Hace cinco años, en Lanús, reducto histórico del peronismo donde el PRO hizo pie con Néstor Grindetti, María Eugenia Vidal inicio su camino para ser gobernadora de la provincia de Buenos Aires. La ciudad tiene un valor simbólico para los dirigentes de la fuerza política fundada por Mauricio Macri. Por eso no es casualidad el escenario de la primera foto de Horacio Rodríguez Larreta en el territorio bonaerense. Fue una señal de liderazgo respaldada por los principales dirigentes opositores de la provincia.
El jefe de Gobierno porteño encabezó un acto que tuvo una clara impronta electoral. Rodríguez Larreta hizo su primera bajada al conurbano bonaerense para mostrarse como el líder en potencia que tiene Juntos por el Cambio y, al mismo tiempo, imponer su proyecto 2023: ser el candidato a presidente de la coalición.
En lo formal, la reunión sirvió para hacer un cierre del año enfocado en lo que sucedió en la provincia durante el año y analizar el camino que siguió la oposición a lo largo de la pandemia. Además, para comenzar a delinear lentamente el armado electoral 2021, año en el que Juntos por el Cambio apuesta a un triunfo en las elecciones legislativas.
En el encuentro, que se llevó a cabo en la Sociedad Italiana de Remedios de Escalada, estuvieron los integrantes de la mesa provincial del PRO y parte del equipo porteño que se mueve muy cerca de Rodríguez Larreta. Dirigentes que trabajan en las sombras para que el jefe de Gobierno se alce con el liderazgo de la oposición, primera parada rumbo a la presidencia. La idea es que empiecen a trabajar en conjunto ambos equipos, pensando en el armado nacional.
Hasta Lanús, donde el anfitrión fue el jefe comunal local Néstor Grindetti, llegaron la ex gobernadora María Eugenia Vidal; los intendentes Jorge Macri (Vicente López), Guillermo Montenegro (Mar del Plata), Julio Garro (La Plata), Diego Valenzuela (Tres de Febrero), Ezequierl Galli (Olavarría) y Javier Martínez (Pergamino). Además, estuvieron el senador Esteban Bullrich, el diputado Cristian Ritondo, el ex jefe de gabinete provincial, Federico Salvai, el senador provincial, Roberto Costa, y los funcionarios porteños Eduardo Macchiavelli y Federico Di Benedetto.
Rodríguez Larreta fue el principal orador y dejó en claro la línea política que pretende para el espacio y que comparte con el ala negociadora de Juntos por el Cambio. Resaltó la unidad de la coalición luego del primer año en el rol de oposición y destacó que desde 1983 no ocurre que un espacio político se mantenga unido luego de tener que abandonar la Casa Rosada.
El objetivo es solidificar la estructura del PRO para poder seguir el mismo camino con la coalición que integran junto a la Unión Cívica Radical (UCR) y la Coalición Cívica. Para eso el pedido fue dirigido a los intendentes bonaerenses. Hay que abrir el espacio, ampliar la base de sustentación y buscar a dirigentes del peronismo que quieran acoplarse. Darle volumen a la cuarta pata peronista. Abrir, esa es la cuestión.
Ese pedido fue el mismo que Vidal les repitió a los intendentes en los últimos meses. La sintonía fina entre la ex gobernadora y el jefe de Gobierno porteño es total. Una frase de Rodríguez Larreta en la reunión lo deja claro: “María Eugenia y yo no somos una sociedad, porque las sociedades pueden romperse. Somos más que eso”.
El mensaje fue contundente y no hubo margen para otras interpretaciones. Vidal y Rodríguez Larreta son lo mismo. Actúan en conjunto y tienen definida la ruta por donde quieren transitar. Son los promotores de nuevos liderazgos en el esquema opositor y las dos figuras con mejor imagen. La cuenta es sencilla. Son los líderes posibles de un espacio donde el radicalismo y la Coalición Cívica siguen corriendo de atrás.
El jefe de Gobierno se refirió a dos temas puntuales más. Uno de ellos determinante para el futuro de la oposición: el rol de Mauricio Macri. La relación entre ambos está mejor que hace un puñado de meses. En una reunión que se realizó el viernes sellaron una tregua y el ex presidente lo colocó en un lugar preponderante. De líder. No hicieron falta más señas ni palabras. Bastó el lugar que le otorgó en la conversación.
Rodríguez Larreta fue concreto y aseguró que el ex jefe de Estado debe estar dentro de la coalición. No se lo puede dejar en el camino, como pidió Emilio Monzó, pero tampoco están dispuestos a ser conducidos por él nuevamente. Macri parece tenerlo claro. Es el líder del PRO, pero la discusión que se aproxima es por el liderazgo de Juntos por el Cambio, y en esa batalla no tiene posibilidades.
Puertas adentro de la coalición se reconoce el lugar que ocupa el ex presidente y las acciones que tiene en su poder. Los votos del pasado y la conducción del PRO le sirven para tener una representación clave dentro de la mesa nacional de Juntos por el Cambio. En el ala dialoguista lo aceptan, pero pretenden que no sea candidato el año que viene y que acompañe la renovación de la conducción manteniendo al pie del cañón los votos del ala dura.
Macri tiene que estar. Ese fue el mensaje de Rodríguez Larreta en su primera reunión política, con tintes electorales, que tuvo en la provincia de Buenos Aires. En los años del peronismo afuera del poder muchos de sus dirigentes repetían una frase para referirse a las posibilidades de un triunfo electoral: “Con Cristina sola no alcanza y sin Cristina no se puede”. La frase se volvió a utilizar en el 2020.
En Juntos por el Cambio cambiaron el protagonista de esa frase. El armado es con Macri adentro. Un dirigente de peso en la construcción bonaerense lo definió en un puñado de palabras: “Necesitamos al macrismo sin Macri”. Lo que necesitan son los votos que solo puede conseguir el ala dura. Y para eso necesitan a los dirigentes alistados en el equipo del ex mandatario. Es un razonamiento electoral similar al que hicieron los ideólogos del Frente de Todos.
El otro tema al que se refirió fue la caída en las encuestas de imagen de Alberto Fernández y Axel Kicillof. En el Gobierno de la Ciudad notan que el desgaste de la gestión de la pandemia les pegó de lleno a los dos dirigentes peronistas y que, en cambio, lo puso en primera línea a Rodríguez Larreta.
Por último, mostró cuál es la línea discursiva que para él debe seguir el PRO y la coalición opositora. Considera que el Gobierno está endureciendo su discurso y acercándose cada vez más a la línea del kirchnerismo. Entonces, el camino que hay que seguir es el contrario. Apostar a la moderación y el diálogo. Servirá para construir una nueva identidad, conseguir los votos de los desencantados y abrazar a los dirigentes que quieran correrse del oficialismo.
En la cumbre de este martes reinó el pragmatismo. Todos saben que tienen que encontrar la igualdad dentro de las diferencias. Es la única forma de consolidar el armado opositor, discutir los liderazgos en el camino hacia el 2023 y montar candidaturas competitivas para las elecciones legislativas del próximo año.
Hubo una ausencia significativa. No estuvo Diego Santilli, que tiene intenciones de competir en la provincia dentro de tres años. Levantar excesivamente el perfil lo desgastará innecesariamente. Lo sabe y actúa en consecuencia. El objetivo no es el 2021, sino el 2023. Y el vicejefe de Gobierno porteño no pierde de vista la estrategia política. Tampoco lo hace su compañero de fórmula, Horacio Rodríguez Larreta.
Seguí leyendo