En el marco de una causa por violencia de género, la Justicia de San Juan procesó por lesiones leves agravadas por el vínculo al diputado nacional del PRO Eduardo Cáceres, acusado de golpear a su ex pareja, la dirigente también del PRO Gimena Martinazzo.
Así lo resolvió el juez Federico Rodríguez, del Cuarto Juzgado Correccional, en una resolución de primera instancia que, según adelantó el propio Cárceres, será apelado por la defensa. El fallo no contempla la prisión preventiva e impone un embargo por 250.000 pesos sobre los bienes del legislador sanjuanino.
El caso comenzó a investigarse a partir de la denuncia radicada el 25 de noviembre pasado, dos días después de la presunta agresión. Desde ese momento, comenzó la instrucción que este miércoles concluyó con el primer dictamen.
Entre sus pruebas, Martinazzo presentó capturas de los mensajes de texto que recibía de parte de su ex pareja. A eso se le sumó el informe psicológico de ambos implicados y las pericias del médico legista interviniente.
Desde que realizó la denuncia, la dirigente del PRO afirmó que al diputado sanjuanino no colaboró demasiado con la investigación judicial. “No fue al médico legista para que lo revisen, no dio su celular, recusó al fiscal y al último momento ofreció el aparato. Ganó al menos unos diez días, tiempo suficiente para borrar los mensajes comprometedores”, dijo.
Cáceres está ahora de licencia por 60 días, tras un pedido que él mismo hizo a la Cámara de Diputados. En esa misma sesión virtual, celebrada el lunes 30 de noviembre, también se aprobó el desafuero que solicitó para ponerse a disposición de la Justicia.
Tras el dictamen del juez Rodríguez, Martinazzo subrayó que “las pericias que me hicieron fueron correctas y, por la decisión del juez, me respaldaron”. La dirigente dijo que esto “es una pequeña victoria, una alegría”, aunque sostuvo que “es recién el inicio de todo”. También contó cómo recibió la noticia del procesamiento: “Lloré abrazada con mi hija. Teníamos muchas dudas por el poder que este hombre tenía, pero cuando vas con la verdad, no hay manera”.
Por su parte, Cáceres se expresó en las redes sociales. A través de un escrito en Facebook, remarcó que pidió que le quitaran los fueros (esto no es posible, los fueros no son individuales de cada legislador) y licencia como diputado, cuestionó al juez porque “no hizo lugar a pruebas ofrecidas por mi defensa” y lamentó que el magistrado “no haya tenido el valor de ir a fondo con la verdad”.
Tras enumerar una serie de pruebas presentadas por la defensa, dijo que confía “en que la verdad se descubrirá” en las siguientes etapas de la investigación.
A continuación, el descargo completo del diputado
Desde el primer momento me puse a disposición de la justicia, pedí que me quitaran los fueros y licencia como diputado. El juez no hizo lugar a pruebas ofrecidas por mi defensa, tales como registro de cámaras incorporadas en la investigación en las que se evidencia que dos horas después del supuesto hecho de violencia y en donde la denunciante dijo sufrir un calvario y temer por su vida, es llevada por mi hasta su domicilio para dejar unas llaves a su hija e ingresar nuevamente a mi vehículo, para regresar a mi casa y permanecer alrededor de 12 horas más, hasta que la llevara nuevamente a su casa, fuera de toda lógica dentro del sentido común. En ese registro no se demuestra ningún tipo de violencia ni en su actitud ni en ninguna parte de su cuerpo.
El juez tampoco valoró la prueba de que el mismo día en horas de la tarde, la denunciante me llamó para que le llevara unas gotas que se había olvidado en mi cocina, y en el registro de las cámaras se la ve con short y remera manga corta sin presencia de lesiones al momento de ingresar a mi vehículo.
Más aún, el juez no hizo lugar al pedido de cámaras de seguridad de la clínica de una médica que me hizo saber que habiendo escuchado en los medios que la denunciante el día anterior a la denuncia no pudo salir de su casa por dolores ni tener voz, estuvo realizándose mesoterapia en piernas y caderas, como botox en cara y labios que generan hematomas, y que poseía fotos de la denunciante sin ningún tipo de lesiones en su cuerpo antes de intervenirla.
Luego esa médica desconoció el diálogo conmigo en sede judicial, pero sus dichos quedaron acreditados en mensajes de textos certificados ante escribanía pública e incorporados en la causa.
El mismo informe del médico legista que identificó lesiones en la denunciante ubica las mismas en un día diferente al supuesto hecho de violencia.
El juez tampoco valoró las 22 llamadas realizadas de la denunciante hacia mi y no respondidas el día anterior a la denuncia, y mensajes como “Llamame YA”, “Que pena que no me atendes”, “Te voy a denunciar por violencia de género”, “Te llamo y no respondes”, “De esta no salís”, “De esta no salís nene”, “Me encargué de hacer varias cosas esta mañana”, “Te mando fotos”.
No quiero ser tan extenso en demás detalles, pero lamento que el juez no haya tenido el valor de ir a fondo con la verdad.
Confío en que la verdad se descubrirá, ya que esta resolución es la primera etapa de la investigación, la cual se apelará en todas las instancias superiores.
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