La llegada de una segunda ola de coronavirus inquieta al Gobierno nacional y evalúa volver a tomar medidas que restrinjan la circulación, similares a las adoptadas en los primeros meses de la cuarentena. Las decisiones ejecutadas desde la Casa Rosada al comienzo de la pandemia fueron bien recibidas por los argentinos pero con el correr de los meses la aceptación entre los ciudadanos decayó. Esto se refleja en la última encuesta realizada por la Universidad de San Andrés que revela que siete de cada diez argentinos está insatisfecho con las medidas que tomó el Gobierno en su primer año y casi el 50% es pesimista sobre el futuro.
El nivel de insatisfacción de los argentinos con la marcha general de las cosas en el país continúa siendo alta y alcanzó recientemente el 76%, según el sondeo realizado entre el 15 y el 28 de diciembre pasado, del cual participaron 1015 personas (margen de error: +/− 3.15). Esta cifra está tan solo un punto más abajo que la última medición que hizo la misma casa de estudios, en octubre del 2020.
De acuerdo con este estudio, solamente el 22% de los ciudadanos consultados, todos mayores de edad, está conforme con el rumbo adoptado por la administración del presidente Alberto Fernández, lo que muestra un muy leve repunte en comparación con octubre, aunque sigue lejos de los 37 puntos que se registraron en julio del mismo año.
Por otra parte, se puede observar que el grado de insatisfacción varía según la edad del encuestado. De esta manera, el descontento es más fuerte entre los Baby Boomers (aquellos que nacieron entre 1948 y 1966), ya que el 63 por ciento de ellos está muy insatisfecho; y también entre los de la Generación Silenciosa (nacidos entre 1928 y 1945), que mostraron un 60% de rechazo.
Si se analiza por regiones, la que más nivel de desaprobación tuvo con respecto al rumbo del país es el Noreste Argentino (NEA), seguido por el Cuyo, el Noroeste del país, el centro y la Patagonia. Más atrás se ubicaron la Provincia, la Ciudad y el Gran Buenos Aires.
Asimismo, la encuesta volvió a evidenciar una fuerte raíz partidaria en la opinión sobre la satisfacción: entre los votantes de Alberto Fernández la satisfacción total es del 58% mientras que entre los que apoyan a Mauricio Macri, es del 3 por ciento, exactamente igual de lo que ocurría en octubre.
En tanto, la aprobación del Gobierno siguió cayendo y ya se encuentra en el 32%, muy por debajo del pico de 67 puntos que supo tener en abril e incluso inferior a la última medición de esta Universidad, cuando el nivel de satisfacción con respecto al desempeño del Poder Ejecutivo era del 35 por ciento.
La desaprobación alcanzó así el 65%, y acá también la mayor cantidad de personas que manifestaron su descontento son aquellas de Generación Silenciosa y los Baby Boomers, aunque en todos los casos fue mayor el grado de disconformidad que de aprobación.
En lo que respecta a las medidas adoptadas en particular por esta gestión, las personas consultadas destacaron la política científica (35%) y la política de salud (31%), aunque en ambas también hubo una caída con respecto a la medición anterior. En cambio, se registró más insatisfacción en las áreas de seguridad (84%), económica (80%) y educativa (75%).
En cuanto a lo temas que afectan al país y que más le preocupan a la gente, volvió a estar primera la corrupción, con el 43 por ciento, seguida por la delincuencia (37%), la inflación (33), la falta de trabajo (31%), los políticos (28%), la pobreza (23%) y la Justicia (19%). Las epidemias y las enfermedades continuó bajando en el podio y se ubicó en el décimo lugar de la lista.
De la misma manera, al segmentar las respuestas según el voto, quienes apoyan a Alberto Fernández consideraron en esta oportunidad que el principal problema es la falta de trabajo, a diferencia de octubre, cuando opinaron que era las epidemias y las enfermedades. El electorado de Macri, por su parte, sigue teniendo a la corrupción como su mayor preocupación.
Consultados sobre la situación del país en comparación con el año pasado, el 74% opinó que está peor a nivel general y el 57% dijo estar peor a nivel personal. Por el contrario, un 9% respondió que todo está mejor en rasgos generales y un 12% dijo estar mejor en lo personal.
Respecto al futuro de la Argentina, el 23% de los encuestados confió en que dentro de un año la situación mejorará, frente a un 47% que opinó que empeorará. A nivel personal, un 27% cree que su situación mejorará, mientras que el 37% considera que empeorará. En ambos casos las expectativas son menos alentadoras que en la medición de julio.
La imagen de los principales dirigentes políticos
El jefe de Gobierno porteño Horacio Rodríguez Larreta se mantiene como el dirigente con mayor imagen positiva (46%), seguido de cerca por la ex gobernadora María Eugenia Vidal (43%) y la ex ministra de Seguridad Patricia Bullrich, que en estos meses escaló una posición, y el senador Martín Lousteau (ambos con 35%).
En el quinto puesto se ubicó el presidente Alberto Fernández (34%), cuya imagen continúa en caída desde abril, cuando tuvo el pico más alto de popularidad, con 68 puntos. Luego se encuentran Elisa Carrió y el embajador Ricardo Alfonsín (los dos con 32%); Mauricio Macri (29%) y el gobernador bonaerense Axel Kicillof (25%).
Por otro lado, los funcionarios con mejor imagen son el ministro de Seguridad bonaerense, Sergio Berni; el ministro de Salud de la Nación, Ginés González García, y su par de Economía Martín Guzmán, y el jefe de Gabinete, Santiago Cafiero.
Las preocupaciones personales de los encuestados y temas coyunturales
En lo que respecta a este apartado, el precio de los alimentos básicos volvió a encabezar la lista, mientras que el desempleo se ubicó en segundo lugar y los impuestos, en el tercero. Luego vienen el precio de la energía, los efectos de la pandemia y el precio de los combustibles.
En otro orden de cosas, el 60% de las personas consultadas aseguró que seguramente o probablemente se aplicaría la vacuna contra el coronavirus. El nivel de aceptación es mayor en el Gran Buenos Aires, donde el 71 por ciento de los encuestados se mostró dispuesto a aplicarse esta dosis.
De la misma manera, los ciudadanos más adultos son los que se manifestaron en mayor número a favor de someterse a esta inyección, mientras que los millennials (quienes tienen entre 23 y 38 años) lideran el grupo de los que rechazan esta medida, ya que el 38 por ciento de ellos dijo que seguramente o probablemente no se la aplicaría.
No obstante, el 69% de los encuestados reconoció que le preocupa que haya apuro en la aprobación de la vacuna sin establecer completamente que sea segura y efectiva, frente a un 18% que se manifestó alarmado por posibles retrasos innecesarios en el acceso a la misma.
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