El debate por la interrupción legal del embarazo arrancó con algunos roces en el Senado, esperables, entre ‘celestes’ y ‘verdes’. Pero también con un duro cruce a la ley por parte del propio jefe del bloque oficialista, José Mayans con los ministros del gabinete. “Yo escuché a los ministros y a la secretaria Legal y Técnica. Obviamente no compartimos ninguno de los argumentos que han dado, para mí han sido argumentos no válidos”, enfatizó y avisó “que quede bien claro: no es que nosotros venimos a aceptar, los escuchamos, vamos a escuchar a los expositores y después vamos a sacar las conclusiones”.
Apenas iniciado el plenario el radical jujeño Mario Fiad buscó mostrar las contradicciones del Gobierno que impulsó la ley con el argumento de que se trata de una cuestión de salud pública pero no fue esa comisión, la que él preside, la que quedó como cabecera. El catamerqueño peronista Dalmacio Mera cuestionó que se deje de lado a los hombres y que dirija el debate la Banca de la Mujer, que preside la pampeana Norma Durango. Salvaron el cruce María de los Angeles Sacnun, presidenta de Asuntos Constitucionales, que desde el Frente de Todos admitió que la comisión denominada Banca de la Mujer, integrada por todas las mujeres senadoras, tal vez debería cambiar el nombre y su integración en atención a la diversidad de géneros. Y Oscar Parrilli, presidente de Justicia, subrayó conciliador que todos los senadores podrán debatir y definirán el resultado de la votación más allá de qué comisión coordine el tratamiento esta semana. Los dos consideraron acertado el giro a las comisiones Banca de la Mujer, Justicia y Salud decididos por la titular de la cámara alta, Cristina Fernández de Kirchner.
“El hecho de que la cabecera sea la Banca de la Mujer lo que hace es desresponsabilizar al varón de una situación tan delicada como la que estamos tratando y que tiene tantos años de lucha para que el varón se haga cargo como co-responsable de esta situación, más allá del voto final que tenga esto, salga como salga”, indicó Dalmacio Mera que además envió una nota con su punto de vista a Cristina Kirchner.
Con la presencia desde Casa Rosada del ministro de Salud, Ginés González García; de la ministra de las Mujeres, Géneros y Diversidades, Elizabeth Gómez Alcorta, y la secretaria de Legal y Técnica, Vilma Ibarra, arrancó el tratamiento de la IVE en la Cámara alta. No fue casual la discusión por el plenario de comisiones que participan: la Vicepresidenta se aseguró de que quedara a cargo una mujer y ‘verde’. Su indicación es defender el proyecto enviado por el Poder Ejecutivo.
En el intercambio de argumentos se habló sobre el inicio de la vida. González García quiso evitar decir cuándo se es persona pero ante la inquisitoria de la tucumana radical Silvia Elías de Pérez, respondió: “Hay religiones que castigan la masturbación porque dicen que ahí hay vida”. El funcionario insistió en que se intenta bajar el número de embarazos no deseados, la mortalidad materna, el embarazo adolescente y la inequidad entre quien puede y quien no puede pagar las pastillas que interrumpen la gestación. “No está hecho en contra de nadie, sino a favor de un grupo social que está sufriendo en Argentina”, agregó.
Elías de Pérez, que en 2018 lideró marchas en contra del aborto en su provincia, había reclamado: “Hablan de salud pública, hablan de mirada de humanidad y de justicia social pero se han referido solo a la mujer. Los tres funcionarios se han olvidado de la otra persona, del otro ser humano que está en el vientre materno”. Y le preguntó al ministro de Salud “si sigue pensando que el otro ser humano que está en el vientre materno es un fenómeno y no un ser humano como ha dicho”.
Por su parte Ibarra fundamentó la posición del Gobierno tanto para la IVE como para la ley de los Mil Días que también se trata en paralelo en el Senado. “El de Mil Días es un proyecto muy robusto que valora los proyectos de maternidad, que es un momento muy hermoso para una familia, y por el cual el Estado estará allí acompañando esas maternidades, y el cual recibió una aprobación en diputados en forma unánime”, consideró sin mencionar las abstenciones que tuvo esa ley el viernes pasado.
“Este proyecto -continuó- quiere evitar muertes evitables” y “reforzar la educación sexual y la prevención de abusos en niñas y adolescentes”. También agregó que “las mujeres acuden a los abortos clandestinos en la Argentina y esto sucede todos los días porque hay muchísimos casos de mujeres que tienen embarazos no queridos”.
Uno de los temas álgidos fue respecto a por qué el proyecto establece la posibilidad de la práctica del aborto hasta la semana 14 de gestación. “El 90% del procedimiento se hace antes de terminado el tercer mes, pero queda un 10% que son las de las más vulnerables y esta es una ventana (dos semanas más) para cubrir a ese grupo tan vulnerable”, contestó Ginés González García.
Gómez Alcorta explicó las dos causales que habilitan la interrupción del embarazo después de la semana 14: una violación o cuando corre peligro la vida de la gestante. Salvo en esas excepciones “la penalización continúa para el que lo causa (el embarazo) y la gestante”. Y recordó que se sancionará “a quien en forma injusta retrase, obstaculice o impida el acceso a un derecho”. “Tenemos una responsabilidad histórica y es que en nuestro país nunca más muera una mujer por la práctica de un aborto clandestino”, instó a votar la ley a los senadores la ministra de Mujeres, Géneros y Diversidad.
El primer plenario, que se repetirá mañana, pasado y el jueves, volvió a mostrar el corte transversal en las opiniones. Entre las voces más fuertes en contra del proyecto del Poder Ejecutivo estuvieron la de Esteban Bullrich, del PRO, y la del presidente del bloque del Frente de Todos. Desde Formosa José Mayans se mostró inflexible: “No estamos conformes con la presentación de la ley, no estamos conformes con las explicaciones y argumentos que dieron los ministros”. Esta vez no defendió un tratamiento rápido, como suele hacer con iniciativas del oficialismo, sino todo lo contrario. “Esto es un tratamiento exprés. El pueblo argentino tiene derecho a saber de qué se trata”, reprochó el senador frente al plan oficial de dictaminar el próximo jueves y votar la ley en el recinto el martes 29. Un dato: todos los diputados de Formosa votaron en contra, sin diferencias partidarias, algo que no se repetirá en el Senado donde el radical Luis Naidenoff, jefe del interbloque de Juntos por el Cambio, anticipó su postura a favor. La tucumana Beatriz Mirkin (Frente de Todos) le respondió a su jefe de bloque: “Me resulta inconcebible que plantee que es una discusión exprés. Es una expresión que utiliza normalmente la oposición contra nosotros cuando ven dificultada la votación porque saben que tenemos mayoría en el bloque”, le recordó sobre los diversos episodios que se sucedieron este año en el Senado.
También el fueguino Pablo Blanco, radical, reclamó más expositores y alegó que en el debate anterior, en 2018, él no era senador, un argumento que también en Diputados utilizaron quienes se oponen a la IVE pero que no alcanzó para extender el tratamiento. “Vamos a consensuar todo y van a ser escuchadas todas las voces”, buscó tranquilizarlo la pampeana Durango.
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