A partir de las 21:30 el debate sobre el aborto legal comenzó a transparentarse. Es que desde esa hora empezaron a florecer certezas por sobre las dudas que hubo durante el día, ya que los legisladores que aparecían dentro del grupo de los indefinidos expusieron públicamente su parecer sobre el proyecto de ley.
Con el apoyo de los cinco senadores que estaban dentro del grupo de los indecisos, los “verdes” lograron sacar una diferencia en el poroteo de votos. De esta forma, la cuenta da 38-32 a favor del aborto.
La primera en hablar fue Stella Maris Olalla (UCR), que no había dado señales de su voto antes de la sesión. “Mantener la prohibición no eliminará el sistema clandestino que existe”, expresó la legisladora antes de anunciar que votaría a favor de la ley que legaliza el aborto.
“Se trata de una cuestión de derechos y que el Estado debe elegir la continuidad o no de un embarazo de acuerdo con la voluntad de la mujer”, indicó, al tiempo que resaltó que “el Estado argentino es un estado laico, como dice la Constitución, que debe ser independiente de las cuestiones religiosas”.
La segunda en exponer su posición fue la neuquina Lucía Crexell (Movimiento Popular Nequino). “No cambie mis creencias personas ni mi modo de pensar sobre el aborto. Lo que cambié fue el enfoque desde el que se debe abordar. No se trata de feminismo o religión. El aborto clandestino es una causa que mata, lastima y escribe historias muy tristes de este país. Historias que muchos se niegan a ver”, afirmó.
En ese sentido, dio su veredicto antes de confirmar que votaría a favor del aborto. “No me es indiferente el drama del aborto clandestino. La ley no le cambia en nada a los que se oponen pero si a los que no la tienen. Negarse y negar la realidad de tantos abortos que existen en el país es un gran acto de hipocresía”, sentenció.
En el oficialismo tenían la información de que Crexell votaría a favor del aborto legal. O, en el peor de los casos, se abstendría. Finalmente, se inclinó por votar a favor.
Sobre la postura de Sergio “Oso” Leavy (Frente de Todos) había una mayor incertidumbre. En el 2018 votó en contra, pero durante las últimas semanas asumió que iba a repensar su posición. “Personalmente, me opongo, odio el aborto. Claramente, los argentinos nos oponemos, pero existe. En 2018 participé ya del debate, era una ley diferente. Esta ley está mejorada. Me di cuenta que no se trata de mí, de mi creencia o de mi formación, es una situación que compete a muchas mujeres. He intentado comprender a las mujeres que deciden aborta y me he dado cuenta de que esta ley no obliga a abortar, solo les da un marco legal y seguro”, expresó, adelantando su apoyo al proyecto de ley.
El cuarto legislador que no había expresado su postura públicamente era Edgardo Kueider (Frente de Todos) y, según supo Infobae, el senador entrerriano votará a favor del aborto, aunque evitó hablar.
Finalmente, Oscar Castillo (Frente Cívico), también anticipó su voto favorable. “De todo lo que dije en 2018 no tengo nada para agregar. Voy a votar en el mismo sentido y esperemos que esta noche sea el resultado distinto”, resumió.
El presidente Alberto Fernández se había encargado de comunicarse con los senadores que estaban en duda, por teléfono o en reuniones presenciales. Al legislador salteño lo había recibido en su despacho de la Casa Rosada. El pedido para todos fue el mismo: que apoyen la legalización del aborto.
Sin embargo, Castillo no había dado señales claras. Fue uno de los legisladores que hicieron crecer la incertidumbre con su silencio y jugaron a ganar importancia dentro del debate o, en como algunos casos, a medir el costo político que deberán pagar por acompañar el proyecto que la Casa Rosada impulsó.
Fernández también había estado en contacto con la senadora oficialista Silvina García Larraburu, que dos años atrás había votado en contra del aborto. La rionegrina fue la primera legisladora de la jornada en manifestar un cambio concreto de su voto. “Mi voto es un voto deconstruido, mi voto es positivo”, dijo en el momento que le tocó hablar.
El Presidente monitorea el debate y el desenlace de las negociaciones desde la Quinta de Olivos, donde estuvo durante casi todo el día. Durante el mediodía se reunió con el jefe de Gabinete, Santiago Cafiero, que le detalló el panorama que había al comenzar la tarde y luego fue siguiendo la sesión en comunicación con la titular de la Secretaría Legal y Técnica, Vilma Ibarra, y con la ministra de las Mujeres, Géneros y Diversidad, Elizabeth Gómez Alcorta. Ambas están desde las 16 en el Senado.
En el recinto también estuvo el ministro de Salud, Ginés González García, uno de los principales impulsores de la ley. Los ministros fueron los mismos que se hicieron presentes durante el debate en la Cámara de Diputados. El resto del Gabinete, más allá de apoyar la ley, se inclinó por mantener el perfil bajo en el momento de la definición.
Otro nombres al que le prestaba atención el oficialismo era el del senador cordobés de Juntos por el Cambio Félix Martínez, quien no formó parte de la lista de expositores y que en el 2018 votó a favor del aborto. ¿Cuál es la suspicacia que gira a su alrededor? Que como parte de una estrategia del macrismo dé vuelta su voto, en un intento de complicar el avance de la ley respaldada por el gobierno nacional.
De todas formas, en el Gobierno están convencidos que la ley para legalizar el aborto saldrá sin inconvenientes en la madrugada del miércoles. Sin embargo, repiten una y otra vez la misma frase: “Hay que contar los votos”. Creen que no habrá sorpresas. Las negociaciones subterráneas dieron buenos resultados y los cinco legisladores que no tenían definido su voto se sumaron al sector “verde”. Y si así no sucedía, al menos no votarían en contra. Con ese solo gesto al Gobierno le bastaba.
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