“Traéme plata”. Esa fue tal vez la frase más inquietante que se escuchó durante las tres horas en las que dos fiscales intentaron convencer sin suerte a 16 senadores provinciales para que aprueben el desafuero de uno de sus pares, el justicialista Armando Traferri (PJ), involucrado como organizador de una red de protección del juego ilegal en la provincia de Santa Fe.
Si bien los fiscales que viajaron de Rosario a Santa Fe terminaron optimistas, los senadores no salieron convencidos de tener más elementos que los que ya les habían exhibido antes. Finalmente, este viernes el Senado en pleno se dispone a rechazar el pedido para que se le quite la inmunidad parlamentaria a uno de sus miembros.
De esta manera, a las 10 de la mañana se retoma un cuarto intermedio para aprobar el proyecto de política tributaria para el 2021 y se podría votar después el desafuero de Traferri. En ninguno de los escenarios que se evaluaban anoche se conseguirían los 13 votos requeridos para cumplir con la exigencia de los dos tercios de los presentes.
Tan definido parece todo que en los mentideros políticos ya se hacen valoraciones de quienes van a votar para que no le saquen los fueros a Traferri. “Ocho de los 13 que votarían por el rechazo fueron candidatos del ex gobernador Antonio Bonfatti. Esto demuestra que no es una interna peronista”, destacaron desde el oficialismo provincial.
Hasta anoche el panorama era el siguiente: de los 19 senadores, los únicos seguros que rechazan sí o sí el pedido de los fiscales son los cinco legisladores que acompañan en su bloque a Traferri, y los únicos votos seguros a favor del desafuero son los de los cuatro senadores que se abrieron esta semana del bloque oficialista. El tercer bloque del PJ de dos miembros estaba tironeado y podría terminar absteniéndose.
Entre los siete del interbloque opositor podría haber abstenciones o rechazo. 15 a 4 a favor de Traferri, afirmaban más temprano y más seguros los pronosticadores del resultado de la elección de hoy, aunque después esa previsión fue cambiando y podría quedar 13 a 4 y dos abstenciones peronistas, aunque tampoco deberían sorprender otras abstenciones radicales. “La abstención también es no querer sacar los fueros”, advertían los que pedían poder imputar al senador.
Cómo sigue la causa
Si no se aprueba el desafuero, la investigación podrá igual seguir adelante, pero sin la imputación. En Santa Fe los fueros otorgan una inmunidad a los legisladores que no sólo impide que sean detenidos, como ocurre también a nivel nacional, sino que además implica la imposibilidad de que sean imputados en una causa penal.
Con todo hoy podría ser un día de otras novedades si finalmente se concreta la audiencia para reimputar al ex fiscal Patricio Serjal (si no se hace, pasa al lunes), y hasta se menciona la posibilidad de que se sume un detenido en la causa.
“Las pruebas no alcanzan, esperábamos más”, dijeron sin vueltas los senadores que recibieron ayer de local a los dos fiscales. “Vimos una conjetura de investigación, una sospecha, pero no está probada”, reafirmaron al salir de esa reunión.
El senador que preside una de las comisiones a las que se giró el pedido de desafuero, llegó a cuestionar el punto más alto de las acusaciones contra Traferri, el video donde el ex fiscal Gustavo Ponce Asahad lo incrimina. “Estuvo teledirigido”, afirmó.
“Vendían influencias”
La frase “traéme la plata” del comienzo fue exhibida en la reunión y se escuchó de boca de un fallecido ex secretario parlamentario del Senado, en una conversación que mantuvo con el ahora detenido empresario del juego Leonardo Peiti. Para los fiscales esa comunicación es una prueba de que “vendían influencias a cambio de dinero para direccionar investigaciones y no perjudicar”. Y destacan que no es de ahora, sino que data de 2017.
En esa misma transcripción, el funcionario legislativo menciona que Traferri ya había hablado con el ex ministro de Justicia de la provincia en la gestión anterior, Ricardo Silberstein, y con el fiscal general Jorge Baclini. Casualmente este último estaba presente en la reunión entre los senadores y los fiscales, por lo que le preguntaron y negó rápidamente que ese contacto haya existido.
En el mismo audio se pedía que le “bajaran línea con el 301”, el artículo del Código Procesal Penal que pena el juego clandestino. En otro audio del 2017 se le escucha decir en una comunicación doméstica: “Ya le llevé lo que le tenía que llevar al Pipi”.
