El Gobierno ya tiene preparado un plan básico de vacunación para la llegada de la Sputnik-V, según confirmaron fuentes del Ministerio de Salud a Infobae. Es a imagen y semejanza del que será implementado a partir de enero, pero más concentrado, ya que funcionará como “plan piloto”. La información adquiere particular relevancia luego de que cerca del Presidente se confirmara que el 23 de diciembre, o “por lo menos, antes de que termine el año”, llegará el primer lote.
Aunque no quieren anticipar los municipios de Buenos Aires y otras provincias que formarán parte para evitar tensiones innecesarias, sí se adelantó que la aplicación estará focalizada en los grupos de riesgo ya definidos. En orden de prioridad, serán los trabajadores de la salud, personal de seguridad, adultos mayores de 60 años y población de riesgo entre 18 y 60, más docentes y auxiliares.
Aunque hay resistencia a brindar detalles, trascendió que están previstos 100 grupos o “dispositivos de vacunación” que se desplegarán en el territorio nacional. Si bien cada provincia se organiza en forma independiente, hay un plan básico sugerido que propone una jornada de vacunación de lunes a lunes, con dos turnos de seis horas y la vacunación de 30 personas por hora, o sea, que cada aplicación no dure más de dos minutos. De este modo, se alcanzaría la vacunación de 280 mil personas en una semana.
En principio, esta semana terminarían de definirse no solo las localidades, sino también los lugares más apropiados para aplicar la vacuna. En esta etapa, hay consenso en que los hospitales y centros de salud son los más apropiados para llevar adelante una tarea de estas características, aunque hay quienes insisten en incluir clubes o centros deportivos. Al comienzo, la decisión era que se hiciera en los lugares donde ya se vacunaba, pero como el Calendario Nacional de Vacunación se aplica mayoritariamente en niños y jóvenes, no continuará igual.
Además de la provincia de Buenos Aires, cuyo gobernador Axel Kicillof se involucró personalmente -y en punta- en las negociaciones con la Federación Rusa, otras provincias participarían de este anticipo del plan, entre las que estarían La Pampa, Chaco y Jujuy.
Un aspecto significativo a tener en cuenta es que en la Argentina ninguna vacuna contra el COVID-19 será obligatoria, contrariamente a las que están incluidas en el calendario anual. Dada la excepcionalidad de la situación, los funcionarios eliminaron la obligatoriedad, tal como se está implementando en las principales democracias del mundo.
En paralelo, Salud informó del programa para incluir 10 mil voluntarios para realizar la vacunación, que incluirán alumnos de las carreras afines y otras “54 universidades que forman parte del programa de Acompañamiento Territorial Integral del Voluntariado Argentino”, que se formarán para participar en el proceso de vacunación que brindará la Dirección de Enfermedades Inmunoprevenibles (DICEI).
El voluntariado en salud ya fue activado en las provincias para desplegar el plan DetectAr con buen resultado. “Fue un antes y después”, dijo el secretario de Calidad, Arnaldo Medina. Para alcanzar este nuevo objetivo, se firmó un acta compromiso entre el Ministerio y el Foro Argentino de Facultades y Escuelas de Medicina Públicas. Sin embargo, este grupo de vacunadores no formará parte del plan piloto a desarrollar ahora, sino que se apelará a los profesionales que ya se vienen desempeñando dentro del Plan Nacional de Vacunación.
Los países que más ventajas tienen a la hora de dar inicio a los planes de vacunación son aquéllos que preadquirieron las vacunas. En la región, es el caso de Chile, Ecuador y México. Argentina, en cambio, se enredó en discusiones internas y no concretó la adquisición del desarrollo de Pfizer, que ya se está aplicando. Sí lo hizo con AstraZeneca, que hasta ahora verificó menor efectividad que el resto, y con Gamaleya, el laboratorio ruso que estaría cumpliendo con la palabra de realizar un envío anticipado al 23 de diciembre, tal como figura en el contrato firmado la semana pasada.
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