La Justicia porteña ordenó anoche la liberación de Federico Elaskar, ex dueño de la financiera La Rosadita, luego de que se comprometiera a fijar un domicilio y cumplir una restricción de acercamiento respecto a su pareja, que lo había denunciado por agresiones y lesiones. Elaskar fue detenido el martes a la madrugada por personal de la Prefectura Naval y luego pasó todo el día en la comisaría 1D.
La causa judicial seguirá tramitando ante el juzgado Contravencional y de Faltas 27 y la Fiscalía 21, a cargo de Paulo Gaspani, quien logró la exclusión del domicilio y una restricción de acercamiento. “Fue un acuerdo entre los representantes de ambas partes, no se requirió disposición judicial”, informaron fuentes judiciales a Infobae.
Elaskar es defendido habitualmente por José Manuel Ubeira pero en este caso lo representó la abogada Raquel Pérez Iglesias.
El empresario fue detenido el martes a la 1 de la mañana en su departamento de Puerto Madero, en Juana Manso 1152, tras una denuncia de su actual pareja, identificada como C. M. (39), la que había conocido junto antes de comenzar la pandemia. Tras una consulta con la Fiscalía, fue trasladado a la comisaría 1D.
Según pudo saber este medio, Elaskar ya había tenido varias denuncias similares, de su actual pareja y de otras mujeres, pero ninguna terminó en una detención. En esas causas siempre lo defiende la misma abogada. Esta vez, está acusado de lesiones leves en contexto de violencia de género, previstos en los artículos 89 y 92 del Código Penal.
Elaskar se hizo conocido en 2013 cuando le dio una entrevista al programa “Periodismo Para Todos” donde contó que había conocido a Leonardo Fariña en enero de 2011, y que durante el primer semestre de ese año había realizado transacciones por unos 50 millones de euros para Lázaro Báez. “Actuamos como intermediarios en la entrega de millones de dólares y euros a empresas extranjeras vinculadas a Lázaro Báez, Martín Báez y Leandro Báez”, dijo el empresario. Aunque luego se desdijo, ese fue el comienzo de la causa conocida como la “ruta del dinero K”.
El juicio comenzó en octubre de 2018 y ya ingresó en la recta final. Elaskar no participa de las audiencias hace varios meses, ni siquiera de manera remota.
Cuando le tocó declarar ante el Tribunal Oral Federal 4 -integrado por los jueces Néstor Costabel, María Gabriela López Iñiguez y Adriana Palliotti- Elaskar ratificó que Daniel Pérez Gadín y César Gustavo Fernández lo amenazaron para que vendiera la financiera SGI, desde la cual se hicieron las operaciones de lavado de dinero. “Pérez Gadín me amenazaba, me apretaba, me sacó a patadas. Es un tipo malo, un pobre tipo”, sostuvo en esa declaración. Y contó que el contador de Lázaro Báez amenazó a su entonces novia, que luego perdió un embarazo.
En su alegato, el fiscal Abel Córdoba pidió una condena de 4 años y seis meses para el financista y de doce años para el empresario Lázaro Báez, que sigue cumpliendo con la prisión domiciliaria en un lugar oculto.
Todas las partes que siguieron el desarrollo del juicio, a excepción de sus defensores, coinciden en que Báez se encamina a una condena alta. Pese al cambio de gobierno, las querellas que representan al Ejecutivo también solicitaron penas: 8 años y 6 meses, la Oficina Anticorrupción; 9 años, la Unidad de Información Financiera (UIF); y 8 años la AFIP, cuyo alegato estuvo al borde de un escándalo.
Según determinó la Justicia, la maniobra de lavado llegó a totalizar la suma de USD 54.872.875.
En la próxima audiencia, prevista para el miércoles 30, comenzarán las últimas palabras de los acusados. Según el cronograma dispuesto por el TOF 4, ese día arrancarán Leonardo Fariña, Lázaro Báez, el abogado Jorge Chueco, Daniel Pérez Gadín, y los cuatro hijos de Báez, entre otros. Luego habrá otras dos audiencias, el 3 y el 10 de febrero, antes de conocer el veredicto.
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