El presidente de la Cámara de Diputados pidió esta mañana, después de casi 19 horas de sesión, que se retiraran las pantallas que por siete meses hubo en el recinto para las sesiones remotas. La postal que identificó al Congreso en pandemia y aislamiento social sorprende: no quedó una sola pantalla en el hemiciclo.
Según supo Infobae, Sergio Massa convocará a los presidentes de todas las bancadas para acordar el mecanismo de funcionamiento tras las nuevas disposiciones sanitarias que implican que prácticamente todo el país esté en distanciamiento social y ya no el aislamiento. Los jefes de todos los bloques deberán definir cómo trabajarán aquellos diputados que integren los grupos de riesgo. El resto debería viajar como en tiempos normales.
Por un lado, la Cámara baja deberá disponer garantías sanitarias para la presencialidad y por el otro, aquellos legisladores que no puedan trasladarse desde sus provincias a la Ciudad de Buenos Aires, o que por edad o enfermedades preexistentes no puedan dejar sus domicilios aún viviendo en la Capital, deberían solicitar un certificado sanitario que justifique su conexión remota. De esta manera se pasaría de sesiones virtuales mixtas a sesiones presenciales pero con excepciones. Aún no hay definiciones sobre qué pasará con las comisiones. Hay quienes promueven la idea de que en ese caso sí se debata vía teleconferencia.
A las 00 de este martes 1° de diciembre el interbloque de Juntos por el Cambio reclamó que debía terminar la sesión. Con la firma del decreto presidencial que prorrogó las sesiones ordinarias se salvó una posible discusión, pero no alcanzó para convencerlos de la vigencia del protocolo de funcionamiento remoto. El Frente de Todos insistió e incluso la porteña Gabriela Cerruti recordó sesiones en la Legislatura en las que inició una sesión un 9 de diciembre y se terminó al día siguiente cuando a la mitad del cuerpo le vencía el mandato. “La sesión es una”, insistió ella y otros diputados. Aún así Juntos por el Cambio consideró ilegítimo el debate y señaló que sólo había 70 diputados sentados en las bancas, cuando el quórum son 129.
Incluso Jorge Enríquez (Juntos por el Cambio), que a pesar de su edad siempre participó de los debates en forma presencial, desestimó el fallo del juez Enrique Lavié Pico a favor de las autoridades parlamentarias por la sesión de 1 y 2 de septiembre. En aquella ocasión Juntos por el Cambio judicializó su reclamo contra la renovación del protocolo de funcionamiento remoto que habían consensuado el resto de las bancadas legislativas.
Además, en el marco de la pandemia que obligó a un sistema de sesiones y reuniones de comisión por teleconferencia, la principal oposición condicionó varias veces el temario. Incluso hubo mayor presencialidad para el tratamiento del Presupuesto 2021 y el Aporte Solidario Extraordinario, en este último caso una ley que Máximo Kirchner tuvo que guardar para preservar el resto de los temas urgentes.
A partir de esta decisión legislativa, en sintonía con las disposiciones del Poder Ejecutivo y de todos los gobernadores en sus respectivos distritos, el oficialismo le quita a la oposición el argumento de que no se pueden discutir temas conflictivos, ni votarlos, en forma remota. Además, la mayoría de los 257 diputados se verán obligados a desplazarse durante todo el periodo estival frente a una agenda que, según el decreto presidencial, se vislumbra más que intensa. En el temario se incluyeron 25 proyectos, entre ellos la legalización del aborto y el proyecto de 1000 días, la Ley de Endeudamiento, la movilidad jubilatoria, y varios proyectos de incentivos a la construcción y créditos hipotecarios que impulsa Economía. La primera sesión presencial sería el 9 de diciembre, antes de que se vote la ley de Interrupción Voluntaria del Embarazo que desde este mediodía se debate en un plenario de comisiones.
Por el contrario, el Senado, donde impone su voz Cristina Fernández de Kirchner, renovó la semana pasada el protocolo de sesiones a distancia para todo el verano. Juntos por el Cambio se opuso pero no logró eco. El Frente de Todos sometió el reglamento a votación y las sesiones virtuales continuarán hasta el 1° de marzo.
Las sesiones remotas fueron un hecho histórico y tecnológico, de intensa discusión. Pero además dejaron como resultado casi asistencia perfecta en la mayoría de los debates y algunos hechos grotescos, desde exabruptos hasta la obligada renuncia de un diputado nacional que mientras sesionaba besó los pechos de su pareja. Todo a la vista de sus colegas y de la ciudadanía en general.
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