Cómo se decidió la participación de CFK junto a Alberto Fernández en el acto por los Derechos Humanos en la ex Esma

El Presidente continúa apostando a la convivencia política con su Vice, pese a las diferencias que mantienen respecto al funcionamiento del Gabinete, la política exterior y la reforma a la Procuración

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Alberto Fernández ya sabía que estaría solo para recordar su primer año como jefe de Estado. Cristina Kirchner había posteado una carta-balance sin nombrarlo, y confirmó a través de su protocolo que no estaría junto al Presidente en ninguna de las actividades oficiales programadas para el 10 de diciembre de 2020.

Era un incordio político y la prueba fehaciente de la distancia que separa a Alberto Fernández de CFK. No es habitual que la fórmula electoral que gana los comicios presidenciales no festeje con sus militantes un año después. Y menos aún en la liturgia del bombo y la marchita que el peronismo preserva desde mediados del siglo XX.

Cerca del mediodía, Alberto Fernández asume que tiene que dar el primer paso. Está convencido de la necesidad de aplacar la tensión en la coalición oficialista. Buscó el número del celular privadísimo de CFK, y la invitó al acto de la ex Esma.

-Me acuerdo cuando abrimos la ESMA con Néstor y vos-, le comentó el presidente a CFK.

--, contestó la vicepresidente.

-¿Querés venir?

-De acuerdo. Voy.

Alberto Fernández y Cristina Fernández en la exEsma antes del acto oficial
Alberto Fernández y Cristina Fernández en la exEsma antes del acto oficial

El gesto diplomático del Presidente apenas fue correspondido por Cristina. Durante el encuentro previo -ver foto arriba- la distancia aparece evidente, y en la ceremonia oficial Alberto Fernández dio un pie político que CFK esquivó sin disimulo.

“Hoy es un día especial, cumplimos un año, Cristina”, recordó el jefe de Estado cuando inició su discurso.

Todos aplaudieron, menos la Vicepresidente, que puso cara de circunstancia.

Antes del acto en la ex ESMA, el ministro de Cultura, Tristán Bauer, llamó por teléfono al Presidente. “Litto (Nebbia) está probando sonido en el CCK. ¿Venís?”. Alberto Fernández es amigo del legendario músico argentino, y no dudó un instante.

-Está tocando Litto, vamos-, le adelantó Alberto Fernández a su vocero Juan Pablo Biondi.

Biondi puso su camioneta en la explanada de Balcarce 50, pidió un custodio de la Policía Federal y llevó al jefe de Estado al CCK. Fue un momento de distensión: Nebbia tocó en guitarra “Un ratón en Vacaciones” (1972), y después hizo maravillas con un piano Steinway and sons que estaba en la Ballena del Centro Cultural Kirchner.

Alberto Fernández escucha a Litto Nebbia en la Ballena del CCK

La visita al CCK y su encuentro casual con Litto Nebbia no fue la única actividad al margen del protocolo que protagonizó Alberto Fernández en su primer año de mandato. Cuando terminó el acto junto a CFK, el presidente caminaba por un pasillo de la ex Esma yendo al helicóptero oficial. Dos maestras le cruzaron el paso y lo invitaron a una ceremonia de colación de grado que se estaba realizando en la Escuela Técnica Raggio.

-¿Ahora-. preguntó el Presidente.

-Sí. ¿Viene?-, rogó una de las docentes.

-Ok. Vamos.

Alberto Fernández entregando diplomas en la Escuela Técnica Raggio
Alberto Fernández entregando diplomas en la Escuela Técnica Raggio

Durante la colación de grado, el Presidente agradeció la invitación, hizo una defensa de la escuela pública y ratificó su posición sobre la cuarentena contra el COVID-19. Estuvo media hora, se subió al helicóptero y viajó hasta Olivos.

En la quinta presidencial ya aguardaba Santiago Cafiero, jefe de Gabinete. Durante la tarde, Cafiero había estado reunido con los senadores kirchneristas Anabel Fernández Sagasti y Oscar Parrilli para ajustar la hoja de ruta del tratamiento del aborto en la Cámara Alta.

El jefe de Gabinete se mostró satisfecho: CFK estaba dispuesta a acelerar el tratamiento de una iniciativa que forma parte del legado que Alberto Fernández quiere dejar en su mandato presidencial. Por lo menos, eso es lo que dieron a entender Fernández Sagasti y Parrilli.

Milanesa de carne y puré de papas. El presidente invitó a cenar a Cafiero y a Biondi, dos funcionarios que ya son su sombra en la Casa Rosada. Cafiero casi no comió porque estaba viendo a River Plate y sus dificultades para patear penales, mientras que Alberto Fernández y Biondi no dejaban de acicatear al jefe de Gabinete.

Hubo tiempo para hacer un balance del año de gestión y los próximos desafíos políticos. No creen que haga falta que CFK desempate en el Senado cuando se vote la sanción definitiva de la ley del aborto, y asumen que habrá un nuevo canciller en la Argentina. Cafiero y Biondi se fueron de Olivos cuando ya había empezado el segundo año de mandato presidencial.

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