Hasta que el paciente Diego Armando Maradona ingresó al centro de estudio de diagnóstico por imágenes que habían montado con Marta Kura, una especialista en la materia, Sergio Berni, cirujano y coronel médico, sólo había visto al astro del fútbol mundial por TV o desde la tribuna de una cancha.
Maradona estaba acompañado por Alfredo Cahe, su médico de cabecera y socio de sus colegas en lo que estaba destinado a ser un emprendimiento de excelencia científica, sobre todo en ecografías.
Cahe había aportado el edificio de la calle Uruguay, en pleno centro porteño. Berni y Kura contrajeron una deuda millonaria para importar los mejores equipos del mercado que ahora iban a “escanear” las arterias del ídolo.
El responsable de la salud del número 10 de la selección nacional había solicitado un “ecocardiograma”, una prueba realizada mediante ultrasonidos que permite visualizar el movimiento del corazón, facilitando así información sobre su estructura, fuerza, tamaño y el funcionamiento de las válvulas.
Fue en 2001, un año para el olvido. La situación socioeconómica del país se deslizaba por el tobogán de los saqueos y la represión. También en el que Berni y Kura perderían todo, producto de un incendio 24 horas después de realizarle el diagnóstico al deportista.
Sólo con verlo parado delante suyo, el actual ministro de Seguridad de la provincia de Buenos Aires, recordó cómo se le hinchaba el pecho cuando veía a Pelusa, el pibe nacido en Fiorito, florearse con sus gambetas sobre el césped. O los gritos de euforia después del segundo gol a los ingleses en el Mundial de México ’86. Ese día estaba de guardia en una clínica en La Tablada.
Casi veinte años después, a Berni le angustia recordar ante Infobae el momento inolvidable en que Cahe le presentó al héroe. También cuando le informaron que habían detectado “los primeros síntomas indirectos de lo que después sería una cardiopatía”, la dolencia que desencadenaría su muerte el 25 de noviembre pasado.
Aquel diagnostico había sido realizado 15 años después de “la mano de Dios”. La cronología de esa década y media no lo había tratado bien. El 4 de enero del año anterior, en Punta del Este, estuvo al borde de la muerte debido a su adicción a las drogas.
Recuperado de la conmoción que causó su internación en el Policlínico La Barra, en Uruguay, su médico de cabecera decidió estudiar en profundidad el corazón de Diego.
Enfrentaba un año de emociones fuertes. Viajaba a Libia para conocer el dictador Muamar el Gadafi, a Cuba para entrevistarse con Fidel Castro y coronaba el 10 de noviembre con el partido homenaje de despedida en la Bombonera. “La pelota no se mancha”, acuñó para la posteridad en el discurso final.
A Berni se le agarrotan las palabras cuando habla del pasado y del desenlace reciente. “Hay que analizar por qué murió en soledad una de las personas más amadas del mundo, sin contar con el amor de sus seres queridos. Esa soledad merece una profunda reflexión”, opina posiblemente conociendo algunos detalles más de los que expresa.
El ministro es allegado a Verónica Ojeda, la ex pareja de Maradona y madre de su último hijo, Dieguito Fernando. La relación entre ambos surgió porque es ella es la actual pareja del abogado Mario Baudry, amigo y ex jefe de Gabinete de Berni.
“A Ojeda la asesoro a título personal en temas médicos relacionados con el fallecimiento de Maradona. No tengo dudas de que a Diego le faltó un doctor Cahe a su lado en los últimos meses de vida. Es tan triste lo que vivió Diego en los últimos meses que me cuesta creer que todo esto sea verdad. Ruego a Dios que la investigación determine cómo fueron sus últimos meses de vida. Diego era una persona con bondad, con entrega, la argentinidad de Diego era tan inmensa que no merecía morir en soledad. La justicia debe investigar por qué murió en soledad una de las personas más amadas del mundo. Da la sensación de que en el último tiempo falto rigor científico en su tratamiento. La certeza y consuelo que tengo, es que encontró la paz que tanto necesitaba”, expresa Berni, quien pide ser eximido de mayores opiniones sobre el desempeño del plantel médico que rodeaba al ídolo de Boca y el Napoli de Italia.
La percepción de Berni parece ir en sintonía con las contundentes frases de Cahe, quien en las ultimas horas no dudo en expresar que en la muerte del máximo ídolo argentino hubo “negligencia, imprudencia e impericia”. Además, sostuvo que “Maradona no estaba en condiciones de alta y tampoco estaba profundamente chequeado”.
- ¿Qué nos puede contar del corazón de Maradona?
- Nosotros le detectamos los primeros síntomas indirectos de lo que después sería una cardiopatía. Ese hallazgo fue hace 20 años. Es importante recordar que las enfermedades cardíacas pueden ser primarias, es decir propias del corazón, o secundarias a otras enfermedades que producen una consecuencia negativa en el funcionamiento cardíaco. Está claro que Maradona tuvo una vida de excesos que produjo un daño multiorgánico y entre ellos fundamentalmente cerebro, hígado y corazón. Para que cualquier tratamiento sea exitoso, lo más importante es que el paciente siga las recomendaciones medicas, por eso era muy valioso el acompañamiento del doctor Cahe.
- ¿Cómo conoció a Maradona y a su corazón?
