo provincial consultadas aventuran diversos resultados, pero pocos son los que se atreven a aventurar un final consensuado. Mientras observan cómo Alberto Fernández prioriza “la unidad por sobre todo”, tarde o temprano las fisuras serán inocultables. Y allí son varios los que se preparan para “pasar la ambulancia” y recoger a los heridos. La única pregunta sería con quién elegiría irse cada dirigente y si algún intendente está dispuesto a pegar un salto al vacío sin saber si hay red.
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