Las diferencias entre verdes y celestes están a la vista: una grieta insalvable expresada en los debates que tuvieron lugar en Diputados y los que siguieren en el Senado de la Nación. Dos tercios de los senadores ya votaron en 2018 cuando la Cámara alta frenó la ley de interrupción voluntaria del embarazo. Algunos podrían cambiar su voto mientras unos pocos, que ya votaron o que ingresaron en diciembre pasado, se reservarán su postura hasta el momento de la votación. Esos pocos votos podrían inclinar la votación hacia un lado o hacia otro. El escenario es incierto. Y la víspera de Navidad, incluso para los que no la celebran, los llama a un prudente silencio.
Según dicen, Alberto Fernández se involucró en forma reservada en las gestiones. Los chats de los senadores celestes estallan indignados porque cuestionan lo que es habitual en política, como hablar con gobernadores para influir en la votación o buscar torcer los planteos de algunos senadores.
El jueves pasado el jefe de Estado recibió a Sergio ‘el Oso’ Leavy, un kirchnerista que todos contabilizaban como voto en contra de la ley de interrupción voluntaria del embarazo. Sin embargo todavía no ha hablado públicamente y más allá de que Salta es una provincia donde se impone el peso de la Iglesia, también podría pesar sobre su posición la disciplina partidaria o un pedido expreso del Presidente. Si además al pedido se sumara la vicepresidenta, al salteño le costaría decir que no.
Para el aborto los partidos hablan de libertad de acción. Sin embargo hay quienes recuerdan cuando el jefe de La Cámpora, Andrés Larroque, votó a favor en 2018 más allá de su postura personal. Aquel día hasta leyó una carta de Julio De Vido que estaba preso y hubiera votado a favor.
Máximo Kirchner fue cambiando su postura y militó la ley con pañuelo verde en la muñeca. Su madre, entonces senadora, justificó su voto a favor más pensando en su hija y nietas que en sus convicciones y, aunque días atrás felicitó a Eduardo Valdés por su último discurso en Diputados, todo su entorno trabaja firmemente para que se legalice el aborto. El sábado partió hacia El Calafate donde pasará Navidad y regresará para la histórica sesión en la que espera no tener que desempatar. Se molestó en las últimas semanas por el final abierto de la ley y el envío de la iniciativa sin tener garantías de aprobación. Si es necesario, jugará. “Y se notará”, señaló un vocero que sabe que cuando la vicepresidenta tiene que mover una ficha para ganar hace lo que sea.
Quienes rodean a Cristina Kirchner están trabajando a favor de la ley más allá de las diferencias con Vilma Ibarra, secretaria de Legal y Técnica, activa redactora e impulsora de la legalización. Lo hacen Anabel Fernández Sagasti, Oscar Parrilli, Matías Rodríguez, María de los Ángeles Sacnun, Ana Almirón y Nancy González. Ese grupo de senadores del Frente de Todos se alió además con varios senadores de Juntos por el Cambio, a pesar de los llamados que le atribuyen a la jefa del PRO, Patricia Bullrich, para frenar la sanción. En cambio los radicales en Diputados aportaron más votos que sus socios macristas.
“Hay senadores que votamos en 2018 pero ahora hay dudas sobre si vamos a mantener el sentido de ese voto y senadores que incorporaron en 2019 que más allá de lo que dicen todavía no sabemos la profundidad de su compromiso”, dijo en Radio 10 el senador Humberto Schiavoni, jefe del bloque del PRO. Presidente de su partido en Misiones y amigo personal de Macri, recordó que dos años atrás no estaba totalmente conforme con el proyecto de ley y, aun así, votó a favor. Su hermano, diputado nacional, acaba de votar en contra de la media sanción. En Misiones también pesa la Iglesia católica, como en todo el norte. El propio Schiavoni reveló que recibió el llamado del obispo Juan Rubén Martínez. Se reunirán estos días para hablar del aborto. Martínez sostiene que el 70% de los misioneros están en contra. También presiona la Iglesia Evangélica, que cuestionó en duros términos a los diputados que se abstuvieron o votaron a favor como Flavia Morales que cambió de postura a último momento.
El panorama se replica en varias provincias. Y ya tomó nota el Presidente, que este año recibió un saludo navideño por escrito y no la visita de la Conferencia Episcopal. Era previsible el distanciamiento de la Iglesia. Fernández insiste en que no es sorpresiva su posición. Fue una promesa de campaña y la quiere cumplir antes de que llegue el 2021.
La kirchnerista Ana Almirón, a favor de la ley y embarcada en la búsqueda de los pocos votos en pugna, mencionó la estrategia en marcha para “salvar” las diferencias que tal vez podrían ajustarse en la reglamentación. “Trabajamos en conjunto con varios senadores de la oposición”, resaltó en una charla con Futurock en la que destacó el acompañamiento del Presidente.
En el PRO aseguran que Mauricio Macri es “prescindente” aunque hay quienes dicen que antes de partir para Villa La Angostura mandó un mensaje advirtiendo que el voto a favor de la IVE era ayudar a un triunfo de Alberto Fernández. Sin embargo, en Diputados hasta un duro opositor como Fernando Iglesias votó a favor, enojado y con pedidos de cambio, pero a favor.
El tema son los indecisos o los senadores que no están totalmente convencidos de ayudar a legalizar el aborto o contribuir al rechazo de la ley en un país donde es una práctica cotidiana a pesar de su ilegalidad.
Como ya contó Infobae, los votos a favor y los votos en contra están emparejados. Y la brecha del medio se definiría después de Navidad.
El ex gobernador Alberto Weretilneck (Juntos Somos Río Negro) pidió algunos cambios y condicionó su voto a favor. Es partidario de la legalización pero reclamó límites. El día de la firma del dictamen, que no acompañó, recibió varios llamados del oficialismo. Su teléfono aún no sonó esta semana y hay quienes prevén que todo se reactive después del 25. La rionegrina Silvina García Larraburu, por su parte, no solo firmó el dictamen la semana pasada: votará a favor. Si el Gobierno juega a fondo, otros peronistas la podrían copiar porque el triunfo no sería sólo del Presidente pero la derrota tendría dos lecturas: Alberto Fernández no logró la ley o Cristina Kirchner no lo ayudó. Ninguna derrota es positiva en términos políticos.
Como Weretilneck, también el peronista entrerriano Edgardo Kueider pidió una redacción más precisa y tal vez sea una posición compartida por los cordobeses macristas Ernesto Martínez y Laura Rodríguez Machado. A diferencia de lo que ocurrió en Diputados, los senadores de Córdoba de Juntos por el Cambio podrían acompañar con su voto. O no. El proyecto no es el mismo que el que defendieron con ahínco en 2018, sostienen. Prometen silencio hasta el 29. Podrían colgar un cartel en sus despachos: “Se ruega no molestar”. De todos modos, son mayoría los que creen que ambos votarán a favor.
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