Alberto Fernández recibió nuevamente este mediodía a la conducción de la Confederación General del Trabajo (CGT) a la Quinta de Olivos. En el segundo encuentro en menos de un mes (el anterior fue el 1° de diciembre), ambas partes hablaron durante dos horas y media sobre un amplio menú de temas, incluso el de la vacuna rusa: el Presidente les confirmó a los sindicalistas que la Sputnik V llegará al país antes de fin de año y aseguró que “es tan efectiva como las demás”.
Mientras comían asado con ensalada, el jefe del Estado hizo una evaluación de la situación socioeconómica y estimó que habrá un repunte en 2021. Incluso les dijo que quiere que se recupere el salario porque así mejorará el consumo. En el repaso, los sindicalistas aportaron los datos de cada sector y hubo coincidencias en que hay un crecimiento en la construcción y en la actividad metalúrgica, mientras Alberto Fernández les contó que están trabajando en una comisión para elaborar una ley de autopartes con el fin de que haya más presencia de la industria local en el mercado automotriz.
El Presidente y los dirigentes cegetistas sostuvieron que debe haber un mayor aporte del sector empresarial para que las mejoras económicas y laborales no dependan exclusivamente de la intervención del Estado, aunque en este punto la central obrera volvió a plantear que es necesario crear una mesa tripartita para diseñar un plan de reactivación. La idea del Gobierno, confirmó Fernández, es crear el Consejo Económico y Social mediante un DNU para apurar su lanzamiento, mientras se eleva al Congreso el proyecto de ley para formalizar esta instancia de diálogo.
No se habló sobre la continuidad de alguna ayuda económica luego de la eliminación de programas como el Ingreso Familiar de Emergencia (IFE) y la Asistencia de Emergencia al Trabajo y la Producción (ATP), pero sí de la crítica situación de las obras sociales y de la propuesta oficial para sumarse a un plan para construir 500.000 viviendas.
Del encuentro de Olivos también participaron el ministro de Trabajo, Claudio Moroni; el secretario general de la Presidencia, Julio Vitobello, y el secretario de Asuntos Estratégicos, Gustavo Beliz. Por la CGT, su cotitular Héctor Daer (Sanidad); Andrés Rodríguez (UCPN); Gerardo Martínez (UOCRA), Armando Cavalieri (Comercio), Antonio Caló (UOM), José Luis Lingeri (Obras Sanitarias) y Jorge Sola (seguro).
El Presidente se había comprometido a mantener un encuentro específico para analizar medidas que alivien la desfinanciación del sistema sindical de salud, pero fue el ministro de Salud, Ginés González García, el encargado de reunirse el viernes pasado con el secretario de Acción Social de la CGT, José Luis Lingeri, y seguir estudiando cómo evitar que las obras sociales colapsen por un déficit que crece a un ritmo de $1.500 millones por mes.
Una de las propuestas de la CGT que le llevaron al ministro de Salud para atenuar la desfinanciación de las obras sociales, y que se volvió a hablar con el Presidente, es que el Estado se haga cargo de pagar los medicamentos más caros mediante un fondo especial destinado a ese fin. Este mediodía, en Olivos, incluso se analizó la posibilidad de una ley para la compra unificada de medicamentos de alto costo, de manera de abaratar el precio para todo el sistema de salud. Fernández no anticipó su opinión y les pidió que le presentaran una propuesta sobre el tema.
Otro punto que planteó la central obrera es el aumento a la cápita que pagan los monotributistas para acceder a la atención de la obra social. Hoy, el valor de de las prestaciones establecidas en el Programa Médico Obligatorio (PMO) es de 2600 pesos, mientras que cada monotributista de cualquier categoría paga $1041,22 por mes y las obras sociales están obligadas a brindarles la misma cobertura que a los trabajadores en relación de dependencia, que aportan $2000 mensuales en promedio.
La CGT también le pidió al ministro que el Estado pague el 100% algunos de los gastos por discapacidad que hoy deben afrontar las obras sociales, como las relacionadas con el rubro educativo, que representan un 38% del gasto total en este rubro. Además, se analiza que se le descuente el 15% para el sistema de obras sociales a quienes pagan una diferencia para atenderse en una prepaga y que actualmente no aportan al Fondo Solidario de Redistribución.
El ministro de Salud, por otra parte, quedó en analizar la propuesta cegetista de que los trabajadores que se reintegran al mercado laboral vuelvan a aportar al menos por un año a la obra social de la actividad que tuvieron originalmente, para mitigar su desfinanciación, y luego puedan cambiar de cobertura, si así lo prefieren.
Además, la CGT pidió que desde el Gobierno se promueva una reunión con todo el sector de la salud (que también incluye a las prepagas, las obras sociales de dirección y los laboratorios nacionales y extranjeros) para armar una mesa de discusión que permita el abaratamiento de los costos del sistema.
Otro de los temas que se tocaron en Olivos es la oferta oficial a la CGT para que sus sindicatos se sumen a un plan que se propone construir 500.00 viviendas en un plazo de 7 años. La propuesta fue planteada este martes a la central obrera por el ministro de Desarrollo Territorial y Hábitat, Jorge Ferraresi, en la sede cegetista de Azopardo 802.
La idea de Ferraresi es que los gremios aporten los terrenos para construir los complejos habitacionales y que los paguen los trabajadores mediante un préstamo “a tasa baja”.
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