El presidente Alberto Fernández sigue con atención lo que sucede en la Cámara de Diputados, donde se está debatiendo la ley para legalizar el aborto, proyecto que se votaría cerca de las 6 de la mañana y tendría un resultado favorable para la posición que apoya el Gobierno: la legalización del aborto.
Fernández tuvo una agenda ultra cargada en al jornada del jueves. Inauguró la Casa de los Premios Nobel Latinoamericanos en San Telmo, recibió el informe final del Consejo Consultivo conformado para sugerir cambios en la justicia y participó de un acto en la ex ESMA para entregar los premios Azucena Villaflor. La última parada tuvo un plus: volvió a compartir un acto oficial con Cristina Kirchner después de tres meses.
Después de la foto con su vicepresidenta siguió con una entrevista televisiva en la Quinta de Olivos. Hasta allí llegó la actividad. En el Congreso había circulado el rumor que se acercaría para dar una muestra contundente de respaldo a la ley, pero finalmente no ocurrió. Se sabe que Fernández está a favor de que el aborto sea legal y seguro.
Durante todo el día el Presidente tuvo dos canales de comunicación abierto con la Cámara baja. Uno con el presidente de la Cámara, Sergio Massa, y otro con la secretaria Legal y Técnica, Vilma Ibarra, una de los funcionarios más comprometidos con el proyecto. Ambos lo mantienen informado a través de mensajes de Whatsapp.
Con el pasar de las horas y el debate, Fernández fue recibiendo información sobre la inclinación de la balanza a favor de los verdes. La información que tiene el jefe de Estado y que tienen todos en el Gobierno es que no habrá problemas para que la ley reciba media sanción en la mañana del viernes.
Hasta que se concrete la aprobación en el Congreso estarán presentes Vilma Ibarra y la Ministra de las Mujeres, Géneros y Diversidad, Elizabeth Gómez Alcorta. Ambas siguieron al detalle el poroteo de votos y los discursos de los principales dirigentes de ambos bandos.
En el Gobierno asumen que no tendrán problemas para que la ley se vote. El número que tienen en el final del día es 131 a favor y 119 en contra. Los votos están. El principal escollo para lograr la aprobación no está en Diputados, sino en el Senado, donde podría llegar antes de que culmine el año.
El Poder Ejecutivo respaldó la ley desde el primer momento y se movió públicamente para que ese apoyo se note. Sobraron mensajes en las redes y expresiones en los medios resaltando la necesidad de que la ley sea aprobada. Desde el ministerio de Salud que conduce Ginés González García, el apoyo fue absoluto. Los que no apoyaron la movida optaron por el silencio.
Cuando se abrió el debate, los presidentes de las comisiones de Legislación General, Cecilia Moreau; de Salud, Pablo Yedlin; de Legislación Penal, Carolina Gaillard y de Mujeres y Diversidad, Mónica Macha, destacaron la importancia de que el Congreso apruebe el proyecto de interrupción voluntaria del embarazo y coincidieron que se trata de “una deuda histórica”.
Al defender el dictamen de minoría en rechazo del proyecto de legalización del aborto, la diputada del PRO, Carmen Polledo, sostuvo que la iniciativa busca la “eliminación de un ser que se está gestando en el vientre materno y allí hay vida”. Por su parte, la diputada de la Coalición Cívica Marcela Campagnoli dijo que el presidente Alberto Fernández, “envió un proyecto que nos divide” y se preguntó: “Con qué cara vamos a decir que es una prioridad este tema con 44 por ciento de pobres”.
Al igual que en el 2018, el debate por la legalización divide a las coaliciones en su interior. En esta oportunidad, en el debate en Diputados, no existe la máxima tensión que hubo dos años atrás. El momento más conflictivo será en el Senado, donde los votos están muy justos para ambos bandos.
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