Marcela Losardo enfrentó a través de las redes sociales una operación política en su contra ejecutada por el kirchnerismo duro que pretende su cargo como ministra de Justicia. Losardo fue acusada de tener una cuenta offshore junto a su marido para erosionar su imagen pública y forzar su renuncia en el Gabinete Nacional. Alberto Fernández se comunicó con la ministra y ratificó su confianza política ante el vendaval interno que se provocó desde las cercanías del Instituto Patria.
“Quiero aclarar que no tengo ninguna offshore y mi marido tampoco; no tengo relación con el exministro Garavano ni con mesa judicial alguna”, posteó Losardo en su cuenta oficial de Twitter.
No es un hecho casual que el kirchnerismo duro ejecute una operación de acoso y derribo contra la ministra de Justicia. Losardo es amiga personal de Alberto Fernández desde antes de la llegada de la democracia en 1983, y su agenda política apunta a preservar la relación institucional entre los poderes al margen de compartir con el Presidente su programa de reformas en la justicia en la Argentina.
El Instituto Patria y ciertos senadores peronistas vinculados a CFK sostiene en la intimidad que Losardo “es tibia” al momento de enfrentar a la Corte Suprema y a Comodoro Py, y exigen que Alberto Fernández fuerce su renuncia cuando decida un probable cambio de gabinete.
El Presidente no comparte las opiniones del kirchnerismo duro y ya ha dejado trascender que Losardo continuará en la cartera de justicia hasta que se extienda su mandato en la Casa Rosada. Alberto Fernández conversó esta tarde con su ministra de confianza y ratificó su aval político.
El kirchnerismo tiene resortes importantes en el Ministerio de Justicia y la intención del Instituto Patria es colocar a uno de estos funcionarios en lugar de Losardo que responde a las ordenes directas del jefe de Estado.
“Parece que algún irresponsable quiere ensuciar a los que venimos a cambiar a la Argentina”, completó Losardo tras desmentir que su marido escribano tenga nexos con empresas de viandas, como sugirieron determinados medios atados al kirchnerismo más rancio.
Cristina Fernández de Kirchner está en una cruzada personal contra la Corte Suprema para evitar que todas sus causas por corrupción terminen bajo el análisis legal del principal tribunal de la Argentina. La vicepresidente hace referencia equívoca al concepto del lawfare cuando en realidad hay muchísima evidencia en su contra que la Corte evaluará cuando le corresponda en términos procesales.
Desde esta perspectiva, CFK considera que Losardo no tiene una actitud pro activa en favor de su línea de defensa penal y ya ha dicho en reserva que es momento de suceder a la ministra de Justicia por un funcionario que se pliegue a la agenda del Instituto Patria.
Tras el discurso de Cristina Fernández instando a los ministros y ministros que no funcionan a buscarse otro trabajo, la interna en el Frente de Todos alcanzó la velocidad del sonido. Alberto Fernández ha ratificado a su gabinete, mientras que ciertos alfiles de CFK iniciaron movimientos en diagonal para desgastar a los ministros que son totalmente leales al Presidente.
En ese contexto de internas palaciegas, Losardo se transformó en un blanco móvil. El kirchnerismo no sólo pretende ocupar la cartera de Justicia, sino que también desea colonizar la Cancillería, el Ministerio de la Producción y las secretarias Legal y Técnica, de Asuntos Estratégicos, General de la Presidencia y de Medios de Comunicación.
“Eso no va a pasar mientras yo sea Presidente”, comentó Alberto Fernández cuando le comentaron en Olivos acerca de los sueños de poder que se sueñan en el Instituto Patria y en la Cámara de Senadores.
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