Patricia Bullrich piensa en la posibilidad de realizar elecciones internas en Juntos por el Cambio para “dar la pelea por las ideas” más que en una candidatura personal y dio un mensaje al sector moderado de la coalición opositora: “La Argentina en algún momento tiene que desempatar para que no sean dos mitades que se anulan y diálogo hay que tener, pero tiene que ser sobre la base de las ideas para que no queden tan deformadas que termine en un diálogo para que todo siga igual”.
“Vamos a dar la pelea para determinar qué tipo de ideas son las que dominan esta coalición y esto puede significar que haya que dar internas para definir eso. No me parece bueno tener una interna por las candidaturas y sí tenerla por las ideas”, precisó la presidenta del PRO en el entrepiso del Teatro El Nacional, en la avenida Corrientes al 900, adonde habló con los periodistas luego de presentar su libro “Guerra sin cuartel. Terminar con la inseguridad en la Argentina”, editado por Sudamericana, en el que hace un balance de sus cuatro años de gestión como ministra de Seguridad del gobierno de Mauricio Macri y cuenta entretelones de la lucha contra el narcotráfico, los barrabravas y el Caso Maldonado, entre otros temas.
Su advertencia de que pretende “dar pelea por las ideas” surgió ante una pregunta de Infobae sobre si ya está pensando en una candidatura para 2021 o 2023: es que el acto para presentar su libro se convirtió en un hecho político, con muchos de los más importantes dirigentes de Juntos por el Cambio entre los 290 invitados que debieron respetar un estricto protocolo. ¿Alguien podría suponer que semejante puesta en escena era sólo para hablar del pasado y no, en realidad, para comenzar a sentar las bases de un proyecto más ambicioso y a más largo plazo?
La presentación estaba anunciada para las 10.30 y recién a las 11.40 apareció Bullrich, caminando por un pasillo del teatro como si fuera una estrella de la farándula, entre aplausos y vítores de los presentes, entre quienes estaban el vicejefe de Gobierno porteño, Diego Santilli; la vicepresidenta 1° de la UCR, Alejandra Lorden; el titular de la Coalición Cívica, Maximiliano Ferraro; legisladores como Cristian Ritondo, Paula Oliveto, Fernando Iglesias y Jorge Enríquez; ex funcionarios macristas como Andrés Ibarra, Germán Garavano, Paula Bertol, Hernán Lombardi, Alejandro Finocchiaro y Fulvio Pompeo, además del fiscal Carlos Stornelli, el abogado Alejandro Fargosi, el ex embajador Diego Guelar y hasta el bailarín Maximiliano Guerra, quien colaboró en la organización del acto y había acompañado a la titular del PRO en uno de los últimos banderazos.
Mauricio Macri (de viaje en el Sur) y Alfredo Cornejo (presidente de la UCR, que estaba en Mendoza) se hicieron presentes a través de mensajes muy aplaudidos, que fueron leídos por el periodista Luis Otero, ex candidato a intendente de Avellaneda por la UCR, que condujo el acto con mucho oficio. Desde el escenario, detrás de una larga mesa se acomodaron Bullrich y los invitados, la periodista Viviana Canosa, el sociólogo Marcos Novaro y el filósofo Julio Montero.
El comienzo del acto fue mediante un video en el que Bullrich aparecía en operativos antidroga y en otros momentos de su última gestión oficial. Montero, el primer orador, dijo que la ex ministra de Seguridad podía ser vista como “la Angela Merkel argentina”. Novaro habló de “la función educativa” del libro que estaban presentando y elogió que se tratara de “una rendición de cuentas”. Canosa prefirió leer un texto propio en el que se refirió con dramatismo a los problemas de inseguridad que se viven actualmente y al finalizar pidió un aplauso para la presidenta del PRO.
Otero, quien también recomendó la lectura del libro, le dio pie finalmente a Bullrich para hablar de lo que había escrito en su flamante obra de 234 páginas y, sobre todo, de lo que había vivido como ministra. “Desarticular las bandas es cuidar la democracia”, definió la dirigente opositora al hacer un primer repaso de sus años de gestión, en donde confesó que las únicas herramientas que había heredado en el ministerio para trabajar en seguridad eran “un mapa de la Argentina” y que se fue con una estructura que permitió cumplir eficazmente con el operativo del G20 en Buenos Aires.
En su relato lleno de anécdotas, la titular del PRO admitió que Macri la retó duramente porque no le había avisado a tiempo que sólo habían detenido a dos de los tres prófugos que estaban condenados por el triple crimen de General Rodríguez, y que llevó a que el ex presidente publicara un tuit erróneo.
Admitió que el Caso Maldonado fue uno de los más difíciles de su paso por el Ministerio de Seguridad, hasta tal punto que contó que su hijo la llamó para saber cómo se sentía cada uno de los 81 días durante los cuales se prolongó la incertidumbre sobre el joven artesano que apareció muerto en Chubut en 2017. “Enseguida nos dimos cuenta de que venía una verdad preconstruida”, dijo Bullrich acerca de la utilización política que se le dio al episodio entre sectores opositores al macrismo.
La ex ministra de Seguridad se manifestó conforme con el resultado de su gestión porque, según destacó, “los derechos humanos en la Argentina eran de algunos ciudadanos, pero los uniformados, en cambio, no tenían derechos; pudimos cambiar un paradigma muy fuerte”.
El final de las palabras de la presidenta del PRO fue en medio de un estallido de aplausos, que se sintieron más fuerte desde las butacas del primer piso, donde se ubicaron muchos jóvenes del PRO. Por cuestiones de protocolo, la autora del libro no pudo firmar los ejemplares que se podían adquirir en el hall del teatro y que “se vendieron muy bien”, según le contaron a Bullrich, tan consustanciada con su papel de escritora que, curiosamente, en ningún momento del acto criticó en forma directa al Gobierno.
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