Apurado por los gobernadores, que quieren iniciar el 2021 con un horizonte despejado para encarar el año electoral, el Gobierno decidió apurar la firma del nuevo consenso fiscal para este viernes, lo que le permitirá a las provincias ponerle fin a la reducción progresiva de impuestos acordada en el acuerdo anterior, considerada perjudicial por los mandatarios en medio de la crítica situación económica. Tras la firma, el Gobierno tiene que aprobar el proyecto de ley que ya envió a extraordinarias, porque después las provincias deben hacer lo propio con cada una de sus legislaturas, antes de que empiecen a ejecutar sus propios presupuestos provinciales.
La confirmación del evento que se realizará en forma presencial al mediodía en Casa Rosada, muy probablemente en el Museo del Bicentenario, la dio un funcionario muy allegado a Alberto Fernández, quien no adelantó qué gobernadores estarán presentes, aunque reconoció que es difícil que el jefe de Gobierno de la Ciudad, Horacio Rodríguez Larreta, sea de la partida. “Obviamente, todos están invitados, no sabemos si todos van a venir”, dijo.
Con medio sanción al impuesto a la riqueza y la quita a los fondos de coparticipación que la Ciudad de Buenos Aires destinaba a financiar la Policía de la Ciudad, ambas iniciativas alcanzadas con el respaldo de los legisladores de las provincias, el Gobierno se encamina a tener la vía libre para encarar un acuerdo general que enmarque el vínculo fiscal y genere certidumbre en medio de las negociaciones por la deuda contraída con el Fondo Monetario Internacional.
La Ciudad de Buenos Aires planteó la semana pasada una objeción a tres artículos del texto del nuevo consenso fiscal. Por un lado, porque pide mantener la exención del impuesto sobre los ingresos brutos a las Leliqs, que la Legislatura porteña aprobó la semana pasada. Luego, la renuncia a todo pleito vigente ya que la Ciudad tiene presentado un amparo por la quita de fondos. Por ultimo, la reinterpretación de un artículo de la Constitución, el 75 inciso 2, que especifica que las funciones de gobierno deben salir de la coparticipación, y en el nuevo acuerdo se dice que deben provenir del Tesoro Nacional. “La Nación no nos contestó a ninguno de nuestros planteos”, dijeron en la sede Uspallata.
Aislada la Ciudad de Buenos Aires, queda por verse cuál será la actitud que tomarán las provincias gobernadas por Juntos por el Cambio. Jujuy ya acompañó a la Nación en varias iniciativas, quizás por la debilidad estructural de su economía. Aún no se sabe qué podrá hacer Mendoza, con una situación fiscal siempre más robusta pero obviamente con dificultades después de la pandemia, ni tampoco Corrientes. Por lo que trascendió, no tienen margen para ausentarse.
Otra provincia que en general fue reacia a acompañar varias iniciativas oficialistas fue Córdoba, que por ejemplo no firmó la solicitada de los gobernadores avalando la quita a los fondos para la Ciudad, pero en la sesión del lunes -que duró hasta el martes- fue el proyecto de Unión por Córdoba el que salió aprobado, por lo que se descuenta la presencia de Juan Schiaretti o de su vicegobernador. Es que el Gobernador es paciente de riesgo ante la posibilidad de contagio por COVID-19.
Desde antes de que el Frente de Todos llegara a Casa Rosada los gobernadores pidieron a las autoridades electas volver atrás en lo acordado en el 2017, cuando el ex presidente Mauricio Macri les hizo firmar un acuerdo para unificar las alícuotas máximas de Ingresos Brutos y reducirlas gradualmente para que, al cabo de unos años, más que nada las actividades exportadoras queden exentas.
También había una reducción en forma gradual del impuesto a los sellos, al tiempo que los gobernadores se comprometieron a a mantener su gasto constante en términos reales y desistir de las demandas contra el Gobierno nacional por distintos motivos. Por eso, provincias como San Luis y Santa Fe en ese momento no lo firmaron.
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