Pese a formar parte del Grupo de Contacto, que busca una transición democrática en Venezuela, Argentina decidió no firmar su último comunicado oficial, que desconoce por fraudulenta la elecciones parlamentarias convocadas por Nicolás Maduro.
Los resultados amañados por el régimen chavista implican que la oposición parlamentaria será desplazada y en su lugar asumirán los principales referentes del gobierno de Maduro. De esta manera, el líder populista se quedará con la Asamblea Legislativa y asfixia al movimiento político liderado por Juan Guaidó.
La resolución del Grupo Internacional de Contacto fue votada afirmativamente por la Unión Europea (UE), Francia, Alemania, Italia, España, Costa Rica, República Dominicana, Ecuador, Holanda, Panamá, Portugal, Suecia, Reino Unido y Uruguay.
Durante la administración de Mauricio Macri, el país se sumó al Grupo de Lima que respondía a la agenda geopolítica de la Casa Blanca. Este foro multilateral se apoyaba en los consensos diplomáticos de Argentina, Brasil y Colombia, que repudiaban la gestión de Maduro y su política de represión ilegal.
Alberto Fernández no compartía la hoja de ruta del Grupo de Lima y decidió incorporarse al Grupo de Contacto que tenía una posición equidistante con Washington y proponía una mesa de negociación amplia que incluía al régimen populista.
El Grupo de Contacto es liderado por Ángela Merkel (Alemania), Emmanuel Macron (Francia), Pedro Sánchez (España) y Giuseppe Conte (Italia), además de la UE, Gran Bretaña y Uruguay. Fue un apuesta presidencial para mantener distancia con la Casa Blanca y construir un liderazgo propio en la región.
Sin embargo, esa hipótesis de trabajo está en jaque por las diferencias sobre política exterior que existen en la coalición de gobierno. CFK y sus aliados más duros del kirchnerismo consideran que sería “una traición” condenar como fraudulentas los comicios del domingo pasado, y exigieron que el Presidente se mantuviera al margen.
En la intimidad de Olivos, a partir de los informes públicos y reservados que recibió en las últimas horas, Alberto Fernández considera que está probado que Maduro manipuló los comicios para controlar la Asamblea Legislativa y borrar a la oposición política.
Desde esta perspectiva, el jefe de Estado tenía a la firma un comunicado que iba en línea con la declaración del Grupo de Contacto. Pero Alberto Fernández prefirió el tenso status quo en el Frente de Todos a suscribir un comunicado que cuestione el proceso electoral ejecutado por Maduro y su gobierno populista.
La decisión presidencial deja a la Argentina aislada en América Latina y muy cerca de Cuba, China, Rusia y Bolivia que respaldaron la transparencia de los comicios en Venezuela u optaron por callar ante un resultado político que consolida la arbitrariedad institucional del régimen.