El 1 de diciembre comenzó el debate sobre la legalización del aborto en el Congreso de la Nación. Un plenario de comisiones de la Cámara de Diputados es el escenario en el que distintos especialistas y representantes de la sociedad plantean sus posturas. Esta tarde fue el turno de la comisión de legislación general, de legislación penal, de mujeres y diversidad y de acción social y salud pública, presidida por la diputada nacional Cecilia Moreau.
En su interlocución, la legisladora relató un crudo testimonio en el cual rememoró un aborto clandestino que se realizó cuando era adolescente. “A esta mujer, que hoy está presidiendo acá este debate, a los 16 años le pasó. Me falló el método anticonceptivo. Una relación de afecto, 16 años. Yo tomé la decisión de interrumpir ese embarazo. Y la tomé completamente consciente de lo que estaba haciendo. Yo era una nena que quería tener una vida en aquel momento. Soñaba con ser médica, con militar, con viajar, con vivir un montón de cosas que hasta ese momento no había vivido”.
Y continuó: “Tuve la suerte de poder hablarlo con mi mamá. Sin miedo. Y que con mi decisión, consciente y responsable, mi mamá me acompañase en esa decisión. Pero también tuve la suerte de que tenía los medios económicos y los métodos como para llegar a un consultorio, en el barrio de Recoleta, un sábado a la mañana”.
“En aquel momento no había misoprostol. Hoy el 93% de los abortos son medicamentosos. Y fui, había un médico, un anestesista. Había un lugar seguro. Tenía la plata. 30 mil pesos creo que era en ese momento, una barbaridad. Y también me pasó en mi colegio, el Nacional de San Isidro, he vivido situaciones de compañeras que no tuvieron la posibilidad que tuve yo de acceder a un aborto más seguro. Y esas compañeras tuvieron que vivir situaciones traumáticas”, recordó Moreau.
Hace dos años la iniciativa fracasó en el Senado donde la pelea volverá a ser voto a voto. Entre los diputados, en cambio, se estima que tendrá el apoyo necesario para obtener la media sanción. El proyecto que prevé habilitar la interrupción voluntaria del embarazo hasta las primeras 14 semanas de gestación comenzó a tratarse en un plenario de las comisiones presididas por diputados oficialistas (Moreau, Carolina Gaillard, Pablo Yedlin y Mónica Macha).
La jornada del martes comenzó con las exposiciones de la secretaria Legal y Técnica de la Presidencia, Vilma Ibarra, y los ministros de Salud, Ginés González García, y de Mujeres, Géneros y Diversidad, Elizabeth Gómez Alcorta. Todos hablaron desde la Casa Rosada de manera virtual.
Ibarra sostuvo que “la decisión del presidente Alberto Fernández de enviar los dos proyectos del Poder Ejecutivo, el de IVE y el Plan de los 1.000 días”, tiene que ver con “la promesa electoral del Presidente que lo dijo durante la campaña y al inicio de las sesiones ordinarias”. Y que Fernández “recoge una lucha histórica de miles de mujeres”. Reforzó con la idea de que con esta ley “queremos terminar con el enorme negocio del aborto”.
“Ha fracasado la política de penalización del aborto, de amenazar a la mujer con cárcel frente a sus decisiones de interrumpir su embarazo. El primer Código Penal que se dictó en la Argentina ya penalizaba el aborto y así continuamos hasta que nuestro actual código tiene legalizaciones por causales, pero establece que cualquier mujer que voluntariamente interrumpe su embarazo será penalizada. ¿Qué sucede con esto? Surgió un mundo clandestino de miles y miles de abortos que se suceden en la Argentina y que son invisibilizados”, completó Ibarra.
El ministro González García, en tanto, sostuvo que el aborto clandestino “tiene solución” y remarcó que se trata de “un problema serio”. Acaso en su definición más fuerte opinó: “Si el aborto fuera para varones, ya sería ley hace mucho”. Aprobar esta ley, según el funcionario, “se trata de hacer justicia social, porque la que puede abortar en un lugar seguro, lo hace, con dolor, pero lo resuelve, mientras que las más débiles, no lo resuelven o a veces lo hacen con muerte”.
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