Entre los senadores de Juntos por el Cambio se imponía el voto “celeste” en la sesión del Senado para debatir la legalización del aborto: hasta cerca de las 22 habían hablado diez legisladores de la bancada opositora y existía ventaja de los votos en contra (seis en contra y cuatro a favor), pero la gran sorpresa la dio la entrerriana Stella Maris Olalla, quien hasta ahora había evitado anticipar su postura y durante su discurso confirmó que respaldará el proyecto y así contribuirá a que se convierta en ley.
“Mantener la prohibición no eliminará el sistema clandestino, que está sobradamente demostrado que existe. No habrá mejoras en el sistema de salud si seguimos despreciando o no llevando adelante la educación sexual integral”, aseguró Olalla, en uno de los discursos más celebrados por los “verdes”.
En la coalición opositora se confirmó el espíritu resuelto la conducción nacional de JxC ante el debate: libertad de conciencia para votar. La libertad incluyó hasta los guiños brindados desde la indumentaria, como la del radical Martín Lousteau, uno de los senadores opositores que respaldan la legalización del aborto y que presidió un tramo de la sesión con una llamativa corbata verde.
Dentro del clima pacífico de la sesión, contrastó la actitud de la senadora tucumana de Juntos por el Cambio Silvia Elías de Pérez: mientras transcurría el debate, denunció en una conferencia de prensa “presiones intolerables” de Alberto Fernández para que se apruebe la legalización del aborto y anticipó que si se convierte en ley planteará su inconstitucionalidad ante la Justicia.
Hace una semana circularon versiones de que Mauricio Macri estaba llamando a senadores “verdes” de la oposición para tratar de que cambiaran su voto y así evitar que el Gobierno se lleve un triunfo político en caso de que la legalización del aborto se convierta en ley. Lo desmintieron allegados al ex presidente y lo negó la presidenta del PRO, Patricia Bullrich, cuyos colaboradores aclararon que “no llamó a nadie para presionar, no es su estilo y no cree en esas jugadas, e incluso cree que es mejor que la ley se vote ahora porque no es bueno que esta discusión sobre el aborto se eternice”.
También descartó cualquier tipo de presión el presidente del bloque de senadores del PRO, Humberto Schiavoni, quien confirmó su voto favorable y rechazó que la sanción de la ley sea un éxito del Gobierno. Se lo dijo a Infobae y lo ratificó en la sesión: dijo que el proyecto de interrupción voluntaria del embarazo “no se puede partidizar ni convertirse en bandera de cálculo político” porque “es producto de la lucha de miles y miles de mujeres que en los últimos años, décadas, vivieron bregando y denunciando los atropellos y las injusticias a las que se vieron sometidas”.
El primer senador de Juntos por el Cambio que había hablado en la sesión fue el jujeño Mario Fiad, quien justificó su voto negativo. “Si este proyecto se convierte en ley -señaló-, se abortarán sueños, proyectos, oportunidades para aquellas niñas y mujeres a quienes no les cambiaremos su dramática realidad de vulnerabilidad cotidiana, tampoco de pobreza estructural ni de falta de educación”.
La siguiente fue una militante en favor de la legalización del aborto, la mendocina Pamela Verasay: confirmó su apoyo a la ley, aunque destacó que hubiera sido “mejor” si el Gobierno hubiera buscado “un acuerdo con la oposición” sobre este tema y criticó al oficialismo por la nueva fórmula de movilidad jubilatoria que se estaba tratando en la Cámara de Diputados. “Yo elijo legislar con mi voto para trabajar sobre una política pública de salud, para que cuando una mujer llegue a esa instancia no deseada, no recomendada, esté un Estado que la acompañe y así sí salvemos vidas”, sostuvo.
Víctor Zimmerman, senador de JxC por el Chaco, se manifestó en contra de la ley y advirtió: “El valor más preciado que tiene cualquier ser humano, independientemente de su creencia religiosa, es la vida, y en ese marco aprovecho para adelantar mi voto negativo porque la vida no se debate, se defiende”.
La siguiente intervención de un opositor estuvo a cargo de la senadora cordobesa Laura Rodríguez Machado, vicepresidenta de la Cámara alta, quien hace dos años había votado a favor del proyecto, aunque ahora se mantuvo en silencio y esa actitud despertó suspicacias sobre su postura.
“¿Existen senadoras que voten esta ley y que defiendan las dos vidas? Si, yo soy una de ellas. Defiendo las dos vidas y justamente por eso creo que lo importante es que sepamos las causas de lo que está pasando, por qué se sigue abortando de este forma”, dijo para comenzar su discurso, en el que habló luego de “la grieta entre celestes y verdes, aunque ambos están defendiendo la vida”.
La legisladora confirmó que votará a favor de la legalización del aborto y advirtió que “una ley no obliga a abortar” y consideró que de esa forma “va a bajar la cantidad de abortos en la Argentina”.
Pablo Blanco, senador de la UCR de Tierra del Fuego, fue el siguiente orador de Juntos por el Cambio y ratificó su postura contraria a la ley: “Yo estoy en contra de esta iniciativa porque estoy absolutamente convencido de que desde la concepción existe la vida y que una persona por nacer es un ser distinto de quien lo engendra. Con mi voto no legitimo la supresión de esa vida”, dijo.
A continuación, el puntano Claudio Poggi también confirmó su voto negativo y sostuvo: “Debemos diseñar políticas públicas que permitan cuidar la vida del bebé por nacer y de su mamá. Las políticas públicas pasan por la educación, el cuidado de la madre embarazada vulnerable y la desburocratización de los sistemas de adopción”.
Otro voto negativo desde la oposición fue el de la santacruceña María Belén Tapia: “Si este proyecto fuera ley, se pone tanto énfasis solo en el aborto y en su acceso inmediato que podría terminar favoreciendo el encubrimiento de situaciones de violencia contra mujeres y niñas”, advirtió.
Seguí leyendo: