El Gobierno nacional comenzó a trabajar nuevamente en un proyecto que quedó trunco por la llegada de la pandemia y al que Alberto Fernández le quiere imprimir un alto contenido simbólico: las capitales alternas. La ley fue promulgada el 4 de diciembre establece que 24 ciudades argentinas sean elegidas para realizar reuniones del Gabinete nacional. Encuentros políticos y de gestión donde participarían los gobernadores o los ministros dispuestos por ellos.
Para Fernández llevar adelante la rotación de las reuniones de Gabinete implica mostrar ante la sociedad su idea de descentralizar el poder político y estatal, y girar por toda la Argentina exponiendo una mirada federal sobre el trabajo del gobierno y el proyecto de país al que apunta. Según advierten en la Casa Rosada, van a buscar potenciar lo que consideran que es el “ADN del gobierno” que es “el trabajo y la producción federal”.
Las capitales alternas son La Matanza y General Pueyrredón (Mar del Plata) en la provincia de Buenos Aires; Tinogasta (Catamarca), Presidencia Roque Saénz Peña (Chaco); Comodoro Rivadavia (Chubut); Río Cuarto (Córdoba); Goya (Corrientes); Concordia (Entre Ríos); Formosa (Formosa); San Pedro de Jujuy (Jujuy); General Pico (La Pampa); Chilecito (La Rioja); Guaymallén (Mendoza), Oberá (Misiones), Cutral-Có (Neuquén), San Carlos de Bariloche (Río Negro), San Ramón de la Nueva Orán (Salta); Caucete (San Juan); San Luis (San Luis); Caleta Olivia (Santa Cruz); Rosario (Santa Fe); La Banda (Santiago del Estero); Río Grande (Tierra del Fuego); Monteros (Tucumán).
La decisión de que el Gabinete esté cada mes en una provincia distinta es también una señal más de acercamiento entre Fernández y los gobernadores, claves en el armado político del Presidente dentro de la amplia, conflictiva y heterogénea coalición en la que debe convivir con su compañera de fórmula, Cristina Kirchner. Bajo el lema de “fortalecer el federalismo”, Alberto Fernández le propuso a los gobernadores la idea de capitales móviles y rotativas allá por el mes de septiembre de 2019, antes de asumir la presidencia.
La intención del Gobierno es comenzar antes de que culmine el año. La fecha estimada es el 20 de diciembre y el primer lugar para hacerlo es Río Grande, Tierra del Fuego. No hay un motivo particular por la elección del destino. Primero giraba sobre la mesa la opción de que sea Córdoba, pero en los últimos días se redireccionó la decisión.
No existen suspicacias políticas con respecto a la confirmación de la sede y la elección de Río Grande en detrimento de una ciudad de Córdoba. Tal es así que Alberto Fernández está construyendo una relación sólida con el gobernador cordobés Juan Schiaretti y no hay indicios que expongan un cambio de destino por una batalla política subterránea.
Del primer encuentro va a participar el Presidente y sus dos principales ministros: Santiago Cafiero (Jefe de Gabinete) y Eduardo “Wado” De Pedro (Ministro del Interior). Ambos serían los únicos presentes que se repetirían a lo largo del tiempo en las reuniones que se realizarán una vez por mes. A ellos se van a acoplar otros ministros que manejen áreas vinculadas al tema que se trate en la mesa del Gabinete y que tenga vínculo con las principales actividades productivas y económicas de la región.
Los viajes serán por el día y en Casa Rosada no descartan que el Presidente elija sumarse a otras reuniones de Gabinete durante el año. Fernández ya dio señales claras de su interés por ser y parecer en lo que respecta a la descentralización de los organismos del Estado. En octubre confirmó el traslado de la Secretaría de Energía, que conduce Darío Martínez, a la provincia de Neuquén.
En el momento del anuncio, además de resaltar el concepto de la descentralización, aseguró que uno de los objetivos de su gestión es que se termine “la peregrinación semanal de los gobernadores”, un movimiento sistemático que los mandatarios provinciales repiten cada mes. El poder está en Buenos Aires y los fondos que necesitan para hacer política o elevar el nivel de gestión se negocian en los despachos de la Casa Rosada.
En el último encuentro del gabinete federal, el ministro de Obras Públicas, Gabriel Katopodis resaltó el objetivo del proyecto de las “capitales alternas”. “Cada una de las áreas vamos a coordinar los recursos con un objetivo claro que es el sentido federal”, explicó. Además, definió que el eje de trabajo del Gabinete estará puesto en “la redistribución y el mayor equilibrio de zonas prósperas y rezagadas de Argentina, y en la necesidad de que estas capitales alternas, recuperen centralidad en cada una de las provincias”.
La idea está, el proyecto volvió a ponerse en marcha y la necesidad discursiva de proponer un país más federal sigue intacta. Falta conjugar los objetivos y activar el plan de acción.
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