El proyecto de Interrupción Voluntaria del Embarazo entró en la recta final hasta la sesión del próximo 29 en el Senado, entre las presiones para influir en el voto de los legisladores indecisos y la creciente sospecha de que la oposición, motorizada por un exponente del ala dura como Mauricio Macri, puso en marcha una jugada frustrar la sanción de la ley y evitar que el Gobierno capitalice el festejo verde.
“Si existiera una estrategia política para que cambien su voto los senadores de Juntos por el Cambio que iban a apoyar el proyecto, nadie lo va a reconocer porque sería arruinar la maniobra”, afirmó a Infobae un referente de la coalición opositora, aunque allegados a la presidenta del PRO, Patricia Bullrich, negaron que se haya acordado algo semejante y reiteraron que “es un tema individual”.
El interbloque de senadores de Juntos por el Cambio, presidido por Luis Naidenoff, deliberó este lunes de manera virtual y ratificó la postura de que cada uno votará de acuerdo con sus convicciones: no hubo ni una palabra acerca del supuesto acuerdo para frenar la ley en la sesión del 29.
Para un importante dirigente del PRO, “no hay ninguna instrucción de nada y a esta altura es mejor que se vote ahora que el año que viene porque no podemos seguir con este tema eternamente”. Incluso planteó su idea de que si finalmente no se vota, haya un compromiso de todos los bloques de dejar pasar dos o tres años hasta volver a debatir una iniciativa sobre este tema. “Es muy desgastante”, dijo.
Hoy, los votos a favor y en contra están muy parejos, por lo que todos creen que esta semana que falta para debatir el proyecto en el Senado “será clave porque habrá fuertes presiones de uno y otro sector”. Desde los celestes, se reforzará la ofensiva de la Iglesia para evitar que se apruebe la iniciativa, mientras que desde la vereda verde afirman que el Gobierno está operando para conseguir que sea ley.
El bloque de Juntos por el Cambio tiene hoy 25 senadores, pero las opiniones están divididas. El aborto legal es un tema que atraviesa de manera transversal a los legisladores, más allá de su pertenencia partidaria, y ya en del debate que se dio hace dos años había un claro predominio de los celestes en las filas opositoras: en la bancada de Cambiemos de la Cámara alta hubo 17 votos en contra y 8 a favor. Hoy, la diferencia entre unos y otros se achicó, pero algunos creen que puede haber sorpresas.
Lo anticipó en las últimas horas el jefe del bloque de senadores del PRO, Humberto Schiavoni: habló de que puede haber “cuatro o cinco incógnitas” para la sesión del 29, por lo que no se animó a “aventurar si sale o no la ley”. Destacó que hay legisladores que votaron de una forma en 2018 y hoy “hay dudas de que mantengan su voto y otros que se incorporaron en 2019 todavía no sabemos” su postura.
Schiavoni, de Misiones, votó a favor del aborto legal hace dos años y las versiones sobre un posible cambio de opinión incluyen a sus colegas de bloque Laura Rodríguez Machado y Enrique Martínez, ambos de Córdoba. Los otros verdes de Juntos por el Cambio cuyo voto parece firme son Naidenoff, Gladys González, Martín Lousteau, Guadalupe Tagliaferro, Pamela Verasay y Eduardo Costa.
En el macrismo, algunos referentes admitieron a Infobae que buscan “no darle el triunfo al Gobierno en el Senado” y aseguraron que “si se aprueba la ley, Alberto Fernández va a aprovechar para tapar con el aborto los graves problemas del país: por eso no podemos ser funcionales a eso”.
Hay quienes deslizan que Macri y Bullrich están llamando a senadores propios para que cambien su voto. Son los mismos que advierten: “Nuestro electorado es mayoritariamente celeste. Si queremos tener chance de ganar las elecciones en 2021, debería quedar en claro nuestro rechazo al aborto”.
Como anticipó Infobae, hay dos mujeres que anunciarán su postura recién el 29: la radical entrerriana Stella Maris Olalla y la neuquina Lucila Crexell (MPN), la única en abstenerse dos años atrás. Oscar Castillo (Frente Cívico y Social) es otro voto a favor que eligió el silencio en los últimos días.
Las próximas horas serán decisivas para saber qué puede pasar en el recinto del Senado. Aunque si los votos no están asegurados para sancionar la ley, seguramente no habrá sesión y el tema pasará para el año que viene. El oficialismo no puede exponerse a una derrota y ni siquiera puede contar con el voto de Cristina Kirchner en caso de empate: dicen que no quiere quedar expuesta en una iniciativa a la que antes se oponía con vehemencia y ahora cambió de opinión. Es decir, pasó de celeste a verde.
Algunos imaginan que si finalmente el proyecto se convierte en ley en la sesión del 29, la vicepresidenta intentará sacar rédito político de la iniciativa. Y si se frustra la sanción, podrá echarle la culpa a la insistencia de Alberto Fernández en apurar el debate sin los votos garantizados. Y, en particular, descargar la responsabilidad en Vilma Ibarra, la secretaria Legal y Técnica de la Presidencia, autora del proyecto de Interrupción Voluntaria del Embarazo, y, sobre todo, una de las funcionarias elegidas por el Presidente a quien Cristina Kirchner no le perdona haber escrito un libro en contra de ella.
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