Los fiscales también sostienen que quedó muy claro que Peiti y Traferri se conocían desde 2017 y resaltan que el senador nunca había mencionado ese detalle. “Contradijo prueba objetiva”, opinaron. Y mostraron cruces de llamadas entrantes y salientes e impactos de antenas para asegurar que se reunieron varias veces.
Sostienen que hay varias conversaciones entre ese secretario legislativo y Peiti, siempre mencionando a Traferri, y en dos de ellas se habla del juego clandestino. Las llamadas son de abril del 2019 y para los fiscales el contenido de esos diálogos demuestran “un trato familiar y cotidiano”.
Lo que pudieron constatar es que Peiti y Traferri tenían contacto, hablaban y se encontraban. La parte débil tal vez sea que no pueden demostrar de qué hablaron en esos encuentros.
Igual consideran que la “prueba es contundente y tenemos armada la imputativa y elementos para ir a un juicio oral contra al senador y los demás integrantes de la organización. Sólo esperamos que el Senado decida sacarle los fueros”, reiteraron, algo que parece no ocurrirá.
Mención al jefe de los fiscales
El encuentro entre los fiscales y los senadores fue en Santa Fe a puertas cerradas y secreto, no se pudo seguir por internet y la prensa tuvo que esperar en la calle frente a la casona colonial de reducidos salones donde se hizo la audiencia. Tampoco pudieron asistir los senadores que no participan de las comisiones convocantes. Fuera de ellos, sólo un taquígrafo pudo ingresar para tomar registro de la exposición.
Los fiscales Matías Edery y Luis Schiappa Pietra habían asegurado antes de entrar a la reunión que tenían “un caso penal sólido y evidencia firme” para considerar al senador como organizador o partícipe de una asociación ilícita. Aseguran que la prueba que poseen es “abrumadora, coherente, variada e incontestable”, aunque no pudieron convencer a los miembros del Senado.
Los fiscales creen que si en lugar de un legislador, el acusado fuera un ciudadano común, con semejante evidencia ya tendría prisión preventiva. Del lado de Traferri responden que le quieren sacar los fueros para meterlo preso, porque se trata de una causa con intenciones políticas impulsada por el ministro de Seguridad Marcelo Sain, a quien le adjudicó un “carpetazo” en su contra.
Los fiscales llegaron en autos separados y con custodia de las Tropas de Operaciones Especiales y recibieron el respaldo del fiscal general del Ministerio Público de la Acusación Jorge Baclini, quien los acompañó durante la exposición. Se llevó una sorpresa inesperada: tuvo que intervenir al ser mencionado él mismo en las escuchas telefónicas difundidas por sus subordinados.
Como si se tratara de una audiencia judicial, hicieron una larga exposición verbal donde mostraron la evidencia acumulada contra el senador, que es anterior y más amplia que las declaraciones del ex fiscal que incriminó a Traferri hace diez días y lo acusó de ser parte de un circuito para proteger el juego ilegal.
La explicación y despliegue de evidencia duró unas tres horas, y se desarrolló en un edificio anexo a la Legislatura, a menos de dos cuadras de la Casa de Gobierno de Santa Fe, donde tiene despacho el gobernador Omar Perotti.
Pudieron participar del encuentro los 16 senadores que integran las dos comisiones a las que fue enviado el pedido de desafuero realizado por los fiscales. Mientras, hoy también vence el plazo para que el senador se retracte o justifique sus dichos de que el ministro de Seguridad le armó un carpetazo de espionaje. Lejos de contestarle, el legislador lo hizo responsable de “cualquier daño o acción violenta” contra él o su familia.
Dos reuniones “secretas”
Tras la reunión, uno de los senadores filtró a la prensa un dato que enfureció a los fiscales. Se supo que en el marco de esta investigación, se habían reunido con el ministro Sain, al que Traferri acusa de estar detrás de la causa. “Nos reunimos porque fuimos amenazados y para definir nuestra seguridad”, respondieron enojados por que se filtró esa “información confidencial”, y aseguraron que en ese encuentro no recibieron instrucciones políticas.
Otro senador confirmó que le admitieron los fiscales que antes de tomarle la ampliación de la declaración al ex fiscal Ponce Asahad habían mantenido un encuentro con él en la cárcel “para decidir si su presentación era oral o escrita”. Eso dio pie a que se reforzaran las sospechas que instaló Traferri de que esa exposición fue “guionada”.
El reconocimiento de estas dos reuniones se tomaron como puntos a favor de la postura de Traferri. “Despejaron dudas a favor del senador”, interpretaron sus allegados.
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