La fiesta de este sábado en el PJ de Mendoza se suspendió. Por primera vez el peronismo de aquella provincia es conducido por una mujer. Esa mujer, la senadora Anabel Fernández Sagasti, canceló su asunción porque justamente fue una niña mujer la que hace una semana fue brutalmente asesinada en Maipú. Catorce años tenía Florencia y el crimen y las circunstancias que rodean el crimen conmovieron e indignaron a los mendocinos. Fernández Sagasti tomó las riendas de su partido, empujada por Cristina Fernández de Kirchner, como la cordobesa de La Cámpora Gabriela Estévez inauguró una semana atrás una sede mediterránea del cristinista Instituto Patria. Representan a esas diputadas y senadoras a las que la Vicepresidenta no les pediría buscar otro ‘laburo’. Aún así, una y otra, dejaron de lado sus profundas diferencias con los legisladores de Juntos por el Cambio y reeditaron aquella ‘sororidad’ sin grietas del 2018. Las permanentes rivalidades quedaron entre paréntesis hasta que se vote la ley de interrupción del embarazo a pesar de los costos y riesgos políticos que a veces implica tamaño acercamiento.
Nadie puede negar que del otro lado la senadora del PRO por la ciudad de Buenos Aires Guadalupe Tagialferri es una intensa opositora. Hace poco el jefe del interbloque de Juntos por el Cambio, Luis Naidenoff, le cedió su lugar en la comisión de Presupuesto y Hacienda para que defendiera las partidas de la Ciudad de las tijeras kirchneristas. Generoso, Martín Lousteau -uno de los más hábiles oradores y puntilloso con los números- compartió con ella información y protagonismo junto con los bonaerenses Esteban Bullrich y Gladys González.
Sin embargo estas últimas dos semanas el corte fue transversal y Tagliaferri coordinó la estrategia ‘verde’ puertas adentro del PRO, una fuerza que en ambas cámaras tiene mayoría de votos en contra. Y siempre estuvo en contacto con las senadoras verdes del Frente de Todos. Vicepresidenta de la Banca de la Mujer, se alineó con la pampeana peronista Norma Durango y punteó los votos a favor con los propios y con el oficialismo. Por el radicalismo tiende puentes otra mendocina, Pamela Verasay. Entre ellas se llaman por sus nombres de pila, se respetan más allá de las peleas y estos días se cuidan en público para evitar celos partidarios.
Tagliaferri tiene 46 años. Fernández Sagasti, 36. La porteña ocupa por primera vez un cargo electivo desde el último 10 de diciembre y en parte debe su postulación a su triple rol de dirigente política, militante ‘verde’ y mujer. Que la candidata defendiera la IVE fue la condición que puso Lousteau para acordar con Juntos por el Cambio y con Horacio Rodríguez Larreta. Juntos hicieron equipo para defender las partidas presupuestarias y Tagliaferri hasta tuvo que frenar a varios senadores peronistas que se quejaron por sus insistentes preguntas y planteos en comisión. “No hablo siempre”, se escudó ella que sólo se pone al frente de las causas que le competen.
La senadora del PRO avanzó en la política siempre al frente de temas de primera infancia, como ministra de Desarrollo de la Ciudad, y de género y de la mujer. Impulsó el Centro Integral de la Mujer en las comunas de la Ciudad y la adhesión a la línea 144 de atención a víctimas de violencia de género. Fue sucesivamente directora general de la Mujer, de Atención Inmediata, subsecretaria de Promoción Social, Presidenta del Consejo de los Derechos de Niñas, Niños y Adolescentes y ministra de Desarrollo Humano y Hábitat. En ningún cargo superó los dos años y siempre fue en ascenso.
Fernández Sagasti es peronista de cuna. Abogada especializada en Derecho de Familia no tiene hijos pero trabajó en la Casa Cuna de su provincia y cerca suyo la recuerdan llevándose a pasear a los chicos que vivían allí. Lo recordó un poco emocionada este jueves en el cierre del debate por la Interrupción Voluntaria del Embarazo aunque tal vez su conmoción haya tenido más que ver con las noticias que llegaban de Mendoza sobre la aparición de un cuerpo que se sospechaba, y luego se confirmó, era el de Florencia, desaparecida desde el sábado 12.
