Durante la despedida a Diego Maradona que se realizó en la Casa Rosada, el presidente de la Nación Alberto Fernández tomó un megáfono y quiso calmar a las miles de personas que en cuestión de minutos desbordarían el perímetro de la sede gubernamental para despedir al genio del fútbol mundial.
Por primera vez, un video viral con un fragmento del episodio circuló este miércoles por las redes sociales, difundido por el usuario de Twitter Enrique Zabala (@enriquezabala68).
La secuencia dura apenas 24 segundos y expone el intento del jefe de Estado para ordenar a los fanáticos del legendario capitán de la Selección argentina. A los gritos, y con un megáfono, Fernández salió hasta la entrada de la Casa Rosada, y desde detrás de las rejas de Balcarce 50, buscó apaciguar un clima de tensión creciente. El breve fragmento del momento capturado se produjo de la siguiente manera:
Alberto Fernández: —¡Que se callen un minuto!
Voz de una persona en el lado de afuera de la Casa Rosada: —¡Uno por uno, eh!
Alberto Fernández: —Estamos organizándonos. En unas horas... (inaudible). Lo que necesitamos es que vuelvan a ordenarse y vuelvan a entrar en el modo que estaban entrando.
Voz de una persona en el lado de afuera de la la Casa Rosada: —¡Basta, eh!
El resto de lo ocurrido es conocido. El grupo de hinchas y seguidores, finalmente, pudo quebrar la seguridad presidencial y se adentró hacia el interior del velatorio de Diego Maradona. Si bien no hubo detenidos ni heridos durante esa incursión, cientos de personas coparon con empujones el Patio de las Palmeras, donde saltaron, cantaron y bailaron en recuerdo del icónico astro. El hecho duró poco más de 10 minutos. Lentamente, la Policía Federal retiró hacia la salida a cada uno de quienes irrumpieron en la sede del Poder Ejecutivo. La ministra de Seguridad de la Nación, Sabina Frederic, apoyó que esa acción se haya llevado adelante “sin violencia”.
Sin embargo, el descontrol en la Casa Rosada y la represión en la fila de ingreso por parte de la Policía de la Ciudad a quienes querían llegar al homenaje fue el caldo de cultivo que determinó la finalización intempestiva del velatorio con asistencia al público.
Según averiguó Infobae, detrás del desborde en la Casa Rosada participaron hinchas violentos de Gimnasia de La Plata (GELP), barras de San Miguel, de Los Andes, la “Guardia Imperial” de Racing y “La Banda Mostro” y “Los Dengues”, de Almirante Brown.
En esa línea, el ex titular de Aprevide, Juan Manuel Lugones, presentó una denuncia que recayó en el Juzgado Nacional en lo Criminal y Correccional Federal Nº 9, en donde solicitó que se investigue si hubo una zona liberada para el ingreso de los barras a la sede presidencial. De manera puntual, el escrito menciona la llegada de “siete micros que se trasladaron desde la provincia de Buenos Aires en perfecta coordinación para acompañar el ingreso de la vicepresidenta (Cristina Kirchner) a la despedida de Maradona”.
En sus declaraciones sobre el descontrol en el perímetro presidencial, Alberto Fernández admitió “debimos haber previsto la presencia de barrabravas” en el marco del operativo de seguridad coordinado desde el Poder Ejecutivo. En la misma entrevista, precisó que fue a hablar con ese grupo y les dijo que “si se ordenaban iba a ser posible extender el sepelio y el velatorio” para que pudieran ver los restos de Maradona. Sin embargo, según su relato, “fue imposible” convencerlos.
El desborde en la Casa de Gobierno y los alrededores del centro porteño trajo como resultado nuevos cruces en el Gobierno de la Ciudad y Presidencia por la responsabilidad y la gravedad de los incidentes. Es que los principales hechos de violencia se registraron cuando la Policía porteña ejecutó la orden, a las 13:30, de cortar el vallado en 9 de Julio y Avenida de Mayo.
Esa resolución se originó desde el momento en que a la ceremonia se le puso plazo hasta las 16, como quería originalmente la familia del ex futbolista. Desde ese momento, se agravaron los focos de conflictos en el interior de Casa Rosada y en las zonas aledañas, con enfrentamientos entre grupos de seguidores y efectivos de las fuerzas de seguridad.
La disputa sobre las responsabilidades en el operativo se profundizó en los últimos días, con denuncias penales cruzadas entre el gobierno nacional y su par porteño.
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