El presidente Alberto Fernández defendió a la titular del Instituto Nacional contra la Discriminación, la Xenofobia y el Racismo, Victoria Donda, que quedó envuelta en medio de un escándalo tras la denuncia de una empleada doméstica.
“En el caso de Victoria, no tengo dudas de que fue de alguien de que quiso hacerle daño. Quien conoce a Victoria sabe que no está en su naturaleza sacarle ventaja a los puestos del Estado”, subrayó el mandatario.
“En este caso es una señora que trabajó y cuidó a su mamá de crianza hasta la muerte... Ella le propuso trabajar con ella y en un momento la señora le dice que no puede trabajar más porque tiene una hermana enferma, vive lejos, pero necesita el dinero”, introdujo el jefe de Estado ante la pregunta del periodista Gustavo Grabia en radio Con Vos.
Y continuó: “Entonces ella (por Victoria Donda) le dice que si no puede seguir trabajando, podía conseguirle un plan social o darle un contrato, que en el Inadi es algo muy parecido a un plan social, como personal de maestranza, o darle un puesto en el Inadi similar a lo que es una asistente social, que trabajan en barrios y podría asignarla más cerca de su hermana”.
En virtud de este relato, de los recibos de sueldo y los chats de WhatsApp que circularon, el jefe Estado dijo que confía en la palabra de Donda y no tiene previsto pedirle la renuncia.
Osvaldo Barsanti, abogado de la empleada doméstica de Victoria Donda, denunció a la funcionaria por el delito de defraudación contra la Administración Pública, en grado de tentativa. La acusa de haberle ofrecido a la mujer un contrato en el Instituto Nacional contra la Discriminación, la Xenofobia y el Racismo (INADI) o anotarla en un plan social a cambio de que renuncie al trabajo en su casa.
Barsanti representa a Arminda Banda Oxa, una mujer de nacionalidad boliviana de 62 años, que hace 14 trabaja como empleada doméstica con la familia de Donda. “De esos 14 años, 10 estuvo totalmente en negro, y los últimos tres o cuatro estuvo parcialmente registrada, es decir que estaba registrada con un salario menor del que correspondía”, dijo el letrado en diálogo con radio Rivadavia.
“De modo informal, ella (por Arminda) inició una charla con Victoria por dos motivos. Primero, por las deficiencias registrales, y segundo, por incumplimiento, porque durante la pandemia Victoria no se hizo cargo de los salarios de los que debería haberse hecho cargo con motivo de las normas que dictó el propio Gobierno durante la pandemia, con las cuales podían no prestar el servicio pero tenían garantía salarial”, indicó Barsanti.
Según su testimonio, ante este planteo Donda le sugirió la posibilidad de renunciar: “Victoria le contestó con ofrecimientos de planes o contrataciones en el INADI a cambio de su renuncia. No hacerse cargo de sus obligaciones como empleadora, sino trasladarle ese costo al Estado nacional a través de alguna de estas figuras que le ofrecieron”.
El abogado, además, difundió un audio que supuestamente le habría enviado Donda a Arminda, en el que le dice: “Lo que te estoy diciendo es que por ahí se te puede anotar en un plan. Necesito que vos me digas eso, si renunciás, porque hay que darte de baja para poder anotarte en un plan. Pero igual después se puede pagar para que saques la jubilación. Yo también necesito resolver eso y entiendo que también necesites la plata. En los planes están cobrando más o menos unos 10 mil pesos, y las contraprestaciones pueden ser cerca de tu casa”.
Por estos hechos, Arminda, a través del abogado penalista Fernando Zarabozo, radicó una denuncia el viernes pasado contra Donda en el fuero laboral, por evasión de aportes laborales y previsionales. Barsanti, por su parte, acusó penalmente a la funcionaria ante la Cámara Federal porteña por defraudación contra la Administración Pública, en grado de tentativa, porque “el empleador, teniendo en cuenta que tiene influencia en el INADI y en otros organismos del Estado, decide recurrir a eso para resolver un problema personal”, según el letrado laboralista.
A través de su cuenta oficial en Twitter, Donda realizó un descargo en el que aseguró que los aportes laborales y los pagos salariales de la empleada fueron hechos “en tiempo y forma”. Asimismo, admitió el ofrecimiento que le hizo a Arminda pero aseguró que fue ella quien quiso renunciar a su trabajo como empleada doméstica.
“Hace algunos meses, esa persona me manifestó su interés en renunciar a la relación que manteníamos, por razones personales. Fue ante dicha situación que le recomendé la posibilidad de acceder a alguna prestación social que le permitiera tener un ingreso a la vez que realizara alguna contraprestación en su barrio”, declaró.