Alberto Fernández, Santiago Cafiero y Felipe Solá -en ese orden- firmaron el decreto que ordena la remoción de Luis María Kreckler como embajador argentino en China. Sabino Vaca Narvaja se hará cargo de la representación en Beijing, tras seis meses de intrigas diplomáticas en medio de la pandemia del COVID-19 y las negociaciones para obtener 30 millones de dosis de la vacuna producida por instrucción geopolítica de Xi Jinping.
Mientras Kreckler prepara las valijas para regresar a Buenos Aires, tras sufrir una campaña de erosión constante liderada por Solá, su sucesor Vaca Narvaja prepara la visita oficial que Alberto Fernández realizará a China. Kreckler nunca se sintió a gusto en Beijing -prefiere las locaciones europeas-, pero el canciller siempre temió que podía avanzar sobre su despacho y actuó en consecuencia.
La ofensiva del ministro de Relaciones Exteriores sobre el embajador de carrera solo preparó el terreno político para coronar la designación de Vaca Narvaja. Alberto Fernández apenas oye a su canciller y tomó la decisión sobre Kreckler porque nunca lo consideró su representante político en China y porque Vaca Narvaja le trajo soluciones sin demoras y muy efectivas.
Alberto Fernández instruyó a Vaca Narvaja para que presente su pedido de placet como embajador en la Cancillería de China. Ya lo había hecho Kreckler en medio de la pandemia, pero la burocracia de Xi Jinping tiene un raro olfato para acomodar sus tiempos a las cercanías políticas. Vaca Narvaja tendrá su placet antes que concluya el verano en la Argentina.
El Presidente visitará China en mayo, si lo permite la segunda ola del COVID-19. Vaca Narvaja prepara una agenda que incluye Beijing, Shangai y quizás la ciudad de Xi´an, adonde se encuentra el Ejercito de Terracota del emperador Qin Shi Huang. Alberto Fernández mantendría al menos dos bilaterales con Xi Jinping para dialogar sobre la agenda global y las relaciones entre ambos países.
Pero antes de esa cumbre diplomática en Beijing, el jefe de Estado remitirá la nominación de Vaca Narvaja al Senado, que trataría su pliego vía zoom en enero. El futuro embajador conoce la historia y los engranajes de poder en China, y es cercano a Cristina Fernández de Kirchner: no tendrá ningún problema en obtener la mayoría necesaria en el recinto de la Cámara Alta.
Mientras tanto, Vaca Narvaja completará un acuerdo comercial que trabajó Kreckler. Se trata de implementar el memorando de entendimiento que su futuro antecesor negoció con el presidente de Sinopharm, Liu Jingzhen, para asegurar la provisión de vacunas chinas durante 2021.
Ese memo de entendimiento, que Kreckler cerró -vía zoom- junto al ministro Ginés González García, establece:
1. Sinopharm proveerá 30 millones de dosis (15 millones de vacunas).
2. Un millón de dosis llegará en enero.
3. 12 millones de dosis en marzo.
4. Y el resto de las dosis durante 2021.
5. El precio aún se está negociando, pero Sinopharm tendrá en cuenta que Argentina aceptó hacer pruebas de Fase 3 con voluntarios locales junto a la Fundación Huésped.
6. El transporte es responsabilidad del Gobierno y se hará a través de Aerolíneas Argentinas.
Vaca Narvaja ahora negocia con Sinopharm para lograr que a principios de enero se anuncie el acuerdo con la Argentina. Se trata de coordinar la firma del contrato oficial, los permisos técnicos de las autoridades de China y la ANMAT, y el transporte del primer millón de dosis de la vacuna que se concretaría hacia mediados del mes próximo.
Alberto Fernández chatea o habla sin intermediarios con Vaca Narvaja. Confía en su futuro embajador en China y desea las dosis de Sinopharm para enfrentar una probable segunda ola de la pandemia. Ya se sabe en Gobierno que con la vacuna rusa no alcanzará, aunque desde Moscú Vladimir Putin jure lo contrario.