-Yo la única relación que tuve con él fue la de médico-paciente. El que atendía a Maradona era el doctor Alfredo Cahe. En el año 2001, con la doctora Marta Kura y Cahe teníamos un centro de diagnóstico por imagen en la Calle Uruguay. Los tres éramos socios. Cahe puso el edificio y nosotros los aparatos más modernos del mundo. Teníamos los mejores equipos para realizar ecografías. La doctora Kura también era una de pocas especialistas en la materia. Por esa razón, Cahe llevó a Maradona para que le realicemos un ecocardiograma. Ahí le detectamos los primeros síntomas indirectos de lo que después sería una cardiopatía.
- Ese estudio se realizó más de un año después del incidente en Punta del Este con las drogas que casi le cuesta la vida...
-Sí. Cahe fue para que le realizáramos una ecografía de partes blandas. Éramos muy pocos en esa época los que hacíamos estudios de ese tipo. Ahora vos te desgarrás y te hacen una ecografía, en el 2001 no. Nosotros fuimos pioneros en la Argentina en cuestiones ecográficas. Cahe llevo a Maradona para una ecografía en las piernas y, de paso, un ecocardiograma. Fue por ahí donde comenzamos a observar los primeros síntomas de sus problemas cardíacos.
- ¿Cómo se ve eso en el estudios de imágenes?
- Cuando mirás una placa radiográfica ves la patología. Si tenés un tumor, ves el tumor en la placa. En la ecografía y sobre todo en la hemodinamia interpretás las velocidades y los flujos de sangre. Es como una manguera. Medimos la velocidad con la que pasa la sangre por esa manguera, que acá son las arterias. Al comparar los flujos de todas las mangueras se determina si todo funciona armoniosamente o hay un desequilibrio. Si esto ocurre es porque algo está funcionando mal. Es lo que pasaba con Maradona.
- ¿Entonces ustedes qué determinaron?
- Que Maradona, con el correr del tiempo iba a tener problemas cardíacos que lo podían llevar a una cardiopatía, que es lo que tuvo.
- ¿Esas imágenes, las del corazón de Maradona que comenzaba a enfermar, existen?
- No sabe lo que valoraría tener las imágenes del corazón de Maradona. Pero mire, pasó algo tremendo. Al otro día de la última vez que estuvo Maradona en nuestro centro de diagnóstico, una empleada de limpieza tiró el cigarrillo que estaba fumando en un cesto de basura con papeles y se prendió fuego. El fuego comenzó a derretir el plástico del dispenser. El plástico genera mucho humo, negro y tóxico. Llegaron los bomberos e hicieron un desastre, un desastre. El agua y el humo arruinaron los equipos.
- ¿Y así perdieron todo?
- Así terminó el centro de diagnóstico de excelencia que teníamos. Perdimos todo. Tuvimos problemas con el seguro. Cuando cobramos, nos agarró la salida del “corralito”. Nos agarró la devaluación. La sociedad con Cahe terminó ahí, no por un problema con él, sino porque no pudimos reponer los equipos de última generación que teníamos. Nosotros fuimos los únicos socios que tuvo el doctor Cahe. No socios en cuanto a lo económico, sino de profesionales médicos que trabajaban con él.
- ¿Cómo era la relación de Cahe con Maradona?
- El doctor Cahe era un médico que le daba muchísima contención a Maradona. A Diego lo conocí a través de Cahe, que fue su médico de cabecera, y conocí de cerca cómo lo cuidaba a Diego como médico. Siempre que necesitaba interconsultas, las hacía con los mejores referentes del país, lo acompañaba personalmente, estaba presente en cada estudio que se le hacía y estaba las 24 horas del día pendiente de que realizara los tratamientos médicos que se le indicaban. No tengo dudas de que a Diego le falto un doctor Cahe a su lado en los últimos meses de vida.
- ¿Y las imágenes del ecocardiograma de Maradona?
- Se perdieron en el incendio. No sabe cuánto me gustaría tener esos registros que por entonces se guardaban en videos tipo VHS. En esa época no se guardaban como ahora en una memoria de una computadora. No se recuperó nada. No por el fuego, sino por el desastre del agua y humo.
- ¿Cuál fue el trato entre usted y Maradona?
- Muy profesional. Nunca quise invadir su intimidad ni aprovecharme de nada. Su médico de cabecera fue Cahe y fue el único que lo supo contener. Cahe tenía una relación muy personal con sus pacientes. Si Maradona tenía que tomar una medicación a las ocho de la noche, llamaba para ver si la tomó. Y si no la tomaba, iba a la casa para que dársela.
- ¿La muerte de Maradona se pudo haber evitado?
-Decir si se podría había haber evitado su muerte es contrafáctico y especulativo sin tener toda la información medica actualizada. En cuestiones medicas, siempre soy prudente. Con la poca información pública disponible, no tengo dudas que la operación craneal no era necesaria y expuso a Diego a un riesgo más.
- ¿Qué hizo usted para que el mejor jugador de fútbol del planeta escriba “gracias por ser un doctor de verdad” en la dedicatoria que le firmó en la camiseta de Boca?
- Nada.
- ¿Nada?
- Nada. Para mí es un orgullo. Me dice que fui un médico de verdad. Quizás otros no lo fueron.
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