El aumento de casos de coronavirus en Argentina es un hecho tangible. El rebrote preocupa cada vez más al gobierno nacional, que por estas horas estudia qué medidas restrictivas puede implementar para frenar el crecimiento de contagios. En la Casa Rosada asumen que alguna decisión hay que tomar en el corto plazo para tratar de frenar la circulación del virus y el ingreso de una nueva cepa al país. Hasta el momento no existen casos de la cepa detectada en el Reino Unido.
Hasta la tarde de este martes, el Gobierno planeaba extender el próximo 8 de enero la decisión administrativa que mantiene cerradas las fronteras para los vuelos provenientes de Reino Unido, Italia, Países Bajos, Australia y Dinamarca, países donde se había detectado una de las nuevas cepas de COVID-19. Mientras tanto estudia la posibilidad de profundizar la medida para más países y suspender los vuelos en el corto plazo. La fecha estimada que da vuelta por las oficinas de la Casa Rosada es el 15 de enero.
En el Ministerio de Salud, que conduce Ginés González García, admiten que la posibilidad de cerrar las fronteras “es una opción” que “aún no está definida”. De todas formas, la decisión final será tomada por el presidente Alberto Fernández bajo la recomendación del titular de la cartera sanitaria. Ambos podrían reunirse entre mañana y pasado para poder resolver las medidas en base a un informe que presentará el equipo de Salud.
Esta mañana hubo una reunión entre representantes de Migraciones, Cancillería y los ministerios de Transporte y Salud. En ese encuentro se tocó el tema y se puso sobre la mesa como una posibilidad para estudiar y resolver en el corto plazo. Al mismo tiempo el Instituto Malbrán confirmaba la presencia de una nueva cepa de coronavirus en Argentina. Es la variante de Río de Janeiro detectada en Brasil desde octubre del año pasado.
La implementación de nuevas restricciones tiene diferentes posturas dentro del Gobierno. En el Ministerio del Interior asumen que “la administración de fronteras está sujeta a la autoridad sanitaria mientras dure la pandemia”, por lo que la evaluación que haga González García sobre el aumento de casos y el impacto en la curva de contagios es determinante para que el Gobierno tome una decisión sobre la suspensión de los vuelos.
En el ministerio de Transporte sostienen que no está previsto tomar una medida de ese calibre. No barajan la posibilidad de reclamar la suspensión de vuelos o el cierre del Aeropuerto de Ezeiza. En Jefatura de Gabinete se limitan a marcar que “se tomarán las medidas que sean necesarias para cuidar la salud de los argentinos”. Un funcionario cercano a Santiago Cafiero fue concreto sobre el costo político que implica volver a tomar medidas restrictivas. “Las medidas que se tengan que tomar, se tomarán. Como ya se ha hecho antes”, sentenció ante la consulta de Infobae.
La opción de cerrar las fronteras gira como un trompo por todas las oficinas del gobierno nacional. También la posibilidad de imitar las resoluciones que tomaron los gobiernos de Chaco y La Pampa, que limitaron la circulación de gente durante la noche. En los últimos dos días se analizó la posibilidad de restringir el movimiento de gente entre las 11 de la noche y las 6 de la mañana. Pero el propio González García aceptó en una entrevista televisiva que por el momento no planean aplicarlo. Son opciones que se barajan para discutir y determinar cuál es el mejor camino a seguir.
Por estas horas el Gobierno estudia escenarios posibles para aplicar las medidas. Evalúa si existe margen para hacer una cuarentena estricta durante algunos días para cortar en forma abrupta la circulación del coronavirus. La gran duda pasa por la aceptación de la gente para que el cumplimiento se haga efectivo. Algunos ministros descartan esa posibilidad y advierten que la sociedad no cumplirá y que se deben tomar medidas focalizadas. Una marcha atrás selectiva. Un funcionario que habla todos los días con el Presidente reveló hace pocos días que sería imposible implementar una cuarentena similar a la de abril.
En la Casa Rosada sostienen que “hay que mirar la película completa y no quedarse con los datos de un día que, a veces, suelen ser engañosos”. Por eso es importante el informe que confeccione el Ministerio de Salud sobre los datos epidemiológicos de las últimas semanas. A esos datos también hay que contextualizarlos. Los contagios que se registren en los próximos días serán los que se generaron durante las fiestas de navidad y año nuevo. La intención del Gobierno es divisar con nitidez una tendencia de aumento de casos a futuro y actuar en consecuencia.
En el final del día el informe de la cartera de Salud sobre los nuevos casos no hizo más que profundizar la inquietud que existe sobre la situación sanitaria. En las últimas 24 horas se registraron 13.790 nuevos casos y fallecieron 151 personas.
El crecimiento más grande de casos se vio en la provincia de Buenos Aires, donde hubo 5.419 contagios, una cifra que no tenía desde hace más de dos meses. Sin embargo, este mediodía Axel Kicillof descartó tomar medidas restrictivas en los municipios de la Costa, donde está activa la temporada de verano. Esa decisión puede modificarse con los datos de los próximos días y luego de la reunión que el Gobernador mantenga antes del fin de semana con el Presidente y el Jefe de Gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta.
Las medidas restrictivas se postergan pero, más temprano que tarde, van a llegar. Al menos, así lo asumen en el corazón del Gobierno. Lo que se debe definir es cuáles son y cómo se aplicarán. Además, se debe analizar el costo político que deberá asumir la gestión de Fernández y el impacto real que implicará el aumento de casos sobre el sistema sanitario. Faltan definiciones pero sobran evaluaciones. Hay una coincidencia entre funcionarios y ministros. Los argentinos no pueden seguir viviendo de la misma manera que están viviendo hasta ahora, porque sino se retrocederá todo lo que se pudo avanzar.
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