Militante desde la secundaria y luego en la universidad, fundadora de La Cámpora de Mendoza, Fernández Sagasti fue electa diputada nacional en el año 2011 y senadora cuatro años después. Aunque su mandato se vence en diciembre del 2021 nadie duda de que volverá a estar en las listas: integró el Consejo de la Magistratura, el año pasado fue candidata a gobernadora y no solo es la vice del bloque oficialista y la senadora más cercana a Cristina Kirchner (hablan a diario sin intermediarios) sino el enlace entre la Cámara alta y la Casa Rosada y una de las principales voces a favor de las causas más conflictivas como Vicentin, el desplazamiento de jueces y la reforma judicial. Es protagonista en casi todos los debates y en el del aborto coordina y organiza la estrategia con la secretaria de Legal y Técnica, Vilma Ibarra, y la ministra de Mujeres, Diversidad y Géneros, Elizabeth Gómez Alcorta. Y por sobre todo, lidera a los ‘verdes’ enfrentando y desplazando al jefe del bloque del Frente de Todos, José Mayans, que se convirtió en el opositor más duro del Presidente de la Nación. A diferencia del formoseño todo este año ella pasó mucho tiempo en Buenos Aires mientras él nunca dejó su provincia donde permaneció en cuarentena.
Como ya contó Infobae, Fernández Sagasti, Durango, Tagliaferri, Verasay y Lousteau no son los únicos ‘sororos’. En la lista están los peronistas Ana Almirón, María de los Angeles Sacnun, Matías Rodríguez, María Eugenia Catalfamo, Oscar Parrilli y Nancy González. La tucumana Beatriz Mirkin, como los chubutenses Mario Pais y Alfredo Luenzo, no están tanto en esa mesa de voceros pero asumieron en el debate el ro de defensores de la IVE. La estrategia funcionó cuando el último jueves lograron aprobar los dictámenes de comisión.
La mesa chica sin grietas partidarias mantuvo varias reuniones vía Zoom, incluso con Gómez Alcorta e Ibarra, y con las diputadas que lideraron la estrategia para lograr la media sanción. A diferencia del 2018 esta vez fueron acordando cambios y conversando en paralelo con los indecisos y hasta adelantaron cambios en el debate de la Cámara baja para allanar el camino de la ley en el Senado.
De un lado y del otro hay reconocimiento por defender una ley más allá de las históricas contradicciones. Incluso la pelea por las partidas de la Ciudad que dañó las relaciones entre Uspallata y Balcarce 50. Además de que es bien conocida la posición en contra de la IVE de Mauricio Macri, Horacio Rodríguez Larreta y en parte de Alfredo Cornejo, presidente de la UCR que como diputado se abstuvo y no tomó posición ni a favor ni en contra.
En ese marco, unos y otros se cuidan mutuamente mientras aseguran que tanto Macri como Alberto Fernández hacen llamados para cambiar votos. Una senadora ‘verde’ de la oposición le dijo a Infobae que sería un error no votar esta ley pensando en propinarle una derrota al Gobierno en el recinto, la primera en el Senado donde el Frente de Todos goza de una contundente mayoría y quórum propio. A la inversa Mayans se quejó de lo mismo que le reprocha habitualmente la oposición: la velocidad que se le imprimió al debate y sorprendió a Durango con injustas acusaciones de supuesta imparcialidad.
“Cuando estás a favor siempre trabajás con los que están a favor”, remarcó la senadora Nancy González y recordó otras leyes votas por unanimidad en el contexto de pandemia como el auxilio al Turismo, proyecto en el que confluyeron más de una docena de iniciativas fusionadas y consensuadas entre los distintos bloques. Lo mismo hacen hoy los ‘celestes’, trabajan en equipo y se alertan a través de grupos de whatsapp compartidos entre oficialistas y opositores sobre los posibles cambios de votos. Ayer estallaron con mensajes sobre supuestos llamados del Presidente a indecisos y celestes.
“Es beneficioso para miles, no tiene que extrañarnos dejar de una buena vez la grieta y que podamos trabajar en temas sumamente importantes para el país”, le dijo la chubutense González a Infobae en permanente contacto con el resto de los senadores vía celular. En el grupo de mujeres del Frente de Todos coexisten ‘verdes’ y ‘celestes’ pero tienen vedado discutir sobre la ley del aborto en ese ámbito. De eso sólo se habla en los grupos separados según el color que representan y no el partido.
En el oficialismo y en la oposición hubo bajada de línea entre los ‘verdes’ para evitar subir el tono y las fricciones. Sólo la mención al Holocausto irritó más de lo pensado a algunos senadores y se calentó el debate.
En el Frente de Todos además se repitió un mensaje contundente para no perjudicar el trabajo futuro. “El bloque debe seguir trabajando junto, eso lo tenemos claro”, señaló un legislador que minimizó el rol de Mayans. “Cada uno tiene su fe, su moral, pero luego del 29 el bloque va a seguir trabajando “, insistió Nancy González ante Infobae.
Lo que nadie se anima a aventurar es qué pasaría en el oficialismo si los verdes caen derrotados. El eventual triunfo no será sólo de Alberto Fernández. Pero, ¿a quién le atribuirán la derrota si el 29 no se sanciona la ley?
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