Este martes al mediodía el gobernador de Buenos Aires, Axel Kicillof, se sentará con los intendentes de los municipios de la Costa para evaluar y comenzar a definir qué medidas restrictivas se pueden tomar para evitar que los casos de coronavirus sigan creciendo. La preocupación está instalada en el gobierno bonaerense y aumenta a la par de los contagios. El rebrote parece ser un hecho que se está visibilizando en la temporada de verano.
En el encuentro, que se llevará a cabo en San Bernardo a partir de las 12, también estarán los intendentes del Conurbano. Pero ellos asistirán a través de una videoconferencia. Si bien el foco de preocupación está en el desarrollo de la temporada de verano en la costa, la curva de contagios de COVID-19 también empezó a crecer en las localidades más pobladas del Conurbano. Por eso todos los intendentes de la provincia fueron invitados.
Por parte del Ejecutivo bonaerense estarán el ministro de Salud, Daniel Gollan; el viceministro de esa cartera, Nicolás Kreplak, el jefe de Gabinete, Carlos Bianco, y la ministra de Comunicación, Jesica Rey. Los jefes comunales de la costa aún no confirmaron presencia, pero en el Gobierno estiman que estarán todos. La gravedad que implica el aumento de contagios amerita una resolución conjunta.
La principal opción que se baraja en el gobierno de Kicillof es la implementación de un toque de queda nocturno. Es decir, cortar el movimiento durante la noche, cuando la gente se reúne en fiestas privadas y lugares gastronómicos, con el fin de cortar la circulación del virus. Así lo reconoció el jefe de asesores de la cartera bonaerense, Enio José García, quien advirtió que la medida “es una opción”.
En la provincia descartan la posibilidad de cerrar completamente la temporada. “Hay cero chances de que eso suceda”, graficaron cerca del gobernador. Esa misma idea expuso el ministro de Turismo, Matías Lammens, durante su visita a Villa Gesell en la mañana de este lunes, aunque aclaró que la continuidad de las vacaciones dependerá del comportamiento de la gente en la Costa.
“La idea nuestra no es cerrar la temporada, pero sí seguir insistiendo en la responsabilidad individual. Cuando esto no alcance, garantizar que haya una presencia del Estado que le diga al ciudadano cómo tiene que actuar”, explicó durante una recorrida con el intendente local, Gustavo Barrera. Además, aseguró que las restricciones que “eventualmente se tomen” van a tener que ver con reducir el riesgo de las grandes aglomeraciones, pero no con la suspensión de la temporada. “Estas medidas van a ser para aquellos lugares donde no se están cumpliendo algunos protocolos”, aclaró.
Kicillof quiere evaluar en forma pormenorizada los datos de cada municipio y el comportamiento de la gente en los puntos turísticos. También lograr un acuerdo con los intendentes para que la medida que se tome sea conjunta. “Si los intendentes no están dispuestos a hacer cumplir la medida que se implemente, no tiene sentido que la tomemos”, advierten en La Plata. La responsabilidad y el costo de la decisión serán compartidos.
En el gobierno bonaerense ya saben que los jefes comunales de Juntos por el Cambio no están de acuerdo con una posible medida que restrinja la circulación durante la noche. En un principio una opción era que el horario de cumplimiento fuera entre las 22 y las 6. Los jefes comunales entienden que perjudicará la actividad comercial, una de las más afectadas durante la pandemia. Por eso se resisten a que se aplique ese tipo de restricciones en el medio de la temporada.
En una entrevista con Infobae, el intendente de Mar del Plata, Guillermo Montenegro, sentó una postura. “No veo posible generar algún tipo de cierre violento y terminar la temporada de verano. No creo que se pueda cerrar ninguna actividad. Pero no es que no se pueda, creo que no se debería. Hay muchas alternativas previas para llegar al cierre”, explicó.
Martín Yeza, el jefe comunal de Pinamar, se mostró en la misma línea. En diálogo con este medio aseguró que “un toque de queda sería una decisión no comprendida por los comerciantes que la han remado y que hoy son los grandes socios del Estado para tener actividades con protocolos”. El intendente considera que prohibir la salida de la gente a la calle no se va frenar el contagio. “Anular a los comerciantes va a traer consecuencias económicas y laborales y no va a disminuir la curva de contagios porque aumentaría la clandestinidad”, sostuvo.
También en contacto con este medio, el intendente peronista de Villa Gesell, Gustavo Barrera, anticipó que van “a apoyar las medidas sanitarias que tengan que ver con evitar las aglomeraciones, prevenir los contagios y evitar una suspensión de la temporada”. Y agregó: “En Gesell tenemos relativamente pocos casos, pero el cuidado sabemos que debe ser regional. Estamos interconectados, el virus no conoce fronteras. Ningún municipio se salva solo”.
A partir del 15 de diciembre las autoridades sanitarias de la provincia comenzaron a ver que la curva de contagios crecía nuevamente. Los casos aumentaron día a día hasta llegar, el 29 de diciembre, a 4.417 casos, el pico del último mes. Antes de ese día, tanto desde el gobierno bonaerense como de los municipios anticiparon que el principal problema eran las fiestas y reuniones clandestinas, además del relajamiento de la gente con los cuidados básicos.
“Por ahora no está en riesgo de saturación pero cada día se ocupan más camas de las que se liberan”, indicaron desde la gobernación. Esta semana los ministros, las autoridades sanitarias y los intendentes cruzarán mensajes en más de una oportunidad. Será una semana de definiciones. Así lo asimilan en La Plata. El encuentro de mañana servirá para hacer un diagnóstico más preciso y evaluar qué medidas se pueden tomar. Si no es el toque de queda, cuáles son las opciones.
Al día de hoy en el AMBA hay un 55% de camas de terapia intensiva que están ocupadas, mientras que en el interior el porcentaje es del 38%. Hay disponibilidad pero deben tener en cuenta el delay de los casos. Los resultados de los contagios de esta semana recién se verán en quince días. Ese es el motivo por el que en el gobierno de la provincia apuran la decisión. Hay que tomarla ahora para que tenga impacto en el corto plazo y el virus no siga corriendo.
El viceministro de Salud, Nicolás Kreplak, dio un anticipo de la marcha atrás que el gobierno de Kicillof planea llevar a cabo. “No nos gusta tomar medidas antipáticas, pero hay que tomar medidas fuertes y efectivas”, sentenció. Lo que empezará a definirse mañana es cuáles son esas medidas y qué consenso tienen.
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