“Después de lo que hicieron con el velatorio de Diego Maradona, menos mal que al Gobierno no le tocó organizar la cumbre del G20 en la Argentina. Si no, las potencias mundiales ya nos hubieran declarado la guerra”.
La broma circuló entre varios dirigentes macristas durante el fin de semana, quizá para distender el clima agitado que se prevé para este lunes: al mediodía está convocada la sesión especial en la Cámara de Diputados para debatir el proyecto para recortarle fondos a la Ciudad de Buenos Aires, el principal distrito opositor y bastión electoral del PRO, y a la tarde tendrá lugar una reunión de la plana mayor del partido fundado por Mauricio Macri, en donde se intentarán superar las diferencias internas y definir una postura sobre temas espinosos, como el proyecto de legalización del aborto que impulsa el oficialismo.
Por un lado, Horacio Rodríguez Larreta y otros dirigentes de Juntos por el Cambio están negociando en estas horas con referentes de distintas bancadas para que sus legisladores no den quórum y fracase la sesión especial pedida por el Frente de Todos, prevista para las 13.30.
Hay intensos contactos con el gobernador de Córdoba, Juan Schiaretti, para sumar a la jugada opositora a los cuatro diputados que le responden. Lo mismo con los tres del Frente de la Concordia Misionero. Juntos por el Cambio cree contar con el aval de los tres diputados de Consenso Federal y el del socialismo de Santa Fe. Pero el oficialismo también presiona, por supuesto, y el líder del bloque de diputados del Frente de Todos, Máximo Kirchner, no quiere exponerse a una derrota. La curiosidad es que el presidente de la Cámara de Diputados, Sergio Massa, integra la coalición gobernante y, a la vez, es amigo de Rodríguez Larreta.
El proyecto oficialista para recortarle a la Ciudad un 1,18% del dinero que recibe ya tuvo sanción del Senado a principios de octubre y representa otro de los gestos de hostilidad del gobierno de Alberto Fernández hacia el de Rodríguez Larreta, al que buscan debilitar quitándole recursos para la gestión porque es un competidor del oficialismo en las elecciones de 2023.
La relación Nación-Ciudad pasa por su peor momento y también se vio reflejado el mismo día de los graves disturbios que se produjeron durante el velatorio de Maradona en la Casa de Gobierno: la Secretaría de Derechos Humanos de la Nación presentó una denuncia penal contra las autoridades del gobierno porteño por la “represión” de las fuerzas de seguridad, mientras el jefe de gobierno dijo que “lamentaba enormemente que un día tan triste se haya politizado la situación”.
La ofensiva de Alberto Fernández contra su ex “amigo” Rodríguez Larreta debilita la postura del jefe de gobierno de sostener a ultranza el diálogo con el Gobierno y confirma la advertencia de Macri y el sector intransigente de Juntos por el Cambio, partidarios de endurecerse ante el oficialismo.
Ese escenario será el que quedará expuesto en la cumbre del PRO a la que convocó Macri para esta tarde, a las 18, en un club de la localidad de Olivos, en la zona norte del conurbano, para definir algunos temas clave y apaciguar las tensiones internas: tras varios desencuentros, será importante la foto de todos los referentes, tanto los “halcones” como las “palomas”, en el primer encuentro presencial de la dirigencia macrista después de nueve meses de pandemia.
Además de Macri, está previsto que concurran Rodríguez Larreta, María Eugenia Vidal, Patricia Bullrich, Diego Santilli, Jorge Macri, Eduardo Macchiavelli, Cristian Ritondo, Federico Angelini, Humberto Schiavoni, Néstor Grindetti, Omar De Marchi y Laura Rodríguez Machado.
El encuentro tendrá una faceta organizativa del partido porque se hará un repaso del trabajo territorial que se hizo en estos meses y de la campaña de afiliación, pero lo más sustancial será el intento de consensuar posiciones en un tema conflictivo como el del proyecto de legalización del aborto que motoriza el Gobierno y que divide a la dirigencia del PRO.
Todo indica que, más allá del debate interno, predominará la idea de que cada legislador del PRO vote con libertad de conciencia, como sucedió hasta ahora, pero con unanimidad en un reclamo: no es momento de votar un proyecto tan importante en medio de la pandemia.
Algunos dirigentes del PRO, más allá de su postura personal sobre el aborto, consideran que sería un error facilitarle al oficialismo la aprobación parlamentaria de una iniciativa cuyo rédito político aprovechará el gobierno de Alberto Fernández. Esa será una de las aristas que se debatirá entre los máximos dirigentes del partido fundado por Macri.
La expectativa, por supuesto, estará centrada en los gestos y en las señales que brinden Macri y Rodríguez Larreta, quienes encabezan el ala dura y el ala dialoguista del espacio opositor.
Como informó Infobae, el ex presidente está seguro de haber acertado cuando pronosticaba los riesgos que afrontaba la Argentina ante el regreso al poder del kirchnerismo, aunque no le reprocha a Rodríguez Larreta su incansable actitud dialoguista hacia Alberto Fernández.
Para Macri, el jefe de gobierno porteño “evita conflictos” y “tenía que probar” adónde lo llevaría su estilo conciliador. Ahora, tras las muestras de hostilidad del gobierno nacional hacia el de la Ciudad, el ex presidente cree que Rodríguez Larreta está obligado a endurecerse.
Por eso la foto de esta tarde cobra una importancia política que va mucho más allá de lo simbólico, pero que incluso en ese aspecto mantiene un detalle sugestivo: la imagen de la unidad partidaria se concretará no muy lejos de la Quinta de Olivos, precisamente adonde la oposición espera que desde 2023 se aloje otro presidente salido de sus filas.
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