La ofensiva del Gobierno contra Horacio Rodríguez Larreta no alcanzó para abroquelar a todo Juntos por el Cambio detrás de la postura del gobierno porteño. Las declaraciones de Patricia Bullrich en las que criticó la estrategia elegida por la Ciudad de Buenos Aires en el conflicto por la quita de fondos causó malestar en el ala dialoguista de la coalición opositora y también entre quienes comparten las posturas más duras.
“Todos lo apoyamos a Larreta, es uno de los dirigentes más importantes de Juntos por el Cambio. Pero la discusión que tenemos que dar en la Argentina es salir de la idea de que si te aprietan, me quedo quieto”, dijo la presidenta del PRO en una entrevista televisiva. Allí también sostuvo: “Todos en Juntos por el Cambio tenemos que salir a denunciar estas extorsiones, generar mecanismos de movilización, de rebelión. Pero no aceptar ser una coalición política que se entrega a las formas de extorsión”.
“Además de ir a la Corte Suprema, yo haría toda medida de cobro de los servicios que la Ciudad le presta a la Nación, les cobro todo. Toda la gente que se atiende en la Ciudad, la que va a colegios en la Ciudad”, aseguró Bullrich al diferenciarse de la postura de Rodríguez Larreta.
Los feriados de esta semana impedirán que se concrete el Zoom de la Mesa Nacional de JxC, pero el clima tenso en la coalición opositora se manifestará en dos debates previstos por el PRO para las próximas horas. Por un lado, debe definirse el tironeo interno para determinar quién será el vicepresidente primero de la Cámara de Diputados: el puesto lo ocupa hoy el porteño Alvaro González, aliado de Rodríguez Larreta, pero un acuerdo partidario había establecido que iba a quedar desde el 10 de diciembre en manos del mendocino Omar De Marchi, cercano a Mauricio Macri.
Lo que se había convenido hace un año es el PRO iba a ocupar el cargo durante un año, a través de la designación de González, y luego sería reemplazado por De Marchi, en su condición de diputado enrolado en el sector Emilio Monzó. Sin embargo, el legislador mendocino se apartó luego del ex presidente de la Cámara baja y se convirtió en uno de los dirigentes del interior de mayor relación con Macri.
Allí empezaron los problemas: dicen que Rodríguez Larreta expresó su deseo de que González continuara en la vicepresidencia primera de Diputados porque había tenido un buen desempeño y había logrado una fluida relación con el titular de la Cámara, Sergio Massa, amigo del jefe de gobierno.
Macri no lo aceptó. Es partidario de que se designe en ese puesto a alguien “con más amplitud y menos pasividad frente a Massa” y que, como De Marchi, represente “más federalismo”. En el fondo, también quiere tener alguien que siente como propio en un lugar estratégico de decisión del Congreso.
El tema se debatirá este martes, a las 18, en una reunión del Interbloque de diputados de Juntos por el Cambio. Algunos vaticinan fuertes discusiones. Otros creen que no habrá conflicto y que se aceptará lo acordado hace un año, por lo que De Marchi sería elegido candidato para la vicepresidencia primera.
Al día siguiente, el miércoles, se realizará la sesión preparatoria de renovación de las autoridades de la Cámara de Diputados en la que se votará la continuidad de Massa como presidente del cuerpo y los nombres de quienes ocuparán las vicepresidencias primera, segunda y tercera.
Si De Marchi fuera confirmado para reemplazar a González, la estructura del PRO del interior ganará más protagonismo y, de paso, Macri tendrá un aliado de perfil más duro en el segundo escalón de Diputados.
Por otra parte, las miradas en el PRO están puestas en la reunión cumbre que tendrá lugar este viernes, a las 17, en un club de la localidad de Olivos, en la zona norte del conurbano, luego de la postergación resuelta el lunes pasado por el debate legislativo de la quita de fondos a la Ciudad de Buenos Aires.
Dirigentes duros y moderados prevén que en ese encuentro presencial de las máximas figuras partidarias podrían surgir críticas cruzadas por las polémicas declaraciones de Bullrich en las que eligió diferenciarse nuevamente de la estrategia de Rodríguez Larreta.
“Estuvo mal. Si encabeza el PRO debería ser la presidenta de todos y no de un sector”, advirtió un miembro del ala dialoguista del partido al cuestionar los dichos de Bullrich. Las declaraciones incluso fueron criticadas por exponentes del mismo sector intransigente: “A Patricia la apoyo en todo, pero en esto se equivocó”, dijo uno de ellos a Infobae.
La reunión es impulsada por Macri para intentar superar las diferencias internas entre duros y moderados y fijar una posición sobre temas espinosos. Uno de ellos es el proyecto de legalización del aborto que impulsa el oficialismo, pero esa iniciativa se debatirá este jueves en Diputados y en Juntos por el Cambio ya resolvieron que cada legislador del espacio vote con libertad de conciencia, como sucedió hasta ahora, pero expresarán la posición de que no es momento de abordar un tema tan importante en medio de la pandemia.
Otro de los temas que discutirán en la cumbre del PRO es la suspensión de las PASO que promueve una veintena de gobernadores, aunque la coalición opositora ya anticipó su rechazo a esta iniciativa que comparten Alberto Fernández y otros referentes del Frente de Todos (pero no el kirchnerismo), con la excusa del costo de organización de las primarias y los cuidados sanitarios por la pandemia del COVID-19.
Sin embargo, la suspensión de las primarias se complicaría sin el aval de la oposición, ya que Juntos por el Cambio tiene mayoría en el Senado bonaerense y Rodríguez Larreta, en la Legislatura porteña.
Además de Macri, está previsto que concurran a la reunión Rodríguez Larreta, Bullrich, María Eugenia Vidal, Diego Santilli, Jorge Macri, Eduardo Macchiavelli, Cristian Ritondo, Federico Angelini, Humberto Schiavoni, Néstor Grindetti, Omar De Marchi y Laura Rodríguez Machado.
Esta semana será decisiva para saber si el mal clima que logró instalar el oficialismo en su relación con los opositores se contagiará también a la interna de Juntos por el Cambio y, en particular, a la del PRO, donde todos siguen afirmando que no habrá rupturas, aunque las diferencias siguen siendo fuertes